24/10/2016, 12.37
VATICANO
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Papa: No vivir con la rigidez la ley, sino con mansedumbre, bondad y perdón que son dones de Dios

"Detrás de la rigidez en que siempre hay algo oculto, en muchos casos una doble vida; pero también hay algo de enfermedad. Cómo sufren los rígidos: cuando son sinceros y se dan cuenta de esto, ¡ellos sufren! Porque no pueden tener la libertad de los hijos de Dios; Ellos no saben cómo andar en la ley del Señor y no son benditos".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Detrás de las actitudes de rigidez en el obsequio a la ley "hay algo más, siempre", no la rigidez, sino la mansedumbre, la bondad y el perdón que son dones de Dios. Lo ha dicho el Papa Francisco en la homilía de la misa celebrada esta mañana en casa Santa Marta, inspirado en el pasaje del Evangelio que habla de Jesús que cura a una mujer el sábado, causando la ira de la sinagoga porque, según dice, la ley del Señor ha sido violada.

"No es fácil - observó el Papa - andar en la Ley del Señor", es "una gracia que debemos pedir". Jesús acusa a los jefes de la sinagoga de ser hipócritas, una palabra que "repite muchas veces con los estrictos, a los que tienen una actitud rígida en el cumplimiento de la ley", que no tienen la libertad de los hijos, "son esclavos de la ley". En cambio, "la ley no está destinada a hacernos esclavos, sino para hacernos libres, para hacernos hijos".

“Detrás de la rigidez hay otra cosa, ¡siempre! Y por esto Jesús dice: ¡hipócritas!”: Detrás de la rigidez hay algo escondido en la vida de una persona. La rigidez no es un don de Dios. La mansedumbre, sí; la bondad, sí; la benevolencia, sí; el perdón, sí. ¡Pero la rigidez no! Detrás de la rigidez hay siempre algo escondido, en tantos casos una doble vida; pero hay algo también de enfermedad. ¡Cuánto sufren los rígidos: cuando son sinceros y se dan cuenta de esto, sufren! Porque no logran tener la libertad de los hijos de Dios; no saben cómo se camina en la Ley del Señor y no son felices. ¡Y sufren tanto! Parecen buenos, porque siguen la Ley; pero detrás hay algo que no los hace buenos: o son malos, hipócritas o son enfermos. ¡Sufren!”.


Francis ha indicado a este respecto la parábola del hijo pródigo, en la que el hijo mayor, que siempre se había portado bien, se indigna con su padre porque acoge con alegría al hijo más joven despilfarrador, pero que regresa a su casa arrepentido. Esta actitud muestra lo que hay detrás de una cierta bondad, "la soberbia de creerse justo”. “Detrás de este hacer bien, hay soberbia. Aquel sabía que tenía un padre y en el momento más oscuro de su vida fue a lo del padre; éste del padre, sólo entendía que era el patrón, pero jamás lo había sentido como padre. Era uno rígido: caminaba en la Ley con rigidez. El otro ha dejado de parte la Ley, se ha ido sin la Ley, contra la Ley, pero en un determinado momento ha pensado en el padre y ha vuelto. Y ha tenido el perdón. No es fácil caminar en la Ley del Señor sin caer en la rigidez”.


"Roguemos al Señor - concluyó el Papa - “oremos por nuestros hermanos y nuestras hermanas que creen que caminar en la Ley del Señor es convertirse en rígidos. Que el Señor les haga sentir a ellos que Él es Padre, y que a Él  le agrada la misericordia, la ternura, la bondad, la mansedumbre, la humildad. Y que a todos nos enseñe a caminar en la Ley del Señor con estas actitudes”.

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