ONU: al menos 110.000 refugiados afganos vulnerables en Pakistán
Refugiados afganos que se encuentran en Pakistán necesitan urgentemente protección internacional y cumplirían los criterios para ser reasentados en terceros países. Sin embargo, las expulsiones hacia Afganistán talibán continúan: solo en abril, más de 300.000 personas regresaron desde Pakistán e Irán, agravando una crisis humanitaria ya fuera de control debido a los altos niveles de pobreza. Mientras tanto, Kabul, Beijing e Islamabad tejen nuevos equilibrios geopolíticos.
Islamabad (AsiaNews/Agencias) - Alrededor de 110.000 refugiados y solicitantes de asilo afganos en Pakistán tienen perfiles de alto riesgo y necesitan urgentemente protección internacional. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha dado la voz de alarma subrayando que se trata de refugiados que cumplen todos los criterios para ser reasentados en terceros países.
Sin embargo, en los últimos meses Pakistán e Irán han enviado de vuelta a decenas de miles de refugiados afganos. Según datos de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), solo en abril, 300.000 personas regresaron al Afganistán gobernado por los talibanes, de las cuales 44.500 procedían de Pakistán (entre ellos casi 30.000 refugiados expulsados por la fuerza) y 170.200 de Irán.
El programa de reasentamiento del ACNUR funciona desde los años '80 y ha permitido a decenas de miles de refugiados afganos reconstruir una vida segura fuera de su país. Sin embargo, el flujo de migrantes que salen de Afganistán se intensificó después de 2021 debido al regreso de los talibanes al poder. Desde entonces, el número de afganos acogidos en terceros países a través del programa del ACNUR ha sido muy pequeño (menos de 11.000 fueron trasladados a Estados Unidos, por ejemplo), pero algunas misiones diplomáticas y otras entidades relacionadas con el mundo de la cooperación han promovido el reasentamiento de los refugiados.
El ACNUR explica que entre los sujetos considerados vulnerables se incluyen personas que han sufrido violencia de diverso tipo, personas con enfermedades graves, así como mujeres, niñas y niños que podrían sufrir la represión del régimen talibán.
No obstante, en los últimos meses, a pesar de las crecientes limitaciones a los derechos y libertades civiles, ha aumentado el número de refugiados expulsados de Pakistán e Irán. Hasta el punto de que el mes pasado la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) tuvo que lanzar una campaña de recaudación de fondos de emergencia para hacer frente al flujo de migrantes que regresan.
Según la organización humanitaria, en las últimas semanas también se ha registrado la llegada de entre 4.000 y 6.000 personas, un ritmo que está desbordando las frágiles infraestructuras afganas, ya debilitadas por la pobreza extrema, la inseguridad alimentaria, la sequía y los desplazamientos internos preexistentes. La FICR ha advertido que esta presión está comprometiendo la capacidad del sistema de salud y de las redes de asistencia humanitaria para responder a las necesidades básicas.
Pakistán comenzó a repatriar ciudadanos afganos en octubre de 2023 con el lanzamiento del programa "Plan de Repatriación para Extranjeros Ilegales". En realidad, incluso aquellos que habían recibido permisos para permanecer en Pakistán fueron obligados a abandonar el país. En casi dos años han regresado más de un millón de afganos, algunos voluntariamente (para evitar la represión de la policía pakistaní), otros por la fuerza. De estos, según los datos de las Naciones Unidas, el 61% tiene menos de 18 años, mientras que el 17% son mujeres que han quedado solas y deben mantener a su familia. Aproximadamente dos tercios de los afganos repatriados hasta ahora nunca han vivido en su país.
Varias organizaciones que se ocupan de refugiados y han intensificado la asistencia de emergencia en los pasos fronterizos, se han sumado a las denuncias del ACNUR y la FICR. En un informe publicado la semana pasada, el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) subraya que las personas repatriadas de Pakistán e Irán están enfrentando situaciones de fuerte pobreza como resultado del colapso económico de Afganistán tras el regreso de los talibanes.
El NRC afirma que, a los refugiados expulsados de Pakistán se suma otro millón de afganos repatriados de Irán solo en 2024, mientras que algunas estimaciones de la ONU advierten que el número de repatriaciones podría llegar incluso a 20.000 personas por día, lo que dificulta aún más a Afganistán hacer frente a la emergencia.
Mientras tanto, el gobierno talibán está profundizando sus relaciones económicas y diplomáticas con Rusia, China y la India. El ministro de Comercio talibán ha propuesto a Moscú liquidar sus transacciones financieras recíprocas en moneda local en un intento de abandonar el dólar estadounidense y evitar las sanciones internacionales.
Al mismo tiempo, Kabul ha aplicado por primera vez una serie de medidas para reducir los ataques terroristas en Pakistán. Estas son demandas que Islamabad viene planteando desde hace tiempo, especialmente en lo que respecta a los vínculos entre el gobierno talibán y los talibanes paquistaníes, o TTP: en los últimos meses, 70 combatientes han sido encarcelados bajo la acusación de reclutar ciudadanos para llevar a cabo ataques en territorio paquistaní. A cambio, Islamabad ha eliminado un arancel del 10% sobre la importación de algunos bienes procedentes de Afganistán.
Es probable, según algunos comentaristas, que esta nueva actitud de Kabul haya sido favorecida por la intervención china (más que por la presión ejercida por los ciudadanos afganos que regresan): después de las recientes tensiones con India, el ministro de Relaciones Exteriores chino recibió a sus homólogos de Pakistán y Afganistán, abriendo el camino para un alineamiento de Kabul con los intereses de Islamabad y Beijing.
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