14/04/2022, 13.43
IRAK
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Card. Sako: cristianos, musulmanes y judíos unidos en la Pascua contra una guerra 'devastadora'

de Louis Raphael Sako*

En el mensaje de Pascua, el primado caldeo señala el "peligro de este momento", que podría desembocar en un conflicto mundial. Invitación a los líderes políticos y religiosos a utilizar "medios diplomáticos" para evitar nuevas escaladas. Los cristianos vuelven a las celebraciones de la Pascua, desde la llanura de Nínive hasta Bagdad.

 

Bagdad (AsiaNews)- El mundo atraviesa un “momento peligroso” que podría conducir a una “guerra mundial devastadora” con “graves repercusiones” en todo el “proceso político”. El tiempo pascual se convierte así en una oportunidad para invitar a "todos los creyentes" cristianos, judíos y musulmanes (que celebran el Ramadán en estos días) a mirar "la tragedia en Ucrania y en los países de Oriente Medio", su "humillación" para encontrar nuevos caminos de paz. Esto es lo que dice el primado caldeo, cardenal Louis Raphael Sako, en su mensaje a los sacerdotes y fieles de la comunidad en Irak y en el mundo, con motivo de la Pascua. En la carta, el cardenal insta a "presidentes, autoridades religiosas y a toda la sociedad" a utilizar " los medios diplomáticos" en vez de los conflictos para "resolver los problemas" y detener "la producción de armas letales".

Para los cristianos iraquíes ésta será una Semana Santa de renacimiento tras los oscuros años de la guerra, la emigración, la violencia perpetrada por el Estado Islámico (EI, antes ISIS) y los confinamientos impuestos en los últimos dos años por la pandemia de Covid-19. El primer momento de celebración comunitaria fue el Domingo de Ramos con la asistencia de miles de personas a los oficios, como hacía mucho tiempo que no se veía. Tanto en Bagdad como en la llanura de Nínive, donde se está verificando un regreso lento pero constante de familias que habían huido debido a los yihadistas. Evidencia de un cristianismo que sigue vivo en la región. “Todo creyente en Dios, y los cristianos en particular, deben rechazar - observa el cardenal Sako - la lógica basada en la 'guerra-muerte', porque es contraria a la lógica del amor, la paz y la vida". A continuación ofrecemos el mensaje del patriarca caldeo:

Las celebraciones de la Pascua nos recuerdan, este año más que nunca, el amor de Dios por la humanidad. Su cercanía y su gran misericordia para con todos nosotros, a través de la resurrección de Cristo, es la suprema afirmación de un futuro mejor y la salvación de la humanidad, que se concreta por medio de sus enseñanzas. Su resurrección viene "para iluminar a los que yacen en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz" (Lc 1,79).

La resurrección de Jesús es fuente de consuelo y esperanza para nosotros. Pero también es el "fundamento" de la resurrección para todos los que creen en Él. En última instancia, su Evangelio es un mensaje de esperanza y nos recuerda a todos cuántas cosas importantes hay en nuestras vidas. La Pasión de Cristo es un nuevo nacimiento, una gloriosa resurrección y la institución de una nueva congregación (la Iglesia).

La resurrección es una invitación a entrar en una nueva era y en una nueva alianza, en la que cada uno ama a su prójimo con sinceridad y colabora con entusiasmo e imparcialidad, para estar siempre presentes junto al otro, siguiendo el ejemplo de los discípulos de Jesús, cuyo amor los unía al resucitado y los llevaba a compartir lo que habían recibido gratuitamente.

Me pregunto por qué los valores espirituales cristianos están desapareciendo en gran parte de nuestras sociedades. ¿Qué hemos hecho con las enseñanzas de Cristo, que nos ha invitado a amarnos los unos a los otros, e incluso a nuestros enemigos? ¿Qué hemos hecho con los valores de fraternidad, paz, estabilidad y respeto y del bien común? Este empobrecimiento progresivo de nuestra espiritualidad es una vergüenza. ¿Por qué nuestras sociedades, especialmente las occidentales, han abandonado los valores cristianos?

La Iglesia debe trabajar duro para restaurar estos valores, a fin de que nuestro mundo pueda gozar de paz, seguridad y justicia en un espíritu de amor. La Iglesia debería reflejar la luz del Evangelio sobre los acontecimientos que actualmente conforman la vida de nuestras sociedades. De lo contrario, terminará siendo "perezosa y fuera de uso".

Los creyentes de todas las religiones deberían interactuar con todo ser humano, independientemente de su religión, etnia o nacionalidad, para alcanzar una comprensión y una colaboración fraterna, siguiendo las palabras de Cristo cuando afirma que "todos ustedes son hermanos". Es la misma frase que se refleja en el mensaje del Papa Francisco para quien “Todos somos hermanos”, animándonos a construir un mundo nuevo y una nueva civilización que defienda la fraternidad humana, la dignidad humana y el respeto recíproco.

Toda persona que cree en Dios, y los cristianos en particular, deben rechazar la lógica basada en la "guerra-muerte", porque choca con la lógica del amor, la paz y la vida.

Los presidentes, las autoridades religiosas y la sociedad en su conjunto deben trabajar duro para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania, para resolver los problemas por medios diplomáticos en vez de combatir. Basta de guerras, de víctimas, de dolor, de destrucción, de migración, de pobreza y de enfermedad. Hay que poner fin a la producción de armas letales en todas partes. ¿No es "natural" que un acto tan malvado genere un sentimiento de culpa que perturbe las conciencias de los funcionarios políticos de todo el mundo? Porque cualquier persona honesta rechazaría este infierno.

Estamos atravesando un "momento peligroso" que podría conducir a una devastadora guerra mundial (Dios no lo permita) y que tendrá graves repercusiones en todo el proceso político. Por eso, invito a todos los creyentes, cristianos, judíos y musulmanes -que en este momento están ayunando por el Ramadán- a mirar la tragedia en Ucrania y en los países de Medio Oriente, su humillación y el "devastador" desmantelamiento de su hermoso mosaico.

Por último, con respecto a Irak, nuestro querido país: las fuerzas políticas deben asumir la responsabilidad nacional de adoptar el lenguaje del diálogo y el entendimiento recíproco, que es la única manera de salir del preocupante "bloqueo político" y llegar a la formación de un gobierno nacional capaz de realizar una verdadera reforma lo antes posible. Porque nuestros ciudadanos están cada vez más cansados ​​y agotados.

Esperemos que la luz que emana de la tumba de Jesús ilumine nuestras mentes y nuestros espíritus para que podamos resucitar con Cristo y permita que nuestros sentidos humanos gocen "por fin en la vida" de libertad, solidaridad y fraternidad.

¡Les deseo a todos una bendecida Pascua y paz en la tierra!

* Cardenal Patriarca de Bagdad de los Caldeos

 

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