20/12/2013, 00.00
IRAK
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Patriarca caldeo: Entre guerra y crisis, la Navidad es la verdadera esperanza para el Medio Oriente

de Mar Louis Raphael I Sako
Mar Louis Raphael Sako, en su primera Navidad como patriarca, se dirige a los cristianos de Irak, de Medio Oriente y de la diáspora. El subraya que el rostro del niño Jesús es fuente de bienestar y prosperidad también para nuestros "hermanos musulmanes". A los sacerdotes y fieles la tarea de convertir la Iglesia en "una verdadera gruta", animada de amor y del calor de la fe.

 

Bagdad (AsiaNews)- La situación de Irak, los sufrimientos de la comunidad cristiana y de la entera población; la exhortación a la acogida a través de la solidaridad, la unidad y la esperanza; y aún más, la invitación a mirar el rostro del Niño Jesús. Sea "un signo para todos", también para los "hermanos musulmanes", fuente de "prosperidad" para el País y "bienestar" para todos sus ciudadanos. Son estos algunos de los puntos del mensaje- enviado a ASiaNews - que su beatitud Mar Louis Raphael Sako dirigirá a los fieles durante la misa de Navidad.

El Patriarca de los caldeos auspicia que la fiesta sea ocasión para redescubrir la "presencia sobrenatural de Dios" y al mismo tiempo, invita a los sacerdotes y a los fieles al "servicio" para que sus iglesias se conviertan en "verdaderas grutas", animadas "de amor y calor, de la fe, de la esperanza y de la unidad". De la fiesta surja una renovada "fuerza" para reunir a cuantos están separados y reconducir a casa, a la madre patria a los emigrantes.

A continuación el mensaje de Navidad de Mar Sako:

En el medio de las adversidades y de las situaciones más duras y oscuras que vivimos y experimentamos en nuestra vida cotidiana en Irak, Siria, Líbano y en Medio Oriente, la fiesta de Navidad llega para levantar en nosotros la llama de la esperanza. La Navidad es fuente de fuerza y confianza para reconstruir lo que fue destruido en los años de carestía; para restaurar lo que se deformó; para reunir a cuántos se separaron, para traer a cuántos tuvieron que emigrar.

La Buena Noticia de la noche de Navidad, "Gloria a Dios en lo alto del cielo y paz en la tierra" que los ángeles proclaman a todos (cristianos, musulmanes, y otros más) es una persistente invitación a salir de una permanente condición de conflicto, guerra, preocupación, miedo y pobreza, para promover juntos un reforzamiento de la paz y de la igualdad entre todos los ciudadanos.

El objetivo se puede logra si abrimos nuestro corazón y muestras mentes a Dios, a los otros y al mundo entero. Y cuando nos relacionamos con los otros respetando sus derechos, su libertad y su diversidad, cuando cooperamos en ellos, para que todos sientan que son hijos de Dios y de un mismo País, a despecho de la diferencia de razas, naciones, lenguas, religiones y pensamientos.

El mensaje de Navidad es claro y necesario.

El mensaje de Navidad para Irak y el entero Medio Oriente, en el cuadro de la situación actual es: No hay vida sin amor, no hay salvación si esta no pasa a través de la unidad. El mensaje de navidad llama a todos al amor recíproco y a la calurosa acogida, al compartir generosamente con los otros lo que tenemos, para que podamos gozar de la vida en abundancia.

Esta acogida se manifiesta a través de la solidaridad, la unidad, la esperanza, la consolación y la vida. En esta espiritualidad, todas las dificultades pueden ser demolidas y nuevas prospectivas se abrirán, para todos nosotros, en el futuro.

Nuestro creer y nuestra fe no se mide con el metro de nuestra conciencia, de la cultura, de la teoría o de los discursos, sino que se hacen verdaderos en nuestra capacidad de amar y de acoger, de compartir y de permanecer unidos. A través de esta fe se muestra también nuestra salvación: a nivel de nación y de Iglesia.

Partiendo de este punto invito a los sacerdotes y fieles al servicio, para que puedan hacer de sus iglesias una verdadera gruta (y una iglesia) donde puedan todos, sentir la propia importancia, el prestigio, el rol único y distintivo que ejercitan y que puedan sentir realmente ¡el ser amados!

Queridísimos hermanos y hermanas: En esta Navidad que acontece en un momento difícil y complejo, tenemos que redescubrir la presencia sobrenatural de Dios entre nosotros, mirando el rostro del Niño, regalo de Dios para la humanidad. ¿Cada nacimiento no es un regalo de Dios? Y ¿una ocasión de fiesta? Hagamos de modo que el Niño Jesús sea "un signo para todos", como aman leer nuestros hermanos musulmanes en el Corán, que haya una carpa que abrace a todos nosotros, y que levante nuestros espíritus, pueda nutrir nuestra confianza y nuestra esperanza, sea el sostén de nuestras invocaciones por la prosperidad de nuestro País y el bienestar de nuestros ciudadanos. Y que preserve la dignidad y la libertad.

Quiero, finalmente desear a todos ustedes mis más queridos augurios de Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo para el 2014 que ya se avecina. Pueda la Navidad traernos el don la paz y la estabilidad. Es una bendición para nosotros y nuestros queridos,  y que dure todo el año.

 

 

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