17/05/2021, 12.40
TURKMENISTÁN
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Asjabad y una crisis interminable; los niños no tienen comida

de Vladimir Rozanskij

Muchas familias intentan colocar a sus hijos en orfanatos, para garantizar su alimentación. Sin embargo, la corrupción también asola los institutos infantiles. Las colas en las tiendas están prohibidas; las compras deben ser enviadas a domicilio. Los salarios se han reducido; los médicos y las enfermeras buscan un segundo empleo o emigran.

 

Moscú (AsiaNews) –  Los niños de Turkmenistán sufren una profunda carencia de alimentos y un "alto nivel de pobreza": así lo afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un informe publicado el 13 de mayo, en el que destaca el "bajo nivel de obesidad" de los niños turcomanos en comparación con sus coetáneos de los Estados vecinos de Asia Central.

La crisis económica de Turkmenistán se inició en la época soviética y no muestra signos de remitir. El país tiene una tasa de desempleo muy elevada y los salarios promedio son paupérrimos, ya que no permiten cubrir ni siquiera las necesidades básicas de las familias. El 15 de mayo, los corresponsales de Radio Azatlik publicaron un reportaje sobre las familias turcomanas pobres que no pueden alimentar a sus hijos e intentan colocarlos en orfanatos.

El informe muestra la situación en varias regiones del país, especialmente en la más poblada, Marijsk Velayat, donde las autoridades luchan contra la mendicidad, especialmente de los niños. "En los últimos tiempos", dice, "ha aumentado el número de padres que no pueden alimentar a sus hijos, y entonces intentan inscribirlos en escuelas auxiliares y orfanatos”.

En el internado nº 3, situado en la calle Parakhatchylyk de la ciudad de Mari, en los últimos meses ha habido un flujo continuo de niños "entregados" por sus familias. El orfanato está al borde del colapso, y "los niños duermen de a dos", cuenta uno de los conserjes. El edificio en sí está bastante deteriorado y carece de mantenimiento, ya que fue construido hace más de 60 años. Los cimientos del edificio presentan grietas y los postigos de las ventanas están podridos.

Las comidas que reciben los niños también están muy por debajo de lo esperable. Son pobres en vitaminas y otros nutrientes y las sopas "son tan líquidas que no se distinguen del agua sucia". La carne se sirve una vez al mes, en porciones extremadamente pequeñas, e incluso los productos más sencillos -como las patatas, los nabos, las cebollas y las coles- aparecen en la mesa muy raramente. Las verduras que llegan al internado suelen ser incomestibles.

La corrupción que impregna las estructuras de Turkmenistán también asoma en los internados para niños: hay quienes roban la comida destinada a los niños, para revenderla en los mercados, y ni siquiera lo ocultan. "No solo roban las asignaciones oficiales, sino también la comida que donan los benefactores", dicen los entrevistados.

Los niños que son enviados a estas instalaciones porque no hay suficiente comida en casa, siguen desnutridos y, a pesar de los intentos de organizar juegos y actividades, siempre muestran caras tristes y resignadas.

En la capital, Asjabad, en este mes de mayo, las autoridades locales organizaron la distribución de cajas de alimentos a modo de ayuda humanitaria, con motivo de las celebraciones de los 30 años de independencia y los 140 años de la fundación de la ciudad. El 12 de mayo se hizo una distribución en los hogares de ciudadanos más pobres, ubicados en los suburbios. Las cajas donadas contenían dos kilos de alitas de pollo, una botella de aceite de semillas, un kilo de azúcar y dos kilos de arroz, por valor de 100 manat (unos 30 euros). Se espera que la distribución se repita en un par de semanas, pero no hay garantías de que esto vaya a suceder.

Lo cierto es que a pesar de todos los controles, muchos de los productos distribuidos en estas cajas reaparecieron inmediatamente a la venta en los mercados, las calles, o en puestos improvisados en los maleteros de los coches. Todo esto complica el plan de distribución para las próximas semanas, que de todos modos parecería limitarse al periodo festivo de mayo-junio. El Ministerio de Comercio ha emitido una directiva por la que los comercios que venden alimentos envíen los productos a domicilio, a fin de evitar las largas colas en la calle -que aún así se forman desde primera hora de la mañana.

La reducción del salario promedio es otro motivo de preocupación.  A pesar de la emergencia de Covid-19, los salarios del personal médico también han bajado de 1800 a 1400 manats. Muchos médicos y enfermeras buscan un segundo empleo en el campo o en los mercados, o incluso emigran a los países vecinos. Los únicos médicos que mantienen el nivel salarial anterior son los estomatólogos, la especialidad en la que solía desempeñarse el presidente turcomano Gurbangul Berdymukhamedov.

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