25/03/2020, 17.23
CHINA- EUROPA
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Líderes de la UE: miedo por ‘la diplomacia del coronavirus’ de Beijing

de Emanuele Scimia

La batalla contra el Covid-10 tiene una componente geopolítica. China usa las ayudas para tratar de desacreditar a los EEUU y ganar influencia. La “Health Silk Road” como ganzúa para debilitar la unidad europea. Con la UE, Xi usa la misma estrategia que intenta imponer en el Mar Chino Meridional. Los planes de Beijing caerán en el vacío sin una fuerte recuperación económica.

 

Roma (AsiaNews) – En Europa se comienza a mirar con sospecha a la “diplomacia del coronavirus” de Beijing. El pasado 23 de marzo Josep Borrell fue claro: “Debemos estar consciente que (en la batalla contra el Covid-19) hay una componente geopolítica”. Para el jefe de la diplomacia europea, ésta incluye ya sea la “lucha de narrativas” entre los grandes actores globales ya sea la “política de la generosidad”. Borrel no deja de notar que China está tratando de hacer pasar en modo agresivo el mensaje que ella, a diferencia de los EEUU es un socio confiable.

Después de la guerra comercial y las escaramuzas navales en los mares que rodean el Imperio de Medio, China y EEUU han encontrado un nuevo terreno de enfrentamiento en la lucha a la pandemia pulmonar.

Muchos observadores piensan que, después de la preocupación inicial. el Partido comunista chino está aprovechando su aparente suceso en el contrarrestar el virus para barajar el equilibrio global del poder. Beijing goza ya del apoyo (condicionado) de la Rusia putiniana y de tantos países en vías de desarrollo que subvenciona con la Belt and Road Initiative (BRI) – un megaplan de inversiones infraestructurales para aumentar la interdependencia comercial entre China y el resto del mundo.

En sustancia. a la causa del régimen chino le queda ganar sólo a los europeos. La interdicción de los vuelos de y para Europa decidida por la administración Trump al estallar de la epidemia en el Viejo continente fue vista por algunos aliados OTAN y en la UE como un acto hostil. Al contrario, miembros UE como Italia y Hungría saludaron con  énfasis la “generosidad” de Beijing, que está donando o vendiendo grandes cantidades de material sanitario para combatir el coronavirus fuera de sus fronteras.

España fue más allá. En un tuit del 15 de marzo, Arancha González Laya, ministro de exteriores de Madrid cuenta de haber expresado a su homólogo chino, Wang Yi el auspicio de facilitar los intercambios comerciales entre sus países. Dado que el comercio es una materia exclusiva de la UE, la salida de la representante española debe haber hecho venir el escalofrío a los líderes de la Unión. 

Las instituciones europeas temen que China use su potencial económico, en particular la BRI, para alinear a los miembros más vulnerables de la UE a su agenda geopolítica, debilitando así la unidad europea. Es un hecho que Beijing no se ha coordinada hasta ahora con la Comisión europea para la gestión de las ayudas, prefiriendo más bien tratar en modo directo con los Estados individualmente. Es el mismo esquema que los chino utilizan para regular (a su favor) las disputas territoriales en el Mar Chino Meridional.

En este sentido, la “Health Silk Road” propuesta por el presidente chino, Xi Jinping en un coloquio con el Premier italiano Giuseppe Conte arriesga ser vista por las instituciones europeas como una nueva ganzúa para dividir la Unión y ganar aún más influencia entre sus naciones. La UE ya varias veces criticó el format 17+1, un fórum que liga a Beijing a 17 países de Europa oriental y meridional y que incluye también a 12 Estados miembros. 

La canciller alemana Angela Merkel intervino para poner los hechos en su lugar. “La ayuda de China a Europa es simple reciprocidad. Al inicio de la crisis, son los países UE que han enviado ayudas al gobierno chino”. Lo mismo dijo Ursula von der Leyen, jefe de la Comisión europea.

La UE y China deberían concluir un tratado sobre las inversiones bilaterales dentro de fin de año. Antes de la explosión de la crisis epidémica, los más optimistas se esperaban la firma del acuerdo en septiembre, durante el encuentro entre Xi y todos los líderes UE el Leipzig. Según la prensa china, los negociados están yendo adelante, pero Phil Hogan, comisario europeo para el Comercio, había sostenido en febrero que los problemas que había que resolver eran aún muchos y por lo tanto la estipulación dentro de fines de 2020 estaba en fuerte duda.

La economía era el verdadero talón de Aquiles de la estrategia de Beijing. Si el sistema económico chino no se recupera velozmente, todos los esfuerzos de Xi para hacer pasar a China como la líder mundial en la lucha contra la epidemia, conquistando a golpes de ayuda “el corazón y la mente” de los otros pueblos, caerán en el vacío. Sin sus inversiones y su vasto mercado interno, sin el gasto de su clase media por los bienes de importación y sin su fuerza de trabajo barato, el gigante asiático no tiene un gran poder de atracción más allá de la Gran Muralla.

 

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