16/05/2024, 15.13
LINTERNAS ROJAS
Enviar a un amigo

Shandong, vuelve el fantasma de las demoliciones forzosas en las aldeas rurales

de Silvia Torriti

Según algunas denuncias publicadas en las redes sociales chinas, están nuevamente en acción las grúas y excavadoras que se habían detenido en junio de 2020 debido a las tensiones en las comunidades y las críticas de los académicos locales. El objetivo es "modernizar" y fusionar una quinta parte de las 70.000 aldeas trasladando a sus habitantes a nuevos barrios en las afueras de las ciudades medianas y grandes. Aplicando distintas formas de violencia contra aquellos que no lo aceptan.

 

Milán (AsiaNews) - Recientemente han aparecido noticias que sugieren que han vuelto a empezar las demoliciones forzadas de aldeas rurales en la provincia oriental de Shandong que habían sido suspendidas por las autoridades en junio de 2020. Uno de los episodios más graves que se conocen es el que tuvo lugar el pasado 19 de marzo, cuando escuadras de demolición con equipo antidisturbios irrumpieron en la aldea de Xizhifang (en la prefectura de Jinan), provocando las protestas de la población local. En vano los habitantes pidieron que interviniera la policía, que por el contrario actuó contra los manifestantes, secuestró sus teléfonos móviles, los golpearon e incluso los sometieron a arresto domiciliario.

Los hechos que acabamos de describir siguen en realidad un guión que ya resulta bien conocido en las noticias y es sólo una de las tantas reacciones de disidencia respecto de la política de "fusión de aldeas"- en chino, he cun bing ju -.

Considerada el buque insignia de la "estrategia de revitalización rural" (xiangcun zhenxing zhanlüe), supone la destrucción de aldeas rurales enteras y posterior reubicación de sus habitantes en "comunidades" modernas y más grandes (shequ), construidas en las periferias de ciudades medianas y grandes. Estos nuevos asentamientos, formados por bloques de apartamentos o aglomerados de viviendas independientes, deberían contar con todos los servicios necesarios, como hospitales, escuelas, hospicios, estaciones de policía y áreas de acumulación de residuos. El objetivo anunciado de la "fusión de aldeas", en efecto, es acelerar el proceso natural de urbanización, promover la modernización de las zonas rurales y de la economía local y mejorar el nivel de vida de los campesinos.

Con estas intenciones, en octubre de 2019 las autoridades de Shandong lanzaron un ambicioso plan que prevé la fusión de una quinta parte de las 70.000 aldeas administrativas tradicionales que hay en su territorio y que debía completarse a finales del año siguiente.

Sin embargo, durante su aplicación se cometieron numerosos errores y excesos en perjuicio de la población rural, valientemente denunciados por algunos investigadores y profesores universitarios chinos. Entre ellos, He Xuefeng, conocido sociólogo de la Universidad de Wuhan, describió el sufrimiento causado a los campesinos por esta medida y llegó incluso a definirla como "el Gran Salto Adelante de los tiempos modernos". De hecho, la práctica de la "fusión de aldeas" recuerda a la política maoísta en varios aspectos, empezando por la forma en que se lleva a cabo.

De hecho, los testimonios recogidos por los estudiosos chinos han revelado graves casos de violencia y abuso de poder por parte de los líderes locales que, movidos ​​también por el beneficio personal, obligan a los residentes a firmar contratos para demoler sus viviendas. Las familias que se niegan a hacerlo son etiquetadas como "saboteadoras" (dingzihu) y sometidas a terribles represalias, como privarlas de los servicios públicos y sufrir ataques de vandalismo en sus casas o cultivos. Algunos opositores incluso fueron golpeados o arrestados, mientras que otros fueron despedidos u obligados a abandonar su trabajo debido a las presiones que sufrieron.

A menudo el aviso de demolición llega tan inesperadamente que ni siquiera da tiempo a las familias a sacar sus pertenencias de sus casas, que quedan sepultadas bajo los escombros. Otra práctica muy extendida es la de "primero destruir y después construir" (xian chai hou jian), según la cual las casas de los residentes rurales son demolidas antes de que se construyan otras nuevas, dejándoles con pocas opciones: depender de amigos o familiares, buscar un apartamento para alquilar o arreglárselas en refugios improvisados, como simples chozas de paja y barro o tiendas de campaña instaladas fuera de las parcelas.

Aunque están en condiciones ruinosas, estos alojamientos a veces siguen siendo preferibles a los de las comunidades rurales modernas. De hecho, cuando se instalan en los nuevos apartamentos, las familias deben comprar personalmente los muebles, los enseres, los electrodomésticos y pagar los diversos servicios públicos, ya que los gobiernos locales de Shandong no pueden hacer frente al pago de los subsidios previstos. Un agricultor originario de Juancheng (prefectura de Heze), por ejemplo, admitió: "No me gusta la casa nueva [...] Tenemos que gastar dinero desde que abrimos los ojos por la mañana. En la aldea sacábamos el agua de un pozo y cocinábamos el arroz con la leña que recogíamos. Ahora tenemos que pagar por el agua incluso cuando tiramos de la cadena del baño, o por la electricidad cuando cocinamos [...]. Nosotros no estamos acostumbrados […] y además no tenemos dinero. Es fácil sobrevivir en una aldea con muy poco dinero".

Abandonar la aldea de origen significa también tener que abandonar la actividad laboral, porque la distancia ya no permite a los antiguos habitantes dedicarse a la producción agrícola como antes. Por eso muchos se ven obligados a ceder los derechos de uso de las parcelas que cultivaban, convirtiéndose en la práctica en "campesinos sin tierra" (shidi nongmin). Esta decisión implica renunciar a lo que consideran su principal fuente de ingresos y, aunque obtienen una compensación por la cesión de derechos de uso, ésta no es suficiente para asegurar su sustento durante mucho tiempo. Además, tampoco se les garantiza encontrar inmediatamente empleo en el lugar donde van a vivir o en otro cercano.

Sin embargo, las razones económicas no son las únicas que hacen poco atractiva la perspectiva de trasladarse a nuevas comunidades. También hay razones afectivas que hacen dudar a los residentes rurales. De hecho, como se trata en su mayoría de personas mayores, les resulta muy difícil abandonar la casa que se construyó con el esfuerzo de varias generaciones y empezar de nuevo en otro lugar. Y cuando se trasladan, los campesinos se ven obligados a integrarse en un nuevo contexto social y a reconstruir sus relaciones interpersonales. Este proceso es largo y complejo, ya que los residentes de las nuevas comunidades, aunque provienen de aldeas vecinas, muchas veces presentan diferencias a nivel económico y cultural, y en sus hábitos y estilo de vida.

Tiene razón entonces Lü Dewen, investigador de la Universidad de Wuhan, cuando afirma: "Si el Covid-19 fue un desastre natural [...] la fusión de aldeas es una calamidad provocada por el hombre, [es] una amenaza que acecha y no tiene consideración por los sentimientos humanos, está en contradicción con la mentalidad de los campesinos".

Aunque inicialmente las autoridades intentaron ocultar el descontento de estos últimos, recurriendo en ocasiones a la censura de imágenes y comentarios en internet, las críticas expresadas por los estudiosos chinos ya hicieron estallar en los últimos años un verdadero caso mediático, constituyéndose en un raro ejemplo del "periodismo constructivo" en el país. Esto llevó a los dirigentes a admitir los errores que se habían cometido y a anunciar en junio de 2020 la suspensión temporal del proyecto de "fusión de aldeas" en Shandong.

Sin embargo, según algunos rumores e indiscreciones que circulan en la red china en los últimos meses, parece que las grúas y excavadoras han vuelto a trabajar en los campos de la provincia. De hecho, de los documentos programáticos que se publicaron después de 2020 sobre las "tres cuestiones rurales" (san nong) - es decir, la agricultura, las zonas rurales y los campesinos - se desprende la intención de continuar con dicha política, aunque siempre respetando la voluntad de los sujetos implicados. Las noticias más recientes, sin embargo, hacen dudar que esto sea realmente así.

“LINTERNAS ROJAS” ES EL BOLETÍN DE ASIANEWS DEDICADO A CHINA.

¿QUIERES RECIBIRLO TODOS LOS JUEVES EN TU CORREO ELECTRÓNICO? SUSCRÍBETE AL BOLETÍN EN ESTE ENLACE

 

TAGs
Enviar a un amigo
Vista para imprimir
CLOSE X
Ver también
Musulmana, ex radical: Riad y el salafismo (wahabí) un peligro para el islam y para el mundo
17/12/2016 13:14
Papa: Dios “ablande un poco el corazón” de quien condena todo aquello que está “fuera de la Ley”
02/05/2017 13:54
Sacerdote iraquí: la ‘derrota militar’ de Isis no cancela la amenaza yihadista
03/11/2017 14:18
Católico arrestado por cultivar cannabis para tratar a su esposa en fase terminal
08/04/2017 12:24
Rangún: China visita a la junta militar mientras siguen los enfrentamientos con las milicias étnicas
01/09/2021 15:28


Newsletter

Suscríbase a la newsletter de Asia News o cambie sus preferencias

Regístrese
“L’Asia: ecco il nostro comune compito per il terzo millennio!” - Giovanni Paolo II, da “Alzatevi, andiamo”