Lavrov en Ereván y el difícil equilibrio ruso-armenio

de Vladimir Rozanskij

Desfile de protestas durante la visita del ministro de Exteriores de Moscú, a quien muchos armenios culpan de la falta de apoyo contra los azeríes. Las reafirmaciones rusas sobre la importancia de las «relaciones de alianza» entre ambos países también contrarrestan el acercamiento a Europa. Sin embargo, Ereván no tiene intención de cancelar los acuerdos por los que forma parte de la Ctso.

Ereván (AsiaNews) - Con ocasión del encuentro entre el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, de visita oficial, y su homólogo armenio, Ararat Mirzoyan, se celebraron marchas de protesta en Ereván. Organizaron la manifestación grupos favorables a una mayor orientación de Armenia hacia Occidente, como el líder del partido «En nombre de la República», Arman Babadžanyan, el presidente del «Partido Europeo de Armenia», Tigran Khzmalyan, el activista de derechos humanos Artur Sakunts y otros, que exhibieron pancartas y pancartas con las palabras «Asesinos» bajo las fotografías de Lavrov y Vladimir Putin.

Según informaron los medios de comunicación locales, las fuerzas de seguridad pidieron a los manifestantes que abandonaran la zona frente al edificio del Ministerio de Asuntos Exteriores y permanecieran en la franja peatonal frente a él. Babadžanyan se negó a obedecer, y comenzó un enfrentamiento durante el cual los policías aún consiguieron empujar a la multitud hacia el lado opuesto de la calle.

Durante la reunión con Mirzoyan, Sergei Lavrov declaró que «Moscú está siempre dispuesto a apoyar la soberanía y la integridad territorial de Armenia en todos los sentidos», subrayando la importancia de las «relaciones de alianza» entre ambos países y la necesidad de aprovechar al máximo «los cimientos ya establecidos desde hace tiempo» en las relaciones mutuas entre Moscú y Ereván. De hecho, Armenia sólo ha existido gracias a la protección rusa desde la época del genocidio de los turcos, y a pesar de las diversas fases de las relaciones en la época soviética y posteriormente, hasta la guerra de Nagorno Karabaj con Azerbaiyán, los armenios nunca han querido romper limpiamente las relaciones con Rusia. En la actualidad, gran parte de la opinión pública expresa su resentimiento por la falta de apoyo militar ruso contra los azeríes y su deseo de recurrir principalmente a Francia y otros socios europeos, y la visita de Lavrov tenía por objeto equilibrar los sentimientos armenios hacia los rusos.

Por su parte, el ministro Mirzoyan, respondiendo a las preguntas de los periodistas del canal ruso Rossija 24, intentó explicar sus declaraciones sobre la «ineficacia de la actual arquitectura de seguridad», citando varios casos en los que se esperaba un mayor apoyo de Rusia. En su opinión, «Armenia se ha convencido por experiencia propia de que es necesaria una revisión de esta perspectiva», pero sin llegar a romper las relaciones de alianza con Rusia y los países de la Csto, la alianza euroasiática de la que Armenia se retira. Reiteró que «nuestras obligaciones, derechos e intenciones mutuas están inequívocamente establecidas en las cartas, han sido firmadas y ratificadas, y nadie tiene intención de anularlas».

Esto no impide que los armenios reiteren su descontento con la Csto, por la «incapacidad de reaccionar ante hechos muy concretos», por lo que de momento Ereván no tiene intención de participar en las actividades de la alianza. Durante la visita de Lavrov, se firmó un documento de «consultas planificadas» entre Armenia y Rusia para 2025-2026, y el ministro ruso se reunió después con el primer ministro Nikol Pašinyan y el presidente de la república, Vaagn Khačaturyan. Lavrov quiso mostrar la cara «acogedora» de Rusia hacia un país que incluso en la época soviética siempre ha defendido su identidad, siendo una de las zonas menos sometidas a la «rusificación» lingüística y cultural, y manteniendo una capacidad de expresión autónoma que aún hoy sigue siendo una de las principales características del pueblo armenio.