Atentados en Bruselas: el Papa, cerca de las víctimas, condena la violencia ciega

Mensaje de Francisco. Para Al- Azhar “estos crímenes atroces violan las enseñanzas de tolerancia del islam”. Explosiones en el aeropuerto y en el subterráneo provocaron 34 muertos y casi 200 heridos. El testimonio de un libanés: “Durante 20 minutos permanecimos afuera, sin saber qué hacer…no había nada, ni policía, ni ambulancias”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- El Papa manifiesta su cercanía en la oración a quienes han perdido la vida en los atentados de Bruselas, y renueva su condena de la “violencia ciega” que provoca tanto dolor.

En el mensaje de condolencias firmado por el cardenal y Secretario de Estado, Pietro Parolin, enviado por el arzobispo de Malinas-Bruselas, Mons. Jozef De Kesel, se lee, de hecho, que “al tener noticia de los atentados cometidos en Bruselas, que han afectado a numerosas personas -dice el texto- Su Santidad, el Papa Francisco, confía a la misericordia de Dios a cuantos han perdido la vida y se une en oración al dolor de sus seres queridos. Expresa su profunda cercanía a los heridos y a sus familiares, así como a todas las personas que contribuyen a las operaciones de socorro, pidiendo al Señor que les de fortaleza y consuelo en esta prueba. El Santo Padre condena de nuevo la violencia ciega que engendra tantos sufrimientos e, implorando a Dios el don de la paz, invoca sobre las familias tan probadas y sobre los belgas el bien de las bendiciones divinas”.

Contra los atentados, aparte de los exponentes del mundo político y civil, se expresó también Al-Azhar, máxima expresión del mundo sunita. En un comunicado, “condena con fuerza estos ataques terroristas. Estos crímenes atroces violan las enseñanzas de tolerancia del islam”.

Los atentados de los cuales se habla ocurrieron esta mañana. El primero fue a las 8, con dos explosiones en el área de embarques hacia los EEUU del aeropuerto de Bruselas, que, según la ministra belga de Salud, Maggie de Block, habrían provocado 14 muertos y 81 heridos. Una hora después, hubo otra explosión en la estación Maalbek de la línea de subterráneos metropolitana, cerca de la sede de la Comisión Europea y del Consejo europeo, que habría causado 20 muertos y más de un centenar de heridos.

Los atentados convirtieron a Bruselas en una ciudad cerrada: fue cerrado el aeropuerto, con consecuencias en todo el tráfico aéreo europeo, fueron cerradas las estaciones de la línea metropolitana de subterráneos, los servicios de transporte público quedaron suspendidos, el tráfico de automóviles privados quedó paralizado y blindado en las calles.

Una dramática reconstrucción de lo ocurrido fue brindada por un investigador libanés, Kassem, que estaba en el aeropuerto y se preparaba para partir. “Llegué a las 7.50, la explosión sucedió 10 minutos después, en el salón de embarques. No entendí inmediatamente qué había ocurrido. Todos comenzaron a gritar. Vi caer una parte del techo, todavía no comprendíamos que se trataba de una bomba. Comenzaron a correr rumbo a la salida, a empujarnos. Cuando llegué afuera, fue la segunda explosión. Fue aún más fuerte, y los pedazos de vidrio comenzaron a caernos encima. Afuera todos estaban en estado de shock: veía a las personas llorar, gritar, veía heridos. Por 20 minutos estuvimos afuera sin saber qué hacer…No había nada, ni policía, ni ambulancias. Comenzamos a caminar, bajamos al estacionamiento, nos seguíamos unos a otros, nadie nos dio indicaciones. Luego llegaron la policía, soldados, ambulancias. Prosiguieron con la evacuación y bloquearon el acceso al aeropuerto”.