China Labour, la voz de las protestas obreras en China, también cierra

En Hong Kong, la ONG que difundía noticias sobre las protestas espontáneas de los trabajadores y los accidentes laborales en China continental también se ha visto obligada a interrumpir sus actividades. Fue fundada en 1994 por el activista Han Dongfang, que en 1989 intentó crear un sindicato independiente en la plaza de Tiananmen. Pocas horas después del anuncio, la página web ya había sido desactivada. Ya son 60 los grupos de la sociedad civil que se han disuelto desde 2020.

Milán (AsiaNews/Agencias) – En Hong Kong, el China Labour Bulletin también se ha visto obligado a cerrar sus puertas. Desde hoy, la página web de la ONG, que durante más de treinta años ha desempeñado la función de observatorio de las noticias sobre las protestas de los trabajadores en las fábricas de la República Popular China, ya no está disponible en línea. Fue fundada en 1994 por Han Dongfang, un trabajador ferroviario chino originario de Shanxi que, durante los días de la plaza de Tiananmen en Pekín, fundó la gōngzìlián, una federación de trabajadores autónoma con respecto a los «sindicatos oficiales».

Afectado por la represión del 4 de junio de 1989, pasó 22 meses en prisión, donde contrajo tuberculosis. Exiliado en Estados Unidos para recibir tratamiento, no pudo regresar a Pekín y en 1993 llegó como exiliado a Hong Kong. Al año siguiente, Han Dongfang creó el China Labour Bulletin precisamente para apoyar a los movimientos obreros en China con el objetivo de hacer que los sindicatos fueran verdaderamente representativos y proporcionar información precisa sobre el activismo de los trabajadores chinos. Además de comentarios e investigaciones, el sitio web del CLB supervisaba las huelgas y los accidentes industriales en todo el país.

El China Labour Bulletin siempre ha sido una voz muy significativa: en AsiaNews lo hemos citado a menudo en los últimos años para tratar temas como las transformaciones del mundo laboral chino y las cadenas de suministro de las grandes marcas globales, partiendo de las repercusiones concretas sobre los trabajadores. También llama la atención la forma en que se ha producido esta interrupción de las actividades. Anoche apareció en el sitio web una breve nota, inmediatamente difundida por el sitio Hong Kong Free Press, en la que se afirmaba: «La empresa ya no puede mantener sus operaciones y ha decidido disolverse e iniciar los procedimientos pertinentes. A partir de hoy, continuaba la nota, nuestro sitio web dejará de actualizar sus contenidos y también se han eliminado las demás plataformas sociales. Gracias por su apoyo y comprensión».

Sin embargo, hoy ya no es posible leer ni siquiera estas pocas líneas: el sitio web y todos sus canales sociales están desactivados. Por lo tanto, tampoco es posible consultar el archivo de artículos publicados. Es fácil intuir que estas medidas tienen mucho más que ver con la draconiana Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong que con problemas financieros.

En su sede de Cheung Sha Wan, el China Labor Bulletin empleaba a más de una docena de trabajadores a tiempo completo y, en un principio, recibía subvenciones de una serie de organismos gubernamentales o cuasi gubernamentales, así como de sindicatos y fundaciones privadas. Ahora, las nuevas normas de Hong Kong han convertido en una «amenaza para la seguridad nacional» incluso el hecho de recibir subvenciones del extranjero para llevar a cabo actividades de este tipo. Así pues, también se apaga esta voz que daba a conocer las luchas de los simples trabajadores víctimas de injusticias en China. Desde que Pekín impuso una ley de seguridad en Hong Kong en 2020, según informa Hong Kong Free Press, unos 60 grupos de la sociedad civil se han disuelto o se han visto obligados a interrumpir sus actividades.