Madhya Pradesh: violada hasta la muerte, la vida despreciada de una mujer tribal
Un caso particularmente atroz de violación que terminó con la muerte de la víctima plantea serias preguntas sobre las condiciones de los grupos desfavorecidos. El nieto de Ambedkar: «Los grandes partidos no dicen nada porque ella no pertenecía a una casta superior». Sor Dorothy Fernandes a AsiaNews: «El aumento de las violaciones sexuales en grupo es indicativo de una sociedad enferma».
Bhopal (AsiaNews) - Un nuevo caso particularmente atroz de violación contra una mujer tribal ocurrido en el estado indio de Madhya Pradesh ha vuelto a poner de relieve la vergüenza de la violencia de género, que ataca con mayor facilidad a los grupos sociales más desfavorecidos. Hace unos días, una mujer de 45 años, madre de dos hijos, fue víctima de una presunta violación colectiva en la aldea de Eitwa, en el distrito de Khandwa.
El superintendente de policía local declaró que, tras asistir a una boda, la víctima fue agredida por un hombre que, junto con otra persona, la llevó a su casa y la violó con tal brutalidad que parte del intestino delgado de la mujer salió de su cuerpo, provocándole una hemorragia que le causó la muerte al día siguiente. Al encontrarla en condiciones lamentables, la familia acompañó a la víctima a su casa, pero solo después de su muerte informó a la policía, que detuvo a los dos hombres. Incluso los médicos que realizaron la autopsia quedaron conmocionados al ver su estado.
Prakash Ambedkar, nieto del doctor Babasaheb Ambedkar (1891-1956), histórico protagonista en la India de numerosas luchas por los derechos de los dalits, los tribales y otras clases desfavorecidas, intervino en el asunto. «La indignación de la India es selectiva y se define en función de la casta de la víctima», denunció en un tuit. Los grandes partidos, como el BJP y el Congreso, solo se indignan por estas historias durante la temporada electoral. La aversión de los indios de las castas superiores a protestar revela el valor que tienen en su mente la vida de un dalit y de un adivasi. No solo nuestras demandas de justicia caen en saco roto, sino también nuestros gritos de ira».
Sobre este asunto interviene también sor Dorothy Fernandes, antigua coordinadora nacional del Foro de Religiosos por la Justicia y la Paz, que ha trabajado entre los marginados y los pobres de Patna, en Bihar. «El reciente aumento de los delitos de violación en grupo —comenta a AsiaNews— describe el triste estado de una sociedad enferma. Demuestra también la distribución injusta del poder que sanciona tales delitos. El cuerpo de una mujer se ha convertido en un campo de juego para la lujuria del hombre. Mientras el poder no se reparta equitativamente, esta amenaza continuará. El silencio de la sociedad, la indiferencia hacia el sufrimiento de los débiles y vulnerables nos están convirtiendo en un pueblo egoísta... La humanidad debe despertar, debe sentir, debe actuar, antes que sea demasiado tarde y ya no quede nadie para hacer oír nuestra voz».
21/04/2018 16:24