28/11/2015, 00.00
SINGAPUR
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Singapur rehabilita al comunismo, pero permanece la prohibición para los Testigos de Jehová

El gobierno quitó del índice 240 libros hasta ahora prohibidos. Entre éstos, “La larga marcha” y novelas eróticas del 1.700, heredad del colonialismo británico. Permanece la prohibición para los volúmenes que se refieren a la secta puesta al índice en la ciudad-Estado. La Constitución garantiza la libertad religiosa, pero el Estado monitorea con atención la práctica del culto.

Singapur (AsiaNews/Agencias)- El gobierno conservador de Singapur ha levantado la prohibición a 240 publicaciones consideradas hasta ahora prohibidas. Entre éstas hay también textos que se inspiran en la doctrina y en la historia comunista china, como “la larga marcha”, además de novelas y cuentos del pasado colonial como la colección de historias eróticas “Fanny Hill” de 1748. Según lo que refieren los vértices de la Authority para el desarrollo de los Medios (MDA), quedan aún prohibidos textos de carácter religioso que se refieren al movimiento de los Testigos de Jehová, declarados ilegales desde 1972.

Los representantes de la MDA explican que “con cadencia regular” se hacen controles y revisiones de las publicaciones, para que “estén al paso con las normas sociales” y a la sensibilidad del período histórico.

La “Undesirable Publications Act” mantiene la prohibición que, según el ejecutivo de la ciudad- Estado, son contrarias al interés público y a las buenas costumbres; por esto queda prohibida la importación, la venta y la difusión de este material.

Entre éstas hay revistas y libros para adultos con evidente carácter pornográfico y material religioso que se refieran a la doctrina y al credo de los Testigos de Jehová. Los fieles de la secta son considerados ilegales desde 1972, porque están contra el servicio militar y rechazan cantar el Himno nacional.

La Constitución de Singapur garantiza, en el papel, la libertad religiosa pero las leyes y la política del gobierno limitan en la práctica tal derecho. El gobierno exige y alienta la así llamada “armonía religiosa”, prohibiendo discursos o iniciativas que podrían representar fuentes de división o discordia interreligiosa.

Los budistas son el grupo más numeroso, con el 33% cerca de los fieles, seguidos por los cristianos que representan el 185 de la población (7% los católicos). Luego siguen los aoístas con el 16% y los musulmanes con más del 14%. Existe además una amplia representación de otros grupos religiosos, como los sijs, hebreos y zaraostrianos.

La religión es controlada con atención y cada grupo con más de diez miembros debe inscribirse en el Registro de las asociaciones. Además, la ley prevé la posibilidad de declarar ilegal a cualquier grupo religioso considerado por el Estado como peligroso o potencialmente tendiente a disturbar la armonía, el orden público o el bienestar de los ciudadanos. Hasta hoy, solamente dos grupos han sido declarados tales por el gobierno: los Testigos de Jehová prohibidos en 1972, y doce años después también la Iglesia unificada, fundada por el reverendo coreano, Sun Myung Moon.

 

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