21/04/2015, 00.00
INDIA-ISLAM-CAMERUN
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Un misionero hindú en el norte de Camerún, infectado de Boko Haram

de Piero Gheddo
El testimonio del p. Xavier Ambati, del Pime, llegado del Andhra Prades para la misión “ad gentes” en África. Las aldeas animistas buscan en el cristianismo o en el islam una vía a la normalidad. Los milicianos islamistas de Boko Haram raptan, matan, reclutan nuevos combatientes entre los jóvenes desocupados. De hace un año un grupo de técnicos chinos están en las manos de los extremistas musulmanes. La fe cristiana se difunde entre los jóvenes y las familias.

Milán (AsiaNews)- El Norte de Camerún está terriblemente infiltrado por los Boko haram que llegan del Estado de Borno en el norte de Nigeria, donde ya vige la ley coránica “sharia” y casi cada día hay escuelas y aldeas cristianos víctimas de los extremistas del islam. La frontera entre Camerún y Niferia, larga más de 2 mil km, pasa en forestas y estepas sin ninguna barrera divisoria. Los Boko Haram entran fácilmente y reclutan a jóvenes desocupados, mandando 250 dólares al mes a sus familias (cuando los docentes y enfermeros gana entre 70-80 dólares); si estos jóvenes quieren retirarse, les cortan la garganta a ellos y a sus familiares en Camerún; asaltan aldeas, detienen autobuses del servicio estatal matando a los musulmanes que no saben leer el Corán y a los hombres cristianos; se llevan las mujeres a Nigeria y a los niños como rehenes. Las embajadas occidentales han ordenado a sus ciudadanos que se retiren del Norte de Camerún, dividido del Sur, donde el islam está poco presente, por 900 km de forestas.

¿Quién se quedó en el Norte? Misioneros, hermanas para asistir a sus cristianos. El Norte Camerún tiene unos 7 millones de habitantes, 1,5 millones son musulmanes y 350 mil cristianos, pero la mayoría de la población es todavía animista y diversas tribus tienden a convertirse a Cristo. Estamos en una verdadera misión “ad gentes”. Si en el Norte no estuviese el personal religioso extranjero, las 4 diócesis locales no podrían sobrevivir, Desde 1967 el Pime está presente en el Sur de Camerún y en el Norte desde 1974, donde trabaja en 2 diócesis (Moroua y Yagoua), sobre todo en 2 tribus, Ghizigá y Toupuri, con una decena de curas y hermanos, entre los cuales un sacerdote hindú, Xavier Ambati, que tiene una historia interesante.

Nacido en el años 1968 en Nandigama en Andhra Pradesh, de padres que eran enseñantes en escuelas luteranas; todavía hoy Xavier habla con admiración de la rigurosa formación de los luteranos. A los 22 años, cuando ya estudiaba en la Universidad, se convirtió a la Iglesia católica y fue ordenado sacerdote del Pime en 2003. De hace 11 años está en el Norte de Camerún, en los últimos años a contacto  on el islam extremista y los Boko Haram. Al inicio estuvo en Mouturwa, parroquia fundada y luego entregada al obispo local. El p. Xavier fue a Kousseri (ciudad islámica, 100 mil habitantes) en la frontera entre Ciad y Nigeria, donde el p. Giovanni Malvestio estaba construyendo la iglesia, la escuela y varias obras parroquiales para los pocos cristianos de la ciudad. Mientras estaba en Kousseri, del lunes al viernes Xavier iba a fundar la iglesia de Waza, cerca del homónimo parque nacional y a 7 km de Nigeria, el sábado y el domingo volvía a Kousseri para ayudar en la pastoral dominical.

 Padre Ambati en las aldeas animistas y musulmanas   

Entrevistado en Milán, el p. Xavier cuenta: En Waza un misionero francés había construido una gran sala de ladrillos que funcionaba como iglesia y como lugar de reunión y escuela. No había una casa y dormía sobre un colchoncito en la iglesia. Llevaba conmigo a 5-6 cristianos jóvenes de Kousseri, nos encontrábamos con la gente, se hablaba de Jesús y de la Iglesia, se visitaban los pueblos para buscar a los cristianos, pero eran pocos. Nos hacíamos conocer como misión católica que debía nacer en Wazá, dejando estampitas de Jesús y de la Virgen en sus cabañas. Quie se interesaba al cristianismo nos daba su nombre y prometíamos volver. Yo hablaba francés, los jóvenes traducían a la lengua local. A veces celebraba la misa, con la capilla llena de gente, pero las comuniones eran pocas, además de mis jóvenes. En 6-7 aldeas he construido la capilla en barro y paja, como signo que querían  conocer el cristianismo. En el año 2013 los Boko Haram se infiltraron a Camerún por Nigeria; el ejército camerunés intervino y en Navidad y Pascua 2013, cuando celebraba la misa, los soldados que defendían la iglesia eran 30, la gente casi toda animista. En aquellas regiones de frontera entre cristianismo e islam, si no llegamos a los animistas se convierten en musulmanes. En el mundo moderno, el animismo no cuanta más nada, por lo tanto es necesario elegir o se vuelven cristianos o ser obligados a convertirse al islam. Con los jóvenes católicos que venían conmigo, llevábamos algo para comer, pero en general comíamos lo que tenían las familias de las aldeas. A veces yo compraba en los mercaditos locales mijo y comíamos polenta de mijo con alguna familia y con la polenta algo de pescado seco u otros animales de la foresta, como los ratones y algún tipo de hierba del monte hervida. La gente comía eso y también para nosotros, a la mañana, al mediodía y a la noche nuestra comida era esa. Una verdadera penitencia pero también los muchachos conmigo lo hacíamos con gusto.

Un “Campo de trabajo” para los jóvenes cameruneses

La Navidad de 2012 fue una de las fiestas más solemnes que yo haya celebrado en Wazá, poco antes que llegasen los chinos. Para prepararnos para la Navidad, organicé, con la ayuda del p. Giovanni Malvestio y del sacerdote diocesano p. David Menema (su colaborador en Kousseri), un “Campo de trabajo para jóvenes” de 5 días como se hace en Italia. En esa pequeña ciudad aislada en el Parque nacional, el evento fue un suceso notable, también porque la Navidad es muy sentida también por los musulmanes como una fiesta religiosa popular de todos.

La vigilia de Navidad fui de Kousseri a Wazá con un seminarista y 6 jóvenes cristianos, bien recibidos por las autoridades civiles, por los líderes tradicionales y de las otras religiones. Después de la cena, hemos preparado la Misa de navidad, explicando el significado de la fiesta, enseñando algunos cantos y mostrando concretamente cómo se celebra la Misa del día después con cantos, velas, incienso y una procesión a la cual participan todos. El día de navidad que era un domingo, hemos celebrado la Misa, contando con la presencia de las autoridades de Wazá, muchos jóvenes y gente del lugar. Una ceremonia y una fiesta tan solemne jamás la habían visto.

Después del almuerzo se visitó un pueblo a 15 km del centro llamado Tagawa, con habitantes tupurí y massá. Han participado los jóvenes de Wazá y Kousseri y algunos funcionarios locales y hemos entusiasmado al pueblo con animaciones en su lengua. Después varias familias han manifestado que querían ser cristianos. El líder local del islam alentó a la gente a construir una capilla para rezar juntos, ¡algo que después hicimos! El lunes fuimos a visitar a otras 2 aldeas: Jiguina (15km) con una sola familia católica y todos los otros musulmanes; en la segunda, Madá (a 5 km) había una mujer protestante. En ambas aldeas hemos presentado el Evangelio, enseñando el Padre Nuestro. El día después visitamos el pueblo de Bonderi con programa similar, pero este pueblo está compuesto por 50 familias de religión tradicional y algunas familias cristianas de las cuales 3 católicas y una protestante que desea entrar en la Iglesia católica. En este pueblo teníamos más tiempo así que bendijimos las campanas y visitamos a los enfermos y la gente expresó el deseo de tener una presencia regular de un sacerdote. El último día hemos celebrado también la Misa en Wazá, trayendo a muchas personas y familias y luego cerramos el Campo con la promesa de hacer otro para Pascua.

Estos 5 días fueron muy positivos, ya sea por el entusiasmo de los jóvenes locales y de aquellos que me acompañaban de Kousseri, ya porque se demostró importante la presencia del seminarista de la diócesis de Yagoua, enviado por su obispo, que durante toda la permanencia ha guiado la oración de la noche y el Rosario, haciendo una pequeña catequesis cotidiana a los jóvenes presentes. Justo estos jóvenes locales han preparado nuestra venida proveyendo a nuestra comida y alojamiento en el mejor modo posible, en esa situación de gran pobreza.

Boko Haram secuestra a los chinos en el trabajo


En los pueblos de la futura parroquia de Waza el gobierno de Camerún construye una carretera que parte de Kousseri y va hacia el sur, también para determinar la frontera con Nigeria. En el 2013 llegaron los chinos y construyeron el camino para el gobierno de Camerún, de norte a sur, más de mil kilómetros de largo; la carretera pasa justo al lado de nuestra capilla y hemos vivido durante varios meses con los chinos, que fueron divididos en grupos a lo largo de esa ruta. El grupo que estaba en Waza tenía grandes máquinas para trabajar, camiones, excavadoras, oruga, excavadoras, etc. Los chinos vivían en casas prefabricadas traídas de China, las montaron y luego desmontaron y llevaban y producían su electricidad.
 

A principios de 2014, el Parque Nacional de Waza algún día surgieron de repente alrededor de 300 hombres de Boko Aram, todos armados y encapuchados. Ellos rodearon el campamento chino y se llevaron a una docena de jefes, directores y técnicos, pero no los trabajadores chinos que son presos liberados en China para trabajar en lugares peligrosos. Los prisioneros de nuestro grupo eran alrededor de 70, hacían los trabajos más difíciles y también tenían trabajadores locales, pero los africanos son poco con ellos, ya que se ven obligados a trabajar y se les paga muy poco. He oído que en China hacen esta propuesta a los presos, si van a trabajar en el extranjero pero en China no se sabe cuántos años, entonces son liberados.


Para defender los chinos había una treintena de militares cameruneses, uno de ellos disparó, pero fue asesinado, los otros, al ver la legión de guerrilleros, huyeron. El Boko Aram, me han dicho en el pueblo de Waza, eran un verdadero ejército, imposible detenerlos. Por suerte, vinieron un día cuando estaba en Kousseri con unos jóvenes cristianos, o si no también nos secuestran. Me dijeron que trajeron los líderes chinos a la frontera del Estado nigeriano, donde está su mando y hasta la fecha aún no los han liberado. Después de esto, el superior del PIME en Camerún y luego el obispo, me dijeron de ser retirado: ¡demasiado peligroso!


El obispo me envía a fundar una nueva parroquia
 

Algunos meses más tarde, el obispo de Yagoua me envió a fundar una parroquia en Waga, a unos 120 km de la frontera con Nigeria y Chad, también un territorio infiltrado por Boko Aram. Y aquí yo duermo en la gran iglesia de barro y paja. Estoy empezando a tomar contacto con los pueblos animistas dónde encuentro algunas familias católicas que me agradecen por haber venido con ellos.

 

Yo ya había estado en Magà en los últimos meses con el p. Giuseppe Parietti para ver la situación, nos detuvimos unos días y habíamos rodeado algunas aldeas. Tengo la idea de que se trata de una misión ad gentes, con muchos animistas que desean convertirse en cristianos. En Magà está la situación que se encuentra en cualquier lugar en el norte de Camerún. La mayoría de las personas (que pertenecen a diferentes grupos étnicos o tribus) son todavía animistas. Cada pequeño pueblo o cada familia siguen su propio camino y no tiene punto de referencia por la vida moderna, sin apoyo o protección. Incluso los jóvenes tribales, educados en la adoración de los espíritus de la aldea, la tribu o la familia, están desorientados y aislados, mientras que los cristianos y los musulmanes tienen el libro (la Biblia o el Corán) y la Iglesia o de la "umma" islámica. Es inevitable, como es el caso en todo el norte de Camerún, que se imponga la elección de una religión adaptada a los tiempos modernos.


A principios de septiembre retorno a Camerún y voy a Magà para iniciar la parroquia. Debe haber algunos cientos de cristianos esparcidos en varios pueblos, pero sin un sacerdote residente desde hace muchos años: no sé todavía cuántos quedan. También hay tres monjas africanas que iniciaron una escuela primaria en mampostería, construidos por las monjas canadienses. En su casa de las hermanas tienen una capilla, pero demasiado pequeña para la parroquia. Hace muchos años hubo un misionero francés que venía a Magà una vez al mes, había bautizado a muchos y utilizó ese cobertizo de paja que hoy se tambalea y con el techado roto en varias partes. Debe ser reparado, porque yo duermo en la iglesia. No tengo nadie para comer: el padre canadiense comía con las monjas canadienses, pero voy a comer solo. Al principio me traen algo los cristianos de la aldea, luego, voy a tratar que alguien pueda hacerme comer, pero lo pensaré cuando esté en el lugar. Creo que no voy a morir de hambre y un misionero mayor me dijo que al comienzo de una misión se tiene que soportar un poco de penitencia, porque los cimientos de una Iglesia es la Cruz de Jesucristo.

 

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