Pizzaballa y Teófilo III visitan en Gaza a los cristianos afectados por el ataque israelí
El patriarca latino y el greco-ortodoxo de Jerusalén, en un fuerte gesto ecuménico, visitaron juntos la parroquia de la Sagrada Familia y entregaron más de 500 toneladas de ayuda. La cercanía del Papa León XIV, que recibió una llamada telefónica de Netanyahu y volvió a pedir que se ponga fin a “esta masacre”. Un informe de la BBC documenta la magnitud de la destrucción sistemática de zonas enteras de la Franja que ha llevado a cabo Israel con excavadoras desde el mes d
Jerusalén (AsiaNews) - El patriarca latino de Jerusalén, cardenal Pierbattista Pizzaballa, acompañado por el primado greco-ortodoxo Teófilo III, visitaron hoy a Gaza después de más de un año para llevar un mensaje de cercanía y solidaridad a los cristianos de la parroquia de la Sagrada Familia. Ayer la Iglesia católica de la Franja fue víctima de un durísimo ataque del ejército israelí, que dejó un saldo de tres muertos, provocó graves daños al edificio e hirió a varias personas que viven en el complejo, entre ellas el párroco, el padre Gabriel Romanelli. Los dos patriarcas formaban parte de una delegación eclesiástica cuyo objetivo era manifestar “la solicitud pastoral compartida de las Iglesias de Tierra Santa y su preocupación por la comunidad de Gaza”, según explica una nota del Patriarcado Latino de Jerusalén (LPJ).
Los cristianos de la Franja están cada vez más unidos por un “ecumenismo de sangre”, que los identifica en los sufrimientos y fortalece los lazos de solidaridad entre las diferentes confesiones. La delegación encabezada por el cardenal que llegó a la parroquia de la Sagrada Familia según lo previsto, quiso mantener un encuentro con los miembros de la comunidad cristiana local para ofrecer sus condolencias y solidaridad a las víctimas y a sus familias, y llevar ayuda para hacer frente a las enormes necesidades. Durante el recorrido, el cardenal Pizzaballa recibió una llamada telefónica del Papa León XIV, quien volvió a insistir en que se hagan todos los esfuerzos necesarios para alcanzar una tregua, porque “es hora de poner fin a esta masacre”. El pontífice también expresó “su cercanía, su afecto, sus oraciones, su apoyo y su intención de hacer todo lo posible para que se llegue no sólo a un alto el fuego, sino a poner fin a esta tragedia”.
Esta mañana el Papa León también recibió una llamada telefónica del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, a quien volvió a pedir que se dé nuevo impulso a las negociaciones para alcanzar un alto el fuego y poner fin a la guerra, según un comunicado de la Oficina de Prensa vaticana. El pontífice “expresó su preocupación por la dramática situación humanitaria de la población de Gaza, cuyo terrible precio pagan sobre todo los niños, los ancianos y los enfermos” y reiteró "la urgencia de proteger los lugares de culto y especialmente a los fieles y a todas las personas de Palestina e Israel”.
Volviendo a la visita del cardenal Pizzaballa a Gaza, el purpurado quiso evaluar “personalmente las necesidades humanitarias y pastorales de la comunidad, para orientar mejor la presencia y la respuesta continua de la Iglesia”. Gracias a la iniciativa del patriarcado y los socios humanitarios, ya se ha previsto la entrega de unas 500 toneladas de artículos de “ayuda existencial” en beneficio no solo de los cristianos, sino del “mayor número posible de familias”. “Se trata de cientos de toneladas de alimentos, botiquines de primeros auxilios y equipos médicos”, a lo que se añade “la evacuación de personas heridas en el ataque a instituciones médicas” fuera de la Franja. La nota del patriarcado concluye agradeciendo al Papa, que ayer llamó al cardenal Pizzaballa, y al patriarca Teófilo III, que también se encuentra en Gaza, “por ofrecer apoyo, cercanía y oraciones”.
El ataque de ayer a la parroquia latina, con su carga de muerte y destrucción, ha vuelto a poner bajo los reflectores la masacre que se consuma diariamente en la Franja y que a menudo pasa desapercibida, ante la indiferencia de la comunidad internacional. Desde el presidente de EE. UU. Donald Trump hasta los gobiernos europeos, muchos han llamado a Netanyahu para pedir explicaciones sobre el ataque a un lugar de culto, hospitalidad y asistencia (las religiosas de la Madre Teresa atienden a cerca de cincuenta discapacitados). Desde los primeros días de la guerra en Gaza la parroquia ha estado comprometida con la ayuda y la solidaridad, superando las diferencias confesionales o religiosas, porque también acoge a ortodoxos y ha ayudado a muchas familias musulmanas en estos años.
Este “ecumenismo de la sangre”, como se le ha denominado, se puso de manifiesta ayer por la tarde en el funeral de dos de las tres víctimas cristianas del ataque israelí, que se celebró en la iglesia greco-ortodoxa de San Porfirio - que en el pasado también fue blanco de sangrientos ataques del ejército del Estado judío -. Ayer por la tarde se celebró asimismo una misa de difuntos en la parroquia de la Sagrada Familia, concelebrada por el párroco, el padre Romanelli, quien quiso estar presente a pesar de las heridas en la pierna que sufrió en el ataque.
Una de las voces cristianas que se han alzado en estas horas es la de los Patriarcas y Jefes de las Iglesias de Jerusalén, que en una declaración conjunta expresan “profunda solidaridad” con el Patriarcado Latino y con las personas que estaban alojadas en la parroquia, víctimas de un “atroz ataque” israelí. Los líderes cristianos denunciaron el “crimen” y recordaron que “los lugares de culto son espacios sagrados que deben ser protegidos. También están protegidos por el derecho internacional. Atacar una iglesia donde se alojan cerca de 600 refugiados, entre ellos niños con necesidades especiales, es una violación de dichas leyes. Y es también una afrenta a la dignidad humana, un atropello a la sacralidad de la vida humana y la profanación de un lugar sagrado”. Para concluir, se renueva el llamamiento a la comunidad internacional para que trabaje por un alto el fuego inmediato en Gaza que ponga fin a esta guerra” y para “garantizar la protección de todos los lugares religiosos y humanitarios, y brindar alivio a las masas hambrientas en toda la Franja de Gaza”.
Mientras tanto, las consecuencias de la guerra de Israel contra Hamás en la Franja, en respuesta al ataque terrorista del 7 de octubre de 2023, son cada vez más devastadoras. Desde el comienzo del conflicto, más del 70% de las estructuras de Gaza han sido arrasadas, lo que equivale a unos 160 mil edificios – en su mayoría viviendas – con el objetivo de impedir que los civiles regresen a sus hogares. No solo han sido ataques aéreos y terrestres con tanques, sino que también han contribuido a la destrucción contratistas privados que operan con excavadoras y reciben hasta 1500 dólares por cada edificio demolido. Un informe que publicó hoy la BBC acusa a Israel de haber demolido miles de edificios en toda Gaza desde que se retiró del alto el fuego con Hamás en marzo. En las últimas semanas han sido arrasados pueblos y suburbios enteros donde antes vivían decenas de miles de personas. Las imágenes satelitales muestran destrucciónes masivas en varias zonas que el comando militar israelí afirma tener bajo “control operativo”.
(Foto del Patriarcado Latino de Jerusalén)