Los sijs, contra las conversiones cristianas en Punjab: ¿preludio de un nuevo extremismo?

de Alessandra De Poli

Hace pocos días, atacaron una iglesia católica, hecho que podría tener importantes repercusiones en el corto plazo. El 5 de septiembre, una asamblea aprobará otra ley anti-conversión en un Estado que no está gobernado por los nacionalistas hindúes y donde la convivencia entre grupos religiosos siempre ha sido pacífica. La diócesis de Jalandhar cerró las escuelas por un día, a modo de protesta. En tanto, en Nueva Delhi, la Corte Suprema solicita al gobierno de Modi informes de cada Estado, para verificar si están aumentando los casos de violencia contra los cristianos.

Milán (AsiaNews) - En la India se está gestando otra forma de extremismo contra los cristianos: la que se perfila en la comunidad sij, que en los últimos meses ha atacado en varias oportunidades a la comunidad cristiana, acusándola de practicar conversiones forzadas. El tema se ha tomado prestado de la propaganda ultranacionalista hindú difundida por el Bharatiya Janata Party (BJP), el partido del primer ministro Narendra Modi.

Los extremistas del Punjab ya habían hecho declaraciones anteriores en las que advertían sobre la difusión de las iglesias cristianas y acusaban a los misioneros de llevar adelante programas de conversión “financiados por fuerzas extranjeras” Es evidente que estas declaraciones reflejan las posiciones de la derecha nacionalista hindú. Precisamente ayer, la Corte Suprema india dio un plazo de dos meses al Ministerio del Interior para recabar informes de cada uno de los Estados, a fin de constatar si se han producido al menos 700 ataques violentos contra cristianos, como sostiene la petición presentada ante los magistrados. Los letrados del ministerio había calificado las acusaciones de "falsas y engañosas" y el propio ministerio había dicho en una nota escrita que esas "peticiones engañosas" estaban "creando desórdenes en todo el país, quizá para inmiscuirse en los asuntos internos de la nación con apoyo del exterior".

En tanto, este clima se extiende a áreas y grupos que jamás habían sido tocados. Algunos grupos identitarios sijs sostienen que en Punjab, son sobre todo los miembros de las castas inferiores los que quieren convertirse al cristianismo, aunque sea por unos años, para obtener beneficios económicos o curas milagrosas. En realidad, cansados de la marginación que sufren por parte del gobierno indio y de la opresión del sistema de castas, muchos dalits ("intocables") "han empezado a volcarse al cristianismo con la esperanza de tener una vida digna y acceder a una mejor educación", escribió The Print en diciembre.

En los últimos días, un grupo de hombres no identificados irrumpió en una iglesia católica, destrozó una imagen religiosa conservada en el interior y prendió fuego al coche del párroco. El incidente se produjo en Patti, perteneciente al distrito de Tam Taran y a la diócesis de Jalandhar, a unos 50 km al sur de Amritsar, la ciudad santa de los sijs. Por razones de seguridad, la diócesis decidió cerrar sus escuelas durante un día. 'Pedimos a todos que trabajen por la paz y la armonía entre todas las religiones', reza el comunicado emitido por el administrador apostólico Angelo Gracias.

Un hecho aparentemente aislado y marginal, pero que sucede con frecuencia en un país donde la violencia contra la minoría musulmana y cristiana está a la orden del día. En realidad, podría ser el preludio de nuevas tensiones sectarias y marcar una nueva deriva antidemocrática, esta vez en un Estado, el Punjab, que no está gobernado por el BJP, sino por el populista Aam Aadmi Party.

Giani Harpreet Singh, jefe del Akal Takht, la sede temporal más importante de los sijs, ha convocado a una asamblea el 5 de septiembre en la que se aprobará una resolución contra las conversiones. Sin embargo, los extremistas sijs se olvidan de mencionar los datos oficiales, que cifran la presencia cristiana en el país en un 2,3%. La falta de datos actualizados (el último censo data de 2011) allana el camino para la propaganda, tan extendida y violenta, contra las minorías religiosas.

Por otro lado, la realidad contradice el argumento del llamado "banco de votos" -la práctica por la que una minoría religiosa votaría masivamente a un candidato de su propia comunidad de origen. Lo cierto es que desde que India obtuvo la independencia, jamás se ha elegido a un miembro cristiano en la Asamblea Legislativa del Punjab.

Sucede más bien lo contrario: los cristianos del Punjab se sienten condenados al ostracismo precisamente porque carecen de privilegios. "Dicen que seducimos a la gente con dinero, cuando lo único que la gente busca en la Iglesia es la igualdad", explicó Kamal Bakshi, presidente de la organización United Christian Front. Una creyente se convirtió por el sentido de pertenencia que le daba ir a misa. Al preguntarle si había recibido ofertas de dinero para abrazar el cristianismo, respondió: "Los pastores son tan pobres como yo. No tienen nada que ofrecer; solo paz".

El ataque contra la iglesia de Patti genera alarma en la comunidad católica: la diócesis de Jalandhar cerró todas sus escuelas en señal de protesta, y presentó un memorando al jefe de gobierno local. En un comunicado, monseñor Angelo Gracias escribe: "Rogamos para que Punjab siga siendo lo que siempre ha sido: un Estado donde prevalece la paz y la armonía entre los distintos grupos religiosos”.

(Esta nota se realizó con la colaboración de Nirmala Carvalho)

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