Papa: 'Cercanos a los cristianos de Damasco. Que el mundo no desvíe la mirada de Siria'
León XIV invitó esta mañana desde San Pedro a curar las "heridas provocadas por acciones sangrientas" en "Irán, Israel y Palestina", y a elegir "el camino del diálogo, la diplomacia y la paz". En la catequesis jubilar: "El acto de fe en Jesús acerca la gracia". A los jóvenes: "Que el verano sea ocasión de experiencias sociales y religiosas".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra" (Is 2,4). Con estas palabras "urgentes" del profeta Isaías, el Papa León XIV invitó a escuchar la voz "que viene del Altísimo", en referencia a la situación en "Irán, Israel y Palestina" en la plaza de San Pedro, al terminar la audiencia general del miércoles - que en las próximas semanas será suspendida como todos los años en el mes más caluroso, para reanudarse el 30 de julio. "Que se curen las heridas provocadas por las acciones sangrientas de los últimos días", añadió el pontífice. "Que se rechace toda lógica de prepotencia y de venganza y se elija con decisión el camino del diálogo, la diplomacia y la paz".
En la parte de la audiencia dedicada a los llamamientos, ante miles de personas, el Papa León se dirigió a las comunidades cristianas de Oriente Medio: "¡Estoy cerca de ustedes! ¡Toda la Iglesia está cerca de ustedes!". Se refirió al "vil" y terrible atentado terrorista contra la comunidad greco-ortodoxa en la iglesia de Mar Elías en Damasco, que el 22 de junio dejó decenas de muertos y heridos. "Encomendamos a las víctimas a la misericordia de Dios y elevamos nuestras oraciones por los heridos y sus familias", continuó. Este "trágico acontecimiento" muestra la "fragilidad" que todavía padece Siria, tras años de conflictos e inestabilidad, a pesar de la caída del régimen de Bashar al-Assad el año pasado. "Es fundamental que la comunidad internacional no desvíe la mirada de este país, y siga ofreciéndole apoyo con gestos de solidaridad y un renovado compromiso por la paz y la reconciliación", afirmó el pontífice.
En la catequesis de hoy, que leyó al comienzo de la audiencia, vuelven las "curaciones de Jesús como signo de esperanza". El Papa León XIV recordó primero "una enfermedad muy difundida en nuestro tiempo": el "cansancio de vivir", que se produce cuando la realidad parece "demasiado compleja, pesada y difícil de afrontar". Este sentimiento - junto con el juicio de quienes pretenden "poner etiquetas a los demás" - lleva a adormecerse y apagarse, "con la ilusión de que al despertar las cosas serán diferentes". Pero la realidad se puede afrontar, sin miedo, "y junto con Jesús podemos hacerlo bien", afirmó el pontífice. Estas situaciones son similares a las que presenta el Evangelio de Marcos (cfr Mc 5,21-43), donde se entrelazan dos historias: la de una niña de doce años, que yace en su lecho enferma a punto de morir; y la de una mujer, que, precisamente desde hace doce años, tiene pérdidas de sangre y busca a Jesús para que él la cure.
Continuando el ciclo de reflexiones jubilares, el Papa León XIV recordó que entre las dos mujeres Marcos coloca la figura de Jairo, el padre de la niña y jefe de la sinagoga. "Cuando tiene que esperar, no pierde la paciencia y espera - dijo -. Y cuando vienen a decirle que su hija ha muerto y es inútil molestar al Maestro, él sigue teniendo fe y sigue esperando". La mujer hemorroísa "con gran valentía" se acerca y toca el manto de Jesús. Como ella, "a veces también nosotros podemos ser víctimas del juicio de otros, que pretenden ponernos un vestido que no es nuestro", añadió. Esa mujer, "emboca el camino de la salvación cuando nace en ella la fe". Y se cura. "Cada vez que realizamos un acto de fe dirigido a Jesús, se establece un contacto con Él e inmediatamente su gracia sale de Él".
De hecho, la mujer es la única de la multitud que sale transformada. El Papa Prevost citó a san Agustín, a quien tanto aprecia: "La multitud me rodea, pero la fe me toca" (Sermón 243, 2, 2). "También hoy muchas personas se acercan a Jesús de forma superficial, sin creer verdaderamente en su poder. Caminamos por la superficie de nuestras iglesias, ¡pero quizás el corazón está en otra parte!", continuó el pontífice. Después Jesús se dirige a la casa de la niña, la hija de Jairo, de cuya muerte había llegado la noticia. Le dice "Talitá kum", “¡Niña, levántate!", y ella se levanta y empieza a caminar. "Para Dios, que es Vida eterna, la muerte del cuerpo es como un sueño. La verdadera muerte es la del alma: ¡de esa debemos tener miedo!", dijo Prevost.
Al final, en el saludo a los jóvenes, enfermos y recién casados, Prevost hizo una referencia al verano, que comenzó oficialmente con el solsticio del 21 de junio, "para muchos es tiempo de vacaciones y descanso". "Para ustedes, queridos jóvenes, que sea una oportunidad para tener experiencias sociales y religiosas útiles; para ustedes, queridos recién casados, un tiempo para consolidar su unión y profundizar su misión en la Iglesia y en la sociedad". "Espero también - agregó - que a ustedes, queridos enfermos, no les falte en estos meses de verano la cercanía de sus seres queridos". Y dirigiéndose a jóvenes y estudiantes de lengua árabe: "Los invito a seguir rezando y a imitar las cualidades del joven Jesús que crecía en sabiduría, edad y gracia ante Dios y los hombres".
21/01/2019 09:58
08/09/2017 12:43