31/08/2015, 00.00
BANGLADESH
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Desde Colombia al caos de Dhaka: La alegría de la misión, una nueva fuerza espiritual

de Danilo Goméz
Una carta del p. Danilo Gómez, sacerdote diocesano de Sonsón-Rionegro "prestado" a la misión con el PIME en Bangladesh. A partir del estudio de la lengua local para descubrir las tradiciones locales, el joven sacerdote cuenta de sus años asociado a los misioneros en el país asiático y el encuentro con la población.

Dacca (AsiaNews) - Ha pasado casi un año de su llegada a Bangladesh del p. Danilo Gómez, un sacerdote colombiano. Originario de la diócesis de Sonsón - Rionegro, después de un breve periodo en Italia en Italia ha partido de nuevo al país del sur de Asia como asociado del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME). En una carta enviada a sus amigos y publicada aquí el p. Danilo cuenta con entusiasmo sus primeros pasos en esta tierra extranjera. Del estudio continuo de la lengua local, las primeras misas en bengalí; el tráfico "realmente único" en Dhaka, la capital; la cálida bienvenida de la población; el papel fundamental de la religión en la vida cotidiana de la población. Y aunque muchos son "la desigualdad social, la injusticia, la corrupción política, y otros factores que hacen que la riqueza está en manos de unos pocos y los pobres no tienen acceso a una vida digna", para el sacerdote es "una 'muy hermosa y enriquecedora experiencia", que está " fortaleciendo mi vida espiritual". A continuación se presenta el texto completo de la carta.
 

Queridos míos,

el gozo, la alegría, la gracia y el amor del Señor los colme a ustedes. Saludos de paz y bien desde Bangladesh. Me alegra mucho escribirles en esta ocasión. Esperando gocen de buena salud, y que todo cuanto realizan sea para gloria de Dios y salvación de los que el Señor les ha encomendado. Les cuento que, no los dejo de recordar en la oración, en la Misa y en mi tarea apostólica. Agradezco a Dios por ustedes, y por todo el bien que me han procurado.

Les cuento que ya ha pasado casi un año, de mi estadía aquí en Bangladesh. Les agradezco por tanta bondad y paciencia para conmigo. Los días que he pasado en medio de ustedes han sido inolvidables, nunca se olvida el calor del hogar, el olor de la arepa y del buñuelo mañanero. El sabor y alegría de casa son únicos, y encontrarlos en otro lugar no es cosa fácil, diría que imposible. El amor familiar, las bondades que he recibido de Dios llamándome a ser su ministro, los lugares donde he estado trabajando en la diócesis, aprendiendo otros idiomas… conociendo otros lugares, (Italia, Irlanda, Bangladesh)… etc. Así que, ruego al Señor les conceda a ustedes, el doble de parabienes por todo lo que me han brindado.

Ahora les paso hablar de mi proceso misionero aquí en Dhaka, Bangladesh, mi estudio del idioma, y un poco de cómo es esta nación que limita con India por todos lados a excepción del sur-oriente que limita con Myanmar, su gente y otras curiosidades que me han llamado la atención. Ya casi llevo un año de estudio del Bangla que es el idioma de este país asiático, Bangladesh tiene más de 160 millones de habitantes, en una extensión de 147,570 km2, su capital es Dhaka. El estudio del idioma, es parte de la preparación de la misión que estoy realizando.

He conocido ya algunas partes de Bangladesh que cuentan su historia y muestran su país: Dinajpur, Suhiary, Danyury, Nagori, Modbari, Tumilia, Borni, el Epice (Girani), etc.... Bangladesh es conocido como el país de la lengua. Porque desh es país en Bangla y Bangla es el nombre de este idioma que deriva del sanscrito, el persa y el árabe. Bangladesh esta bañado por más de 700 ríos, aquí mencionamos los más importantes: el Padma, el Meghna, el Ganges y el Brahmaputra... y el mar Bay del Bengala, ubicado al sur del país. 

Los habitantes son muy abiertos y queridos, hospitalarios y trabajadores. Sus familias son numerosas y sus casas pequeñas. Bangladesh también es rico en frutas, de tal manera que cada mes se puede comer la fruta estacional. Como por ejemplo el licu, el mango, la papaya, la piña, el jackfruit, el banano y otros tipos de frutas propios de esta tierra.

El arroz, el pez, las lentejas, el chile y los vegetales son los principales alimentos. También el pan (llamado pita) sin levadura, y los diferentes dulces que preparan con arroz, banano, leche, y especies.

La bebida que acompaña cada alimento es el agua, y por supuesto no puede faltar para el desayuno diario, o para agasajar al invitado con un buen té caliente, agua y diferentes dulces, y sabrosas y frescas frutas.

Aquí la religión juega un papel muy importante ya que es un país musulmán, por ejemplo, el licor está prohibido por ley. En Bangladesh hay una minoría, hindú, religiones naturales, y también una presencia cristiana de un 0,5%. La vida se desarrolla en torno a la vida religiosa como el ramadán, el sacrificio de Isaac, el Eed para los musulmanes, que concluye el Ramada, el mes de ayuno musulmán, en este día oran en las mezquitas, estrena traje, y celebran con muy buena comida; la Puja de los hindúes y la Navidad de los cristianos y sus demás festividades litúrgicas.

Les cuento que durante el año pasado y éste, he vivido en la capital Dhaka, en la casa del PIME (Instituto Pontificio de Misiones Extranjeras), con un sacerdote que dirige esta casa, el padre Giovanni Beretta, allí he vivido, también con el padre Belisario mi compañero de Misión. Durante la semana tenemos la misa, el estudio del Bangla, los alimentos juntos y la ocasión para orar, celebrar la Misa, leer y navegar en internet.

Durante la semana nosotros visitamos algunas casas religiosas para celebrar la Misa en Inglés (estos son los nombres de las comunidades que visitamos: hermanas de María Bambina, Holy Cross Borthers, Las Hermanas del ARN), y para compartir un poco con ellos; algunos días en la semana también celebramos en la casa en italiano. También durante este tiempo hemos podido ir a visitar, un lugar de misión para practicar las dos o tres palabras que sabemos de Bangla. El Padre Belisario a Utoli, no muy lejos de Dhaka la capital. Y, yo voy a Mirpur, aquí en Dhaka a la Parroquia Reina de los Apóstoles. En esta parroquia hay dos sacerdotes italianos, el padre Quirico Martinelli, el padre Emmanuele Melli y un hermano del PIME (Instituto Pontificio de Misiones Extranjeras) Alessandro Marangi. La parroquia, acogen un grupo de jóvenes que estudian diversas materias en la High School, y viven aquí en la parroquia. Durante la estadía en la parroquia, ellos tienen la posibilidad y el tiempo de discernir para entrar a formar parte del PIME (Instituto Pontificio de Misiones Extranjeras), como seminaristas y comenzar así el proceso de formación como misioneros ad gentes et ad vitam, en la misión.

Hace mes y medio en acuerdo con el superior del PIME en Bangladesh, el Padre Franco, el padre Belisario y yo, estamos en dos lugares de misión, para practicar lo que hemos aprendido en la escuela de Bangla. El padre Belisario está en una zona industrial llamada Girani, donde está el centro de Jesús obrero, que tiene como misión hospedar jóvenes que trabajan en las fabricas vecinas por un año o más si es necesario mientras se organizan por su propia cuenta. El centro también ofrece acompañamiento a los cristianos que están presentes en la zona. Y ofrece también servicios litúrgicos en la capilla de la misión, servicio de consejería y visitas a las familias. 

Yo estoy en Mirpur una zona de la ciudad de Dhaka bastante grande, la parroquia atiende un número considerable de cristianos (alrededor de 2000 cristianos). Además la parroquia tiene un lugar para hospedar enfermos, los enfermos los envían de diversas partes de Bangladesh por los obispos, sacerdotes, religiosas o catequistas, los enfermos y sus acompañantes, tienen la posibilidad de un carro que los lleva para las visitas medicas y demás necesidades del paciente. Además la parroquia tiene a cargo 12 jóvenes que como ya mencione estudian en las instituciones educativas, y colaboran en el parroquia con los diferentes eventos, programas y festividades que aquí se tienen. 

Aquí yo me quedo solo por un tiempo, yo he aprovechado para seguir yendo a la escuela de Bangla, recibo clases privadas, dos horas de lunes a viernes con la profesora Snydha Bryan. Durante la semana celebro la Misa en Bangla sea en la parroquia o en la casa de las hermanas del PIME. Los sábados y domingos siempre tengo la misa con la homilía en Bangla. La homilía yo la puedo hacer en Bangla, gracias a la hermana Clara, religiosa de San Luis Gonzaga, que generosamente me ofrece su tiempo para traducir la homilía.

La experiencia ha sido muy especial, también  porque gracias a que la embajadora de Colombia en Delhi, India vino a visitar en días pasados, la cónsul honorifica de Colombia, Paula, aquí en Bangladesh,  ella contacto al padre Belisario, y tuvimos la oportunidad de conocerla a ella, y al grupo de Latinoamericanos y también de otros países de Europa. Nosotros hemos celebrado la Misa con ellos durante ya varios días, en español y después de la misa un compartir, con las comidas típicas de América Latina y de la gastronomía en general.

Ahora volvamos al contexto del Bangladesh. A mí me ha impresionado mucho la forma sencilla de vida de los bangladeshí, ellos se sienten bien y contentos con su casita pequeña, donde acomodan a su familia,  la cama, las pertenencias, y afuera tiene el baño y la cocina.  Cuando nosotros les visitamos ellos ofrecen lo mejor que tienen porque quieren que uno se sienta bien. Ellos esperan siempre que se vuelva a visitarles porque les agrada mucho que los extranjeros entre a sus casas y compartan con ellos. Junto a esto están también las desigualdades sociales y las injusticias, la corrupción política y otros factores que hacen que la riqueza quede en manos de unos pocos y los pobres no tengan acceso a una vida digna.

Otra realidad única en el mundo, porque no la he visto en ninguna otra parte, es el trafico de la capital de Dhaka, es supremamente increíble cómo se mueven con una bicicleta, una moto, carro particular, bus, busetas, pequeños buses, etc. La expresión que nosotros usamos es, sabemos cuando salimos más no cuando llegamos.

Por mi parte, yo puedo decir, que la experiencia es muy bella y enriquecedora, la estoy aprovechado para continuar aprendiendo el inglés, leyendo, escribiendo y fortaleciendo mi vida espiritual.

Yo de salud me siento, gracias a Dios bien, y en mi tarea apostólica también. Yo agradezco a Dios y a todos los que nos rodean con su cariño y en especial con su oración para poder cumplir la misión que se nos encomienda.

Ayudar a otros siempre es una obligación y es la devoción propia de la fe cristiana. Entre nosotros muchos viven en la miseria, carecen trabajo, por ello en algunas ocasiones la gente pide trabajo, y que los lleve a mi país.

Recuerdo que un día viajaba a visitar un amigo, y el conductor del baby taxi, después del ritual de presentación: nombre, país, que hace… me pregunto cómo era la moneda de mi país. Yo le explique que eran pesos. El contento me dijo, a regálame algún peso, pero yo no llevo conmigo la moneda de mi país. Así que nos quedamos en silencio buen rato. Él rompió el silencio y  me dijo que le diera mil takas, para nosotros no es mucho. Pero con ese dinero, él podría comprarse una camisa, un longi (la falda que usan los hombres en Bangladesh como pantalón). Pero yo no le respondía, así que dejo de insistirme.

Gracias a que también yo he conocido colombianos que trabajan aquí en Bangladesh he disfrutado de la comida de mi tierra. Gracias a uno de ellos, Carlos Zuluaga, de Manizales,  he podido disfrutar de los platos típicos de la tierrita, como: un sabroso sancocho, un bueno pollo, con papas y arroz, mazamorra, queso y arepas. Así que Dios nos da más de lo que pedimos.

Seguro he contado muchas cosas, que no están bien hilvanadas en el discurso, pero la intención aquí es de mostrar un poco lo que he vivido y vive esta gran Nación del Asia. Antiguamente llamado la Tumba del Hombre blanco. La tierra del tigre de Bengala, del cricket, del té, del arroz, del katal, del nomoskar, del país de los ríos, del pueblo de la lengua Bangla. La nación que limita con India y Myanmar. La tierra del hombre santal que vive en la región de Dijnaspur, del urao que habita en Maimensin, del hombre marma que vive en las montañas que limitan con India y Myamar, cerca a la ciudad portuaria de Chitagon, de las arroceras en Dinajpur, de los mangos en Rashaji, el país del jackfruit (Katal). De la locura del tráfico en Dhaka. De la zona industrial en Sabar y el Epise. De las plantaciones de té y las colinas verdes de Sylet. Del Ilis, el pez nacional. De la flor nacional, el loto, que crece en los lagos del Bangladesh. País del oriente desde donde se alza el sol imponente y esplendoroso dando luminosidad y claridad al nuevo día. País desde donde el musulmán ora cinco veces al día, con la llamada del Imán, desde la torre de la mezquita.

País donde el saludo es parte esencial de la cultura y del cotidiano vivir. El Nomsokar que se hace juntando las manos llevándolas al pecho e inclinándose hacia la persona para saludarla; Jesu Pronam, el saludo entre los cristianos, donde toman la mano del sacerdote la llevan a la frente y después la besan, o simplemente se saluda llevando las manos juntas al pecho e inclinándose hacia la persona, recitando el saludo; Assalamualaikum el saludo musulmán, que quiere decir, La paz de Ala este contigo; tata, para saludar a los niños y también sirve de despedida… el koda hafesh, expresión de origen persa, para despedirse… y abar dekahobe, saludo de despedida que significa, nos vemos…

Finalmente les envió mi bendición, saludos a los todos y cuento siempre con su oración.

 

Nelson Danilo Gómez Giraldo, sacerdote.

Bangladesh, Dhaka, Sábado 18 de Julio de 2015.

Bangladesh, Dhaka, 3 del mes de Srabon del año 1422. En el día del Festividad Musulmán  Eed, el último día del ayuno musulmán (El Ramadan).

 

(Texto original de la carta en español)

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