Cristianos y musulmanes trabajen juntos para ayudar a quienes estén en necesidad

Mensaje del Pontificio consejo para el diálogo interreligioso por el Ramadán. Frente a tantas víctimas de conflictos y violencia “es vital que todos trabajen juntos para asistir a quienes pasan necesidad, prescindiendo de su etnia o de su credo religioso”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Frente a tantas víctimas de conflictos y violencias “es vital que todos trabajen juntos para asistir a quienes pasan necesidad, prescindiendo de su etnia y de su credo religioso”. Y, cuando para realizar dicho objetivo, cristianos y musulmanes unen sus esfuerzos, ellos obedecen a “un importante mandamiento presente en nuestras respectivas religiones y damos muestra de la misericordia de Dios, ofreciendo así un testimonio más creíble, como individuos y como comunidades”. Es cuanto afirma el mensaje augural difundido durante el Ramadán -iniciado este año alrededor del 6 de junio- y para la fiesta conclusiva del “Id al-Fitr, que será hacia el 5 de julio, por el Pontificio consejo para el diálogo interreligioso sobre el tema: Cristianos y musulmanes: beneficiarios e instrumentos de la divina misericordia.

En el documento, firmado por el Card. Jean Louis Tauran y por el secretario del Dicasterio, Mons. Miguel Ángel Ayuso Guixot, se lee que “es un tema que está en el corazón tanto de los musulmanes como de los cristianos, es la misericordia. Sabemos que tanto el cristianismo como el islam creen en un Dios misericordioso, que muestra su misericordia y su compasión hacia todas sus criaturas, en particular a la familia humana. Èl nos ha creado por su inmenso amor. El es misericordioso al cuidar de cada uno de nosotros, entregándonos los dones necesarios para nuestra vida cotidiana, como la comida, un lugar de reparo y seguridad. Sin embargo, la misericordia de Dios se manifiesta, en modo particular, a través del perdón de nuestras culpas; por lo tanto, Èl es Aquel que perdona (Al-Ghafir), Aquel que perdona mucho (al-Ghafour)”.

“Para subrayar la importancia de la misericordia, Su Santidad el Papa Francisco convocó al Año Jubilar de la Misericordia ,del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016. Él dijo al respecto: “He aquí…el por qué del Jubileo: porque este es el tiempo de la misericordia. Es el tiempo favorable para curar las heridas, para no cansarnos de encontrar a cuántos están en la espera de ver y tocar con su mano los signos de la cercanía de Dios, para ofrecer a todos, a todos, el camino del perdón y de la reconciliación” (Homilía, 11 de abril 2015)”.

“Vuestra peregrinación (hajj) a los Lugares Santos, principalmente a la Meca y a Medina es ciertamente un tiempo propicio para experimentar la misericordia de dios. De hecho, entre los más conocidos augurios que se dirigen a los peregrinos musulmanes está este: “Te deseo una peregrinación bendita, resultados loables y el perdón de tus pecados”. Realizar una peregrinación para obtener el perdón por los pecados de parte de Dios misericordioso , sea éste para los vivos o para los muertos, es realmente una observancia de una importancia destacable para los creyentes”.

“Nosotros, cristianos y musulmanes, estamos llamados a hacer las cosas lo mejor posible en el imitar a Dios. Él, el Misericordioso, nos pide ser misericordiosos y compasivos hacia los demás, especialmente hacia aquellos que se encuentren pasando cualquier tipo de necesidad. Del mismo modo, Él nos invita a perdonarnos mutuamente”.

“Mirando a la humanidad de hoy, nos entristecemos al el ver tantas víctimas de conflictos y violencias- pensamos aquí en particular en los ancianos, en los niños y en las mujeres, especialmente en aquellos que son presa del tráfico de seres humanos -y en tantas personas que sufren a causa de la pobreza, de la enfermedad, de las dependencias, de los desastres naturales y de la desocupación. No podemos cerrar los ojos frente a estas realidades o dar vuelta la cara hacia otra parte frente a estas situaciones. Es verdad que hay situaciones a menudo muy complejas, cuya solución va más allá de nuestras capacidades. Por lo tanto, es vital que todos trabajen juntos para asistir a quienes están necesitados, prescindiendo de su etnia o de su credo religioso. Es motivo de gran esperanza ver y oír acerca de musulmanes y cristianos que se unen para ayudar a los necesitados. Cuando unimos nuestros esfuerzos, nosotros obedecemos a un mandamiento presente en nuestras respectivas religiones y damos muestra de la misericordia de Dios, ofreciendo así un testimonio más creíble, como individuos y como comunidades. ¡Pueda Dios Misericordioso y Omnipotente ayudarnos a caminar a lo largo del sendero de la bondad y de la compasión!”.