31/01/2024, 14.54
SRI LANKA
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Explotados y mal pagados: Sri Lanka tiene los salarios más bajos de Asia y Oceanía

de Arundathie Abeysinghe

Así lo revela una investigación de la Japan External Trade Organization (Jetro) en los países de la región donde se han radicado empresas japonesas. Los salarios no alcanzan ni para cubrir los gastos de vivienda. El 60% de las empresas japonesas decide invertir en el país debido al bajo costo de la mano de obra. El éxodo de personal cualificado al exterior.

 

Colombo (AsiaNews)- Sri Lanka tiene los salarios más bajos en términos de la región de Asia-Pacífico y Oceanía, al menos en los países donde las empresas japonesas están operando. Así lo muestra una investigación que ha llevado a cabo la Japan External Trade Organization (Jetro), que muestra la situación crítica de los trabajadores en la isla del sur de Asia. Según estimaciones del pasado mes de septiembre, la inflación de los productos alimentarios aumentó un 95%, mientras los salarios siguen estancados y no muestran margen de crecimiento.

En algunas fábricas de confección los trabajadores reciben salarios de 16.000 rupias (44 dólares), que es el salario mínimo en el país. Al mismo tiempo, los salarios de los que migran a zonas francas - a las ciudades en busca de empleo - son insuficientes incluso para pagar el alojamiento. La actual crisis salarial en la región asiática ha tomado su peor forma en Sri Lanka, un país que todavía no se ha recuperado de una crisis económica sin precedentes.

El estudio del instituto japonés se llevó a cabo en los meses de agosto y septiembre de 2023, cuando la mayoría de las empresas informaron una mejora de la situación tras el período de graves dificultades que atravesó el país. Más del 53% de las empresas confirmaron las “ventajas” de invertir en Sri Lanka (a excepción de los bajos salarios), entre ellas “menos problemas de idioma y de comunicación”. El 30% señaló “un buen ambiente de vida para los expatriados japoneses”. E incluso el 26,7% de las empresas señalaron la facilidad para contratar personal y el 32% destacó el porcentaje más bajo en cuanto a desafíos y dificultades con respecto a los recursos humanos en toda el área de Asia-Oceanía.

La industria de la confección es el motor del sistema en términos de exportaciones, y representa el 40% del total, con una facturación de 5.600 millones de dólares al año. Estados Unidos y la Unión Europea son los principales mercados de referencia, pero también se registran cifras importantes en Australia, Suecia, Japón, Canadá, India y China. El sector emplea directamente alrededor de 400 mil trabajadores e indirectamente otros dos millones, la mayor parte de la producción se realiza en zonas francas, donde los empleados son principalmente mujeres que provienen de zonas rurales.

Dhanushka Thalpahewa y Lal Dissanayaka, licenciados en economía, explican a AsiaNews que "cerca del 60% de las empresas japonesas han invertido en Sri Lanka porque el salario básico mensual es el más bajo de Asia-Oceanía. Algunas de las categorías más buscadas -y mal pagadas en comparación con el resto del continente- son los gerentes de producción, gerentes no manufactureros, ingenieros de producción, personal no manufacturero y operarios de la cadena de producción".

Los ingenieros en manufactura Mohan Samarawickrama y Nishantha Mannaperuma, empleados en una fábrica de confección en la Biyagama Investment Zone, creen que “el salario mensual, los bonos y las recompensas son factores importantes a la hora de elegir un trabajo. En algunas fábricas de la industria de la confección el salario mensual total oscila entre las 24.447 rupias (unos 77 dólares) y las 51.324 rupias (unos 161 dólares), incluyendo los bonos. Sin embargo, con el alto costo de vida actual, este salario no es suficiente". Antes de la crisis económica (la peor después de la independencia), los trabajadores de la confección podían mantenerse a flote, a pesar de los bajos salarios, gracias al pago de horas extras, primas de asistencia y facilidades de transporte. “Con la interrupción de estos beneficios, el salario - prosiguen los dos ingenieros - se ha reducido drásticamente. En consecuencia, los trabajadores tienen dificultades para cubrir los gastos. Por su parte, las empresas hablan de la escasez de pedidos para justificar la reducción de los incentivos".

Nandani Weerasinghe, Dishna Aponsu y Menike Herath, de la Katunayaka Free Trade Zone, añaden que en el sector de la confección "tienen que trabajar entre 14 y 16 horas por día, los siete días de la semana, soportando además los abusos verbales de los jefes". “La mayoría de nosotros - dicen - venimos de zonas rurales y tenemos que pagar la comida y el alojamiento. Con el magro salario mensual que recibimos, en este momento no podemos enviar dinero a casa. Antes de la crisis económica nuestras fábricas proporcionaban el almuerzo, pero ahora tenemos que comprarlo en el comedor, lo que representa un gran gasto". Por último, es oportuno recordar que desde 2022 se ha verificado en Sri Lanka un éxodo de trabajadores calificados y no calificados como resultado del colapso de la moneda, cuando la rupia de Sri Lanka cayó a 330 por dólar estadounidense.

 

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