16/03/2023, 14.01
ARABIA SAUDITA - IRÁN
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Satloff: El acuerdo con Teherán es una decisión 'estratégica' de Riad. Yemen es la primera prueba

de Dario Salvi

Según el experto del Washington Institute, la reanudación de las relaciones es "significativa". La euforia por la mediación de Beijing es exagerada. No hay un "giro estratégico" de los sauditas. En Yemen es necesario llegar a una tregua duradera. Israel, al igual que los Emiratos, puede aprovechar para ampliar los Acuerdos de Abraham. Arabia Saudita se abre a las inversiones en Irán.

 

Milán (AsiaNews) - La reanudación de las relaciones entre Teherán y Riad es "significativa", pero se exagera el rol de Beijing como "mediador" o el "cambio estratégico" de Riad, cuyo objetivo es minimizar las "amenazas externas a la seguridad” para continuar con las reformas. Estas son algunas de las afirmaciones de Robert Satloff, director ejecutivo del The Washington Institute, experto en asuntos de Medio Oriente y política árabe-israelí, en la entrevista que concedió a AsiaNews. El académico señala que la "primera prueba" del acuerdo será Yemen, donde habrá que "construir y mantener" una tregua duradera. Y a diferencia de otros, cree que Israel está lejos de haber perdido, porque "una disminución de las tensiones entre Arabia Saudita e Irán" abre la puerta "a lazos más fuertes de Riad con Israel", como ha hecho recientemente Emiratos Árabes Unidos.

Teherán y Riad rompieron relaciones en 2016 por el ataque contra el consulado de Arabia Saudita en Irán en respuesta a la ejecución del líder chiíta Nimr al-Nimr. La disputa desencadenó una serie de repercusiones regionales, entre ellas el aislamiento de Qatar (que terminó a principios de 2021) porque se lo consideró demasiado cercano a Teherán. Las dos potencias regionales están en frentes opuestos en muchas cuestiones, desde Yemen hasta Siria, además de representar los dos principales puntos de referencia para el Islam chiita y sunita. Sin embargo, en abril de 2021 el príncipe heredero saudita Mohammad bin Salman (MBS) declaró que deseaba mantener buenas relaciones con Teherán. El punto de inflexión también estuvo determinado por el cambio de administración en Washington, con el paso de la "máxima presión" de Donald Trump, al intento, hasta ahora infructuoso, de reactivar el acuerdo nuclear. Y la noticia de hoy es el anuncio de posibles inversiones de Riad "a corto plazo" en territorio iraní. Así lo afirmó Mohammed Al-Jadaan, ministro de Finanzas de Arabia Saudita, quien considera que la República Islámica ofrece "múltiples oportunidades" y no hay razón para descartar "significativas" inversiones entre las partes.

A continuación, la entrevista con Robert Satloff:

Hay opiniones discrepantes sobre la reanudación de las relaciones entre Arabia Saudita e Irán: ¿cuál es su opinión y cuáles son -si los hay- los beneficios para los dos países?

La reanudación de las relaciones entre sauditas e iraníes es significativa, pero ha provocado una reacción exagerada tanto con respecto al papel de China como mediador regional, como sobre el giro estratégico de las alianzas de Riad con socios tradicionales en dirección a Beijing. En mi opinión, se trata principalmente de una decisión estratégica de Riad para alcanzar una tregua a corto plazo en Yemen y en otros frentes que tiene con Irán. El objetivo es proseguir su vigorosa política de reformas económicas, sociales y culturales internas, minimizando al mismo tiempo las amenazas externas a la seguridad.

EE. UU. ha sido históricamente su primer garante, pero los sauditas se han cansado de las restricciones impuestas por las sucesivas administraciones estadounidenses, y su progresiva retirada de la región. Restablecer relaciones con Irán no significa abandonar la órbita de Washington en favor de una alianza con Teherán, porque los lazos sauditas con las infraestructuras de seguridad nacional de EE.UU. son demasiado profundos y las diferencias con Irán demasiado flagrantes en el plano ideológico, político y de relaciones. Este es un giro estratégico, pero las implicaciones a largo plazo siguen siendo inciertas. Arabia Saudita amplía el círculo de socios en materia de seguridad, otorgando un mayor protagonismo a los europeos (británicos y franceses) e incluso deja espacio para Israel, que si actúa de manera inteligente puede convertirse en una fuente útil de asociaciones en áreas de alto perfil.

El acuerdo establece dos meses para que las partes den prueba de su buena voluntad. ¿Cree que habrá nuevos pasos que marquen un punto de inflexión entre los dos países?

La primera prueba del acuerdo se jugará en relación con Yemen, donde se verá si son capaces de construir y mantener una tregua duradera. Otra prueba será el Hajj, la gran peregrinación [que a menudo Riad ha utilizado como herramienta política, ndr] a fines de junio, un escenario en el cual Irán ha desplegado en el pasado artimañas y rencores contra Arabia Saudita. Pero estoy seguro de que habrá más pruebas en el camino.

Detrás del deshielo estaría la mediación de Beijing. ¿Se trata realmente de un éxito diplomático (y económico) de China en Oriente Medio que puede cambiar el equilibrio de poder -y de influencia- con Estados Unidos?

Creo que el papel de China fue menor de lo que dicen para cerrar el acuerdo. Por otra parte, parece muy poco probable que Riad confíe demasiado en una China que parece estar demasiado lejos como fuente real de seguridad. Apostar a Beijing como mediador más bien parece una bofetada deliberada a la administración Biden, tal vez para compensar la negativa de la Casa Blanca a disculparse por las críticas del presidente sobre la política petrolera en septiembre. Nótese que, al día siguiente del anuncio del acuerdo, se hizo público otro megacontrato para la compra multimillonaria de más de cien aviones Boeing por parte de Riad. Los sauditas quieren diversificar sus relaciones, no cambiar de equipo.

Yemen, Líbano, Irak: son muchos los escenarios en los que Teherán y Riad operan e influyen en los asuntos internos de los países, generalmente enfrentados. ¿Habrá novedades también en estos escenarios?

Algunas de estas áreas son más importantes para uno u otro actor, dependiendo de los intereses en juego. Yemen es una prioridad mucho mayor para Arabia Saudita que para Irán; Líbano, la patria de Hezbolá, es una importante prioridad para Irán, mucho más que para los sauditas. Entonces, es probable que veamos cambios de la parte menos comprometida, en dirección a la parte que tiene mayor interés en ese campo [de conflicto].

Israel parece salir derrotado de la reanudación de las relaciones entre sauditas e iraníes. ¿Los "Acuerdos de Abraham" están destinados a detenerse a las puertas de Riad?

No, en todo caso, ¡es al contrario! Creo que una relajación de las tensiones entre Arabia Saudita e Irán abre la puerta a relaciones más fuertes entre Riad e Israel, en vez de cerrarla. En mi opinión, los saudíes buscan diversificar los socios, para crear una verdadera "cartera" en materia de seguridad. Y si Israel puede convencer a Arabia Saudita de que puede aportar un valor agregado a la mesa de negociaciones, y siempre en el caso de que Estados Unidos complete el cuadro con su contribución, entonces no hay razón para rechazar la idea de una normalización entre sauditas e israelíes. De hecho, ya hemos visto cómo EAU ha aprovechado sus vínculos tanto con Israel como con Irán, y no hay razón para pensar que los sauditas no puedan seguir un camino similar.

 

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