01/02/2023, 12.52
VATICANO - R.D. CONGO
Enviar a un amigo

El Papa desde el Congo: tú, cristiano que ejerces la violencia, depón las armas

El llamado de Francisco durante la misa celebrada en el aeropuerto de Kinshasa ante más de un millón de fieles, en un país profundamente herido por el conflicto. "En un mundo desalentado por la violencia y la guerra repitamos con Jesús: la paz esté con ustedes".

Kinshasa (AsiaNews) - Una inmensa multitud, bastante más de un millón de personas procedentes de toda la República Democrática del Congo, participó esta mañana en la misa que el Papa Francisco presidió en la zona del aeropuerto de Ndolo, en Kinshasa, en el momento culminante de la segunda jornada de su viaje a África. Ante ellos -en este país profundamente marcado por la guerra, que en las últimas semanas volvió a sembrar sangre y destrucción en el este del país- el pontífice hizo resonar el pasaje evangélico del saludo del Resucitado a los discípulos: "La paz esté con ustedes". "Jesús proclama la paz mientras en el corazón de los discípulos hay escombros, anuncia la vida mientras ellos sienten la muerte en su interior”, comentó en la homilía de la liturgia, salpicada de los cantos y de la riqueza de los colores africanos. La paz de Jesús llega en el momento en que parecía que todo había terminado, en el momento más inesperado e insospechado, cuando no había ni un atisbo de paz".

Un momento que la República Democrática del Congo, sumida en la guerra desde hace treinta años, conoce demasiado bien, como tantas otras zonas heridas del mundo actual. No podemos permitir que prevalezca en nosotros la tristeza", dijo el Papa a los fieles, "no podemos permitir que se cuelen la resignación y el fatalismo. Si a nuestro alrededor se respira este clima, que no sea así para nosotros: en un mundo desalentado por la violencia y la guerra, los cristianos hacen como Jesús. Él, casi insistiendo, les repitió a los discípulos: la paz esté con ustedes; y nosotros estamos llamados a hacer nuestro y contarle al mundo este inesperado y profético anuncio de paz". 

Desde Kinshasa, Francisco indicó tres "fuentes" para seguir alimentando la paz: el perdón, la comunidad y la misión. Ante todo, el perdón: "No se trata de dejar todo atrás como si nada hubiera pasado", explicó, "sino de abrir el corazón a los demás con amor. Esto es lo que hace Jesús: ante la miseria de los que lo negaron y abandonaron, muestra las heridas y abre la fuente de la misericordia. No usa muchas palabras, pero abre de par en par su corazón herido, para decirnos que siempre está herido de amor por nosotros".

Jesús conoce tus heridas, "continuamente infectadas por el odio y la violencia, mientras la medicina de la justicia y el bálsamo de la esperanza parecen no llegar nunca". Pero desea "ungirnos con su perdón para darnos la paz y el valor de poder perdonar también nosotros, el valor de realizar una gran amnistía del corazón".

"Que hoy sea un tiempo de gracia para acoger y vivir el perdón de Jesús", invitó el Papa Francisco a los congoleños. "Que sea el momento oportuno para ti, que llevas una pesada carga en el corazón y necesitas que te la levanten para volver a respirar. Y que sea el momento oportuno para ti, que en este país te llamas cristiano pero ejerces la violencia; a ti te dice el Señor: 'Deja las armas, abraza la misericordia'". Pidió a los fieles que se quitaran el Crucifijo del cuello y de los bolsillos, que lo tomaran en sus manos y lo acercaran a sus corazones "para compartir sus heridas con las de Jesús". "Démosle a Cristo la oportunidad de sanar nuestros corazones, desechemos en Él el pasado, todos los miedos y penas".

Junto con el perdón, la segunda fuente de paz es la comunidad: "Jesús resucitado no se dirige a los discípulos individualmente, sino que se reúne con ellos: les habla en plural. No hay cristianismo sin comunidad, como no hay paz sin fraternidad". Advirtió contra el riesgo de "estar juntos pero ir cada uno por su lado, buscando en la sociedad, pero también en la Iglesia, el poder, la carrera, las ambiciones". Habla de la manera de "no caer en las trampas del poder y del dinero, de no ceder a las divisiones, a los halagos del arribismo que corroen a la comunidad, a las falsas ilusiones del placer y de la brujería que nos encierran en nosotros mismos". El antídoto", explica, "es tener el valor de mirar a los pobres y escucharlos, porque son miembros de nuestra comunidad y no extraños a los que hay que borrar de la vista y de la conciencia. Abrir el corazón a los demás, en lugar de cerrarlo a los propios problemas o vanidades".

Por último, la misión, porque la paz también hay que anunciarla: "Los cristianos, enviados por Cristo, están llamados por definición a ser conciencias de paz en el mundo -concluyó-; no sólo conciencias críticas, sino sobre todo testigos del amor; no pretendientes de sus propios derechos, sino de los del Evangelio, que son la fraternidad, el amor y el perdón; no buscadores de sus propios intereses, sino misioneros del loco amor que Dios tiene por cada ser humano".

TAGs
Enviar a un amigo
Vista para imprimir
CLOSE X
Ver también
Desde el Congo, el Papa Francisco al mundo: ‘Saquen las manos de África’
31/01/2023 18:50
Musulmana, ex radical: Riad y el salafismo (wahabí) un peligro para el islam y para el mundo
17/12/2016 13:14
El Papa en el Congo: el tribalismo y la corrupción contaminan las comunidades
02/02/2023 13:06
Papa: ‘Estoy cerca de las víctimas del terremoto en Turquía y Siria, probadas por la guerra’
08/02/2023 13:24
Papa: la misión no es para bateadores libres, pues vive de la fraternidad
03/07/2022 14:45


Newsletter

Suscríbase a la newsletter de Asia News o cambie sus preferencias

Regístrese
“L’Asia: ecco il nostro comune compito per il terzo millennio!” - Giovanni Paolo II, da “Alzatevi, andiamo”