Papa: 'Que la fraternidad no sea como un vestido, para ser admirado en un museo’

En la audiencia general, Francisco se reunió con los niños ucranianos, víctimas de "esta crueldad salvaje que es la guerra". Continuando con su catequesis, el pontífice habló de Simeón y Ana como ejemplos de espera de la visita de Dios incluso en la vejez. Pedido de oraciones por el viaje a Malta.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - En la audiencia general de esta mañana en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Papa Francisco volvió a pedir oraciones por el fin de la guerra en Ucrania. Tras la catequesis, el Papa dirigió "un saludo especialmente afectuoso" a los niños ucranianos, que están siendo hospedados por la Fundación "Ayudémolos a vivir", la Asociación "Puer" y la Embajada de Ucrania ante la Santa Sede. Con motivo de este saludo, sus pensamientos se dirigieron a "esta monstruosidad de la guerra". “Renovamos nuestras oraciones para que se ponga fin a esta salvaje crueldad de la guerra". Tras la audiencia, quiso estrechar personalmente las manos de algunos niños ucranianos presentes, reconocibles por sus banderas amarillas y azules.

En el Aula Pablo VI, junto a los numerosos grupos procedentes de todo el mundo, se sentaron algunos representantes de las comunidades aborígenes canadienses Inuit, Métis y de las Primeras Naciones. Acudieron al Vaticano para mantener una serie de encuentros privados con el pontífice que concluirán con una audiencia reservada el primero de abril. Estos encuentros se inscriben en el camino de sanación y reconciliación emprendido en Canadá, referido a las víctimas de los llamados "colegios residenciales" creados por el gobierno canadiense entre finales del siglo XIX y las últimas décadas del siglo XX, donde muchos niños fueron víctimas de violencia psicológica y física.

Continuando con el ciclo sobre la vejez, la catequesis de esta mañana reflexionó sobre el tema: "La fidelidad a la visita de Dios para la generación venidera" (Lectura: Lc 2,25-30). El Papa Francisco se centró en las figuras de Simeón y Ana: "La razón de vivir de estos ancianos era esperar la visita de Dios, antes de despedirse de este mundo”, dijo. “Al final de sus vidas, ambos supieron reconocer en el Niño Jesús al Salvador, fuente de paz y consuelo” al final de esta vida. Todo cristiano está llamado a aprender de ellos que "fidelidad en la espera afina los sentidos". Para ello, es necesario pedir ayuda al Espíritu Santo: "El Espíritu agudiza los sentidos del alma, a pesar de las limitaciones y heridas de los sentidos del cuerpo", dijo el Santo Padre. Una vejez que se ha ejercitado en la espera de la visita de Dios no perderá su paso, sino que estará más preparada para captarlo". En efecto, es fundamental poder captar el paso de Dios en la vida cotidiana, a través de los sentidos espirituales que aún están "vivos" y no anestesiados.

Sin embargo, muchas veces "no nos damos cuenta de que estamos anestesiados, de que no somos capaces de percibir la presencia de Dios, la presencia del mal" y así es como no prestamos atención a los más frágiles. "A pesar de que la retórica de la inclusión se ha convertido en una fórmula ritual de todo discurso políticamente correcto, la cultura de la ternura social lucha por crecer. El espíritu de la fraternidad humana -que me pareció necesario impulsar con fuerza- es como un vestido que ya no se usa, para ser admirado, sí, pero... en un museo", explicó el Papa.

El ejemplo a seguir viene de Simeón y Ana que "reconocen en un niño, que no han engendrado y que ven por primera vez, el signo cierto de la visita de Dios". Aceptan no ser protagonistas, sino sólo testigos". La clave -según el Papa- está en el intercambio entre jóvenes y mayores, que da vida a una sociedad madura, donde "la sensibilidad espiritual de los mayores es capaz de romper la competencia y el conflicto entre generaciones de forma creíble y definitiva".

Al término de la audiencia, el Papa Francisco también dirigió un saludo a los malteses, en vista de su visita a la isla mediterránea prevista para el sábado y el domingo: "Este viaje apostólico será una oportunidad para volver a las fuentes del Evangelio, para conocer un país con una historia vibrante y milenaria, para encontrar a los habitantes de un país en el centro del continente europeo y en el sur del Mediterráneo, comprometido con la acogida de los hermanos y hermanas que buscan refugio". Saludo a todos los malteses y les pido a cada uno de ustedes que me acompañen con la oración".