La conversión a la ortodoxia de los tártaros partidarios del Kremlin

de Vladimir Rozanskij

Las autoridades religiosas rusas quieren conciliar la identidad tártara con la ortodoxia nacional. Una manera de atenuar los impulsos separatistas latentes. El factor “Ucrania”. La conferencia tártara parece una "operación espiritual especial" en Crimea y Tatarstán.

Moscú (AsiaNews)- Se llevó a cabo en Moscú la VIII Conferencia Ortodoxa sobre “Misión entre los pueblos de lengua túrquica”, que varios comentaristas han descrito como una “asamblea de tártaros ortodoxos leales al Kremlin”, según escribe el observador de Idel.Realii Kharun Sidorov, activista y jurista tártaro emigrado a la República Checa. Por otra parte, en la conferencia casi no hubo oradores tártaros, lo que subraya el carácter propagandístico de la iniciativa.

Efectivamente, el aspecto religioso era secundario, pese a que la posibilidad de convertirse a la ortodoxia para los ciudadanos de la etnia tártara, aunque garantizada por la Constitución rusa, parece una iniciativa proselitista obsoleta. El tema era más bien la posibilidad de conciliar la identidad tártara con la ortodoxia rusa, a fin de reforzar las raíces del patriotismo étnico en el contexto de los impulsos separatistas latentes.

La conferencia fue organizada por el Departamento Misionero del patriarcado de Moscú, bajo la presidencia del arzobispo Kallistrat (Romanenko), a cargo de la eparquía siberiana de Gorno Altaisk, y animada por el diácono Konstantin Gavlo y la laica Dinara Bukharova (ver foto), la única de etnia tártara. El grupo de "tártaros ortodoxos" se reúne oficialmente desde hace siete años, pero sigue estando controlado por religiosos de etnia rusa.

El mismo Kalistrat es un obispo moscovita al frente de un territorio étnicamente mongol, y representa el modelo tradicional de "colonización ortodoxa" de los pueblos asiáticos en el territorio de la Federación Rusa. La conferencia se inauguró con el saludo del metropolita de Kazán, capital de Tatarstán, Kirill (Nakonečnyj), leído por su secretario, el hieromonje Kirill (Korytko). En el texto resonaba un concepto paradójico, según el cual el grupo paralelo de los "musulmanes rusos", organizados en la asociación "Norm", debe citarse siempre entre comillas, tanto porque "un ruso no puede ser musulmán", como por el hecho de que al frente de esta formación se encuentran casi exclusivamente personas con apellidos ucranianos.

Por otra parte, los oradores de la conferencia ortodoxa eran casi todos de origen ucraniano, como suele suceder en las asambleas de la Iglesia rusa, que tiene sus raíces más amplias y profundas en Ucrania. Esto hace pensar, dice Sidorov, que, "aunque en la ideología del 'Mundo Ruso' los ucranianos y los rusos son un solo pueblo, en esta circunstancia parecía que los ucranianos eran parientes de los turcos".

Entre los participantes se encontraban el vicepresidente del Congreso Nacional de Tártaros, Aleksandr Sokurov, y el líder de una ficticia "Comunidad de tártaros, bashkires, kazajos y otros pueblos de habla túrquica" de la eparquía ortodoxa de Buzuluk, Oleg Bykov, también de origen ruso-ucraniano.

Precisamente estos y otros oradores similares subrayaron la importancia de conservar los nombres tártaros originales en el bautismo ortodoxo, como afirmó el protoierej Maksim Obukhov: "Ildar debe ser bautizado como Ildar, y Mukhamed como Mukhamed, no se le puede negar al recién bautizado el derecho a conservar el nombre que le dieron sus padres”. Sin embargo, los pocos asistentes a la conferencia de etnia tártara tenían todos sus nombres rusificados.

La misma Bujarova se dirigió a sus compatriotas tártaros exhortándolos a "conservar las tradiciones de nuestros padres también en la variante ortodoxa, llamando a Jesucristo con el nombre turco Gaysja Mjasikha, sin quitarse el "tubeteika", el gorro o sombrero musulmán, aunque lleven el cruz". Entre los asistentes a la conferencia no se observaron tubeteikas. Bujarova también apoyó la idea de celebrar las liturgias ortodoxas en lengua tártara, para “orar al Señor en la propia lengua”, una posibilidad excluida por la doctrina de la Iglesia, que mantiene rígidamente el eslavo-eclesiástico en las celebraciones, sin dar espacio al ruso.

Como observa Sidorov, junto con la ausencia de personas de etnia tártara, la conferencia se destacó por la abundancia de "halcones imperiales" de la ortodoxia rusa, como el conocido sacerdote Andrei Tkachev y el jefe de la Unión de Ciudadanos Ortodoxos, Kirill Frolov, uno de los propagandistas desde los años 90 de la "deconstrucción de Ucrania en el mundo ruso", dividiéndola en las dos regiones de "Novorossiya" y "Malorossiya", hasta el punto de sugerir que la conferencia tártara es en realidad una "operación espiritual especial" en Crimea y Tatarstán.