Daca, un 2025 sangriento para las minorías: más de 90 víctimas y 2673 ataques
Es la alarma lanzada por los activistas del Consejo de Unidad Hindú-Budista-Cristiana de Bangladés (Bhbcuc). Al menos 73 episodios desencadenados por acusaciones de ofensa a la religión. Además de los asesinatos, se cuentan homicidios, violaciones, incendios provocados en lugares de culto, apropiación indebida de tierras y desplazamientos forzados. De cara a las elecciones, el partido estudiantil se alía con los radicales islámicos.
Daca (AsiaNews) - Las minorías religiosas y étnicas de Bangladés están atravesando una grave crisis en un crescendo de violencia e inseguridad, con 90 miembros de la comunidad asesinados o muertos misteriosamente en los primeros once meses del año que está a punto de terminar. Estos alarmantes datos se presentaron en una mesa redonda titulada «Derechos humanos de las minorías: realidad actual y expectativas», organizada por el Consejo de Unidad Hindú-Budista-Cristiana de Bangladés (Bhbcuc) en Daca el pasado 27 de diciembre.
La reunión, presidida por el presidente de la organización interreligiosa, el católico Nirmol Rozario, reveló que, en el período posterior a la revuelta estudiantil y a la destitución del gobierno liderado por la ex primera ministra Sheikh Hasina, se produjeron 2673 episodios de violencia contra las minorías. En una tendencia que analistas y activistas califican de profundamente preocupante, al menos 73 episodios de violencia ocurridos en 2025 fueron desencadenados por acusaciones de ofensa a la religión.
Un caso brutal ocurrido en diciembre pone de relieve la gravedad de la situación: Dipu Chandra Das, un trabajador textil hindú de 27 años y padre de familia de Mymensingh, fue arrastrado por una multitud de entre 140 y 150 personas, brutalmente golpeado y asesinado. La agresión se produjo a raíz de una falsa acusación, según la cual habría hecho comentarios denigrantes durante un evento organizado por la fábrica con motivo del Día Mundial de la Lengua Árabe, el 18 de diciembre.
El Dr. Debapriya Bhattacharya, eminente economista y líder cívico, lanzó una severa advertencia durante la reunión interreligiosa: en su intervención, el académico afirmó que la evidente tendencia a la «política de división religiosa» amenaza con debilitar la soberanía, el tejido social, la economía y la posición internacional de Bangladés. También destacó un peligroso efecto dominó, señalando que las atrocidades contra las minorías en la India, como los recientes ataques contra los cristianos durante la Navidad, animan a los grupos comunitarios dentro de Bangladés.
Manindra Kumar Nath, secretario general interino de la Bhbcuc, presentó una desgarradora lista de los crímenes sufridos por las minorías, entre los que se cuentan asesinatos, violaciones, incendios provocados en lugares de culto, apropiación indebida de tierras y desplazamientos forzados. El líder religioso acusó a la llamada «cultura de la impunidad» de alentar a los responsables a perpetrar sus actos criminales.
Expresando su profunda decepción, el líder budista Bhikkhu Sunandapriya afirmó que las persecuciones han aumentado en lugar de disminuir, incluso durante el mandato del gobierno provisional liderado por el premio Nobel Muhammad Yunus. A este respecto, señaló la facilidad con la que se pueden presentar acusaciones de ofensa a la religión como instrumento de persecución. Al concluir el diálogo, el católico Nirmol Rozario pidió a todos los partidos políticos que incluyeran en sus programas electorales «promesas específicas y realizables» para garantizar los derechos y la seguridad de las comunidades minoritarias. E instó al gobierno a «garantizar la protección de las minorías» durante las próximas elecciones nacionales de febrero.
Mientras tanto, durante el fin de semana, el partido proestudiantil nacido del movimiento de protesta que derrocó a la primera ministra Sheikh Hasina oficializó una alianza electoral con el partido islamista Jamaat-e-Islami de cara a las elecciones parlamentarias de febrero. Una decisión que ya ha suscitado polémica y fricciones internas en estas horas, alimentando divisiones en el partido por una decisión que corre el riesgo de «desnaturalizar» su esencia. Desde la revuelta del año pasado que llevó al derrocamiento del gobierno, el Partido Nacional Ciudadano (NCP) se ha afirmado como una alternativa centrista y reformista, contraria al nepotismo y al bipartidismo. Sin embargo, con la proximidad de las elecciones, y para capitalizar el apoyo, parece inclinarse por unirse a la franja extremista y radical.
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