Un baht demasiado fuerte: la paradoja de la economía tailandesa
La moneda de Bangkok sigue creciendo frente al dólar, su valor ya ha subido un 8% desde principios de año a pesar de que los fundamentos económicos no justifican esa tendencia. Con una crisis política pospuesta hasta las elecciones anticipadas de principios de 2026, existe el riesgo de que las maniobras especulativas perjudiquen aún más las exportaciones (que ya deben hacer frente a los aranceles de Trump) y el turismo.
Bangkok (AsiaNews) - Tailandia se enfrenta cada vez más al fortalecimiento de su moneda, el baht, con importantes repercusiones en su economía. Desde principios de año la moneda tailandesa ha registrado un aumento del 8% de su valor respecto al dólar, que actualmente requiere más de 32 baht al tipo de cambio. Tomando como referencia el año 2022, esa apreciación supera el 20%, una performance sin precedentes entre las monedas asiáticas. Este fortalecimiento podría tener repercusiones negativas para las exportaciones y el turismo en un contexto de crecimiento débil y perspectivas inciertas. En realidad las causas del fenómeno parecen poco claras, más relacionadas con la opacidad de los flujos financieros y la especulación que con una mejora en los fundamentos de la economía tailandesa. Se habla mucho – por ejemplo – de una cantidad anormal de transacciones de compraventa de oro que se realizan utilizando el baht como moneda.
Bangkok ha superado recientemente una crisis política que una vez más se ha resuelto con maniobras palaciegas, pero las próximas elecciones anticipadas, previstas para principios de 2026, podrían revertir la situación si triunfara (como dicen ampliamente las encuestas) el progresista Partido Popular (People’s Party), anti-establishment y contrario al Pheu Thai, el partido populista liderado por el ex primer ministro Thaksin Shinawatra, protagonista del reordenamiento de alianzas que les negó el gobierno del país tras la victoria en las elecciones de mayo de 2023.
El país se encuentra actualmente en manos de un primer ministro hábil en las maniobras políticas pero sin experiencia directa de gobierno - al igual que su partido Bhumjaithai -, que tiene ante sí una perspectiva de espera de las elecciones con pocas posibilidades de llevar a cabo intervenciones concretas a nivel de estabilidad y de recuperación de la confianza de los tailandeses. La disolución del Parlamento se ha previsto para enero y las nuevas elecciones para mediados de año.
Las perspectivas para 2026 apuntan a un crecimiento del PIB de entre el 1,8 y el 2,2% respecto a 2024, y el Banco Mundial estima una reducción del 2,9% previsto al 1,8%. Las exportaciones tuvieron un aumento importante en julio respecto al año anterior (14,4%), pero este dato positivo contrasta con el déficit de 1.900 millones de dólares frente al superávit de 680 millones de dólares del mismo período del año pasado. Sin considerar las posibles repercusiones de los aranceles del 19% impuestos por Estados Unidos, el primer mercado de Tailandia. El turismo, uno de los más importantes entre los sectores primarios de servicios, ha experimentado hasta ahora una caída interanual del 7% que, según las previsiones, podría confirmar al final del año una disminución del 20% respecto a los niveles de 2020.
En general, por lo tanto, el panorama económico es desfavorable, a lo que se suma el elevado endeudamiento de los hogares tailandeses y un creciente costo del crédito. La Federación de Industrias Tailandesas ya ha advertido que, si no hay contramedidas sobre el baht, las repercusiones en las exportaciones podrían ser graves, especialmente en los sectores de la electrónica y la automoción, cruciales para la segunda economía del Sudeste Asiático.
20/06/2023 13:51