24/07/2014, 00.00
LIBANO - IRAK
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Patriarca siro-ortodoxo, "Mosul debe ser retomada"

de Fady Noun
Ignazio Ephfrem II. "la expulsión programada de los cristianos es un acto barbárico, sin precedentes en la historia de las relaciones entre cristianos y musulmanes". Hay Estados que ayudan e esos grupos, pero "estos actos recaen inevitablemente, en breve o largo término, sobre aquellos que los apoyan".

Beirut (AsiaNews)- "Mosul debe ser retomada". Es el pedido lanzado ayer por el patriarca siro- ortodoxo Ignazio Ephfrem II que denunció en el curso de una conferencia de prensa la depuración religiosa conducida por el estado islámico de Irak y del Levante (Isil) en toda la llanura de Nínive.

Una semana después del pedido del patriarca de la Iglesia católica caldea, Louis Sako, por los cristianos de Mosul, expulsados de sus casas y despojados de todos sus bienes, Ignazio Ephfrem Ii pidió a los Estados que financian a aquellos grupos que cesen de hacerlo y anunció que ilustrará la situación en la Onu y en algunas capitales mundiales.

El patriarca de los siríacos-ortodoxos habló desde la sede patriarcal de Atchaneh (Metn-norte), delante de una apasionada platea de personalidades religiosas ortodoxas y católicas. Entre ellas mons. Michel Kassarii, obispo caldeo del Líbano, el p. Michel Jalkh, secretario general del Concejo de las Iglesias de Medio Oriente, además del pastor de los asirios orientales en Líbano, el p. Batroun Coliana y el embajador de Irak en Líbano, Raad Alloussi.

La conferencia de prensa fue precedida por la reunión plenaria de la Iglesia siro-ortodoxa del Líbano. Al inicio del encuentro, el patriarca Ignazio Ephfrem Ii recibió una llamada telefónica del ministro de Exteriores, Gebran Bassil al cual pidió hacer llegar a la comunidad internacional la voz de los cristianos perseguidos en Irak.

Pedidos de solidaridad llegaron a Atchaneh también de parte de los patriarcas maronita y griego-ortodoxo.

"La expulsión programada de los cristianos de Mosul (...) es un acto barbárico, sin precedentes en la historia de las relaciones entre los cristianos y musulmanes en esta región", dijo antes que nada el exponente religioso, en cuyo rostro se podían leer signos de cólera e indignación. "Condenamos con la máxima fuerza- prosiguió- estos actos e insistimos sobre el hecho que tal comportamiento no es el islam que nosotros conocemos y con el cual convivimos de hace más de 13 siglos".

"Cruces abatidas, íconos quemados..."

Para el patriarca, el islam que inspira a los yihadistas del Estado islámico "está en contradicción con el texto coránico". "Cruces abatidas e íconos quemados no es el islam que conocemos nosotros. Invitamos a nuestros hermanos musulmanes y a sus líderes a tomar una clara posición contra estas acciones", recalcó, mientras aparecía decepcionado por el silencio internacional y por la modestia de las condenas expresadas hasta ahora.

En el orgullo nacional propio de las comunidades ortodoxas, el Patriarca agregó: "Esta injusticia (...) no nos empujará, bajo ningún pretexto, a pedir ayuda o protección a ningún Estado occidental (...) porque sabemos que somos la sal de esta tierra y testigos para siempre de la Resurrección, pero nosotros pedimos a nuestros conciudadanos que sean fieles a los valores humanos y de civilización que nos son comunes".

Él pidió que la solidaridad se manifieste más allá de las palabras y se traduzca en un pedido claro "a los regímenes que apoyan, arman y financian al Estado islámico y a otros grupos similares, para que dejen de hacerlo, en cuanto este fanatismo y estos actos recaen inevitablemente, en breve o largo término, sobre aquellos que los apoyan".

Sarcasmo de la Onu

"Por nuestra parte- dijo aún, en tono de transparente sarcasmo- contamos recurrir a las Naciones Unidas y a la Comisión de los Derechos humanos y pedirles que sean coherentes con la Carta que pretenden respetar". "Nosotros no pedimos al Occidente otra cosa que el respeto de los principios de la Carta y de no aplicarla en modo selectivo, según sean los Estados o los grupos sociales".

Lo que sucede en Mosul "es un crimen contra la humanidad". "La expulsión de una población sobre la base de su pertenencia religiosa, ya sea cristiana o musulmana, es un crimen contra la humanidad y quien es responsable debe ser castigado".

"Hay pruebas- dirá más tarde, respondiendo a preguntas de los periodistas- que estos grupos están apoyados por Estados, como lo dice también la prensa, pero creo que tendrán una vida breve".

La ayuda del Kurdistán

En conclusión, el Patriarca lanzó un pedido a las autoridades iraquíes para que "defiendan los derechos de los cristianos de Irak" y también pidió la ayuda a Kurdistán, confirmando también la existencia de una coordinación práctica entre los obispos siro-ortodoxos y las autoridades curdas.

"Pedimos a nuestro hermanos curdos, nuestros conciudadanos, que nos ayuden a proteger esta presencia cristiana en el respeto de la diversidad y de su valor histórico y cultural", agregó antes de anunciar la convocación lo más rápido posible e un congreso de los patriarcas orientales con el fin de formar una delegación que irá a la Onu y a otras sedes, para solicitar ayuda a la causa de las poblaciones despojadas.

En el plano interno libanés, el patriarca Ignazio Ephfrem II pidió que un noticiero unitario de información sobre la tragedia de Mosul sea coordinado por Beirut, así como se hace sobre lo que sucede en Gaza.

 

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