En el puerto de Beirut, el abrazo del Papa León al Líbano que quiere verdad y justicia
Rezó en silencio frente al monumento con los nombres de más de 200 víctimas de la explosión de 2020. Se arrodilló ante un niño con la foto de su padre que murió en la tragedia. Después de cinco años, las investigaciones todavía enfrentan obstáculos. La historia de Nation Station, un comedor que nació en aquellos días para dar de comer a los que habían perdido todo y que intenta ser un laboratorio de futuro.
Beirut (AsiaNews) - La oración silenciosa ante el monumento con los nombres de las víctimas y el encuentro personal y conmovedor con las familias que perdieron a sus seres queridos y siguen sin encontrar respuesta a su demanda de justicia. Más de cinco años después del día más trágico de la historia reciente del Líbano, la parada de esta mañana en la zona del puerto de Beirut, donde todavía se encuentran los escombros y los silos destrozados, fue el momento más emotivo del último día de la visita del Papa León XIV al Líbano.
El 4 de agosto de 2020, la que se ha definido como una de las explosiones no nucleares más potentes de la historia mató a más de 200 personas, hirió a otras 7.000 y dejó sin hogar a 300.000. El nitrato de amonio confiscado en 2014 del barco abandonado MV Rhosus y depositado en el puerto sin medidas de seguridad, sembró muerte y destrucción. Pero también muchas culpas y responsabilidades que fuertes encubrimientos políticos — en primer lugar, la hostilidad de Hezbolá — han impedido hasta ahora resolver a nivel judicial. Recién en febrero pasado, después de años de postergaciones, el juez Tarek Bitar pudo reanudar las investigaciones, pero persisten las incógnitas vinculadas a los obstáculos e interferencias por parte de líderes políticos y funcionarios estatales que se han negado a comparecer a los interrogatorios e incluso denunciaron al propio juez.
El Papa depositó una corona de rosas rojas ante el monumento y oró en silencio por las víctimas de aquella tragedia. Después se detuvo a encontrarse con algunas familias que llevaban las fotos de sus seres queridos que murieron en la explosión. León XIV bendijo, estrechó manos y se arrodilló ante un niño que sostenía contra el pecho la foto de su padre. "Estoy contenta – comentó a Vatican News Antonella Hitti, un miembro de estas familias, expresando el sentimiento de todos -. La presencia del Papa es una pequeña dosis de esperanza. Nosotros rezamos con él. Y rezamos por la justicia, la verdad y para que asuman las responsabilidades".
Hoy el puerto de Beirut es el símbolo más claro de los sufrimientos del Líbano. Pero también es el icono de la resiliencia de su pueblo, a la que León XIV se ha referido tantas veces en estos días. Por ejemplo, la Nation Station, en el barrio de Achrafieh, donde precisamente debido a la explosión la comunidad se reagrupó en torno a una cocina. "En los primeros días de la emergencia, con un grupo de vecinos tuvimos la reacción espontánea de hacer algo juntos por el barrio - cuenta Josephine Abou Abdo, food designer de 35 años, una de las fundadoras de esta iniciativa humanitaria que con el tiempo también se convirtió en un experimento cultural -. Entonces nos reunimos en este edificio, que era una estación de servicio abandonada, y lo convertimos en un lugar de encuentro para ayudarnos mutuamente. No habíamos planeado nada, pero pronto empezamos a recibir muchísimo apoyo de amigos, de familiares o de personas que simplemente pasaban por aquí y decidían entrar para echar una mano". Lo que antes era el lavadero de coches se convirtió en una cocina comunitaria; "desde el principio, distribuimos entre doscientos y trescientos raciones por día", recuerda Josephine.
Actualmente se distribuyen raciones tres veces por semana: la gente viene y se lleva las provisiones a casa. Y como la situación económica de los libaneses se ha deteriorado cada vez más, la fila bajo el cartel de colores vivos nunca falta. En parte gracias a donaciones, financiación de proyectos y crowdfunding, en estos años los jóvenes de Nation Station han estado en primera línea en todos los momentos de emergencia, comenzando por el conflicto con Israel que el año pasado provocó un desplazamiento masivo de las regiones bombardeadas. Sin embargo, desde el principio la idea era ir más allá de la caridad: "Nuestro objetivo – explica la food designer – sigue siendo hacer que el barrio crezca y sea protagonista. Por eso empezamos a contratar algunos residentes para que cocinen para sus propios vecinos, e intentamos que los beneficiarios comprendan que este lugar también es suyo. Nuestro movimiento empezó con la comida, pero también es una forma de favorecer el diálogo. Es una fórmula que nos gustaría replicar en otras partes del Líbano".
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14/09/2020 12:42
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