P. D'Ambra, caballero de la República Italiana por su compromiso en Mindanao
Misionero del PIME en Filipinas desde 1977, recibió en la embajada de Manila la Orden de la Estrella de Italia, una de las más altas distinciones de su país natal. Fundador del movimiento Silsilah para el diálogo entre cristianos y musulmanes, considera este reconocimiento como «un reto para hacer más por ayudar a captar lo bueno que hay en cada persona».
Manila (AsiaNews) - El 1 de octubre, en una ceremonia celebrada en la embajada de Manila, la República Italiana concedió al padre Sebastiano D'Ambra, misionero del PIME, la Orden de la Estrella de Italia, conocida con el título de Caballero de la República Italiana, en reconocimiento a sus décadas de compromiso con el diálogo interreligioso, la paz y la armonía en Filipinas.
La condecoración expresa la gratitud del país a aquellas figuras que, con sus importantes contribuciones, promueven las relaciones amistosas y la cooperación entre Italia y el mundo entero. En el caso del padre D'Ambra, el reconocimiento se debe a su extraordinario y duradero compromiso con la causa del diálogo interreligioso, la paz y el entendimiento entre las diferentes culturas en la isla de Mindanao, en Filipinas.
«En mi misión en Filipinas desde 1977 hasta hoy, he hecho muchas cosas, y muchos me conocen por la fundación del Silsilah Dialogue Movement (www.silsilahdialogue.com), por la promoción del diálogo interreligioso, especialmente entre cristianos y musulmanes», ha contado el padre D'Ambra a AsiaNews. A lo largo de los años, también ha sido secretario ejecutivo de la Comisión para el Diálogo Interreligioso de la Conferencia Episcopal Católica de Filipinas (CBCP). «El nuevo reconocimiento del presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, es para mí una muestra de atención y un reto para hacer más», añadió el misionero.
En su intervención durante la ceremonia de entrega del premio, el padre D'Ambra dio las gracias al embajador de Italia en Filipinas, Davide Giglio, y a todos los presentes. «Dije que deseo ser siempre como el Buen Samaritano, dispuesto a bajarme de mi "caballo" para prestar atención a quienes se encuentran "en el camino", para ayudarles, compartiendo mi amor y mi compasión», cuenta.
Su larga experiencia en el diálogo, especialmente entre cristianos y musulmanes, le ha llevado a profundizar en la idea de que «el diálogo parte de Dios y lleva a las personas de vuelta a Dios. Solo somos pobres instrumentos en sus manos —explica—. Y esto significa que debemos dejarnos guiar por el amor en nuestra misión, convencidos de que se necesita un amor radical para un cambio radical».
«Espero que el reconocimiento recibido hoy —concluye el padre D’Ambra— inspire a muchos a creer que, en lo más profundo de cada persona, siempre hay un rincón de bondad. Por eso, debemos bajar al nivel de los necesitados, bajar de nuestra posición para acompañar a muchos hacia la verdadera Estrella, que es Dios y su amor».
27/01/2019 13:40