27/10/2022, 18.25
VATICANO
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Sínodo, se publicó el documento para la fase continental

El documento se titula “Ensancha el espacio de tu tienda” y recoge las ideas propuestas por las 112 Conferencias Episcopales de todo el mundo que enviaron sus aportes al Vaticano. Las voces de las Iglesias de Asia. Sobre la base de este documento se retoma ahora el diálogo a nivel local para elegir las prioridades que abordará la primera etapa de la Asamblea sinodal en octubre de 2023.

 

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - “¡Ensancha el espacio de tu carpa, despliega tus lonas sin mezquinar, alarga tus cuerdas, afirma tus estacas!". Tomando prestadas las palabras de un versículo del profeta Isaías (Is 54,2), se presenta la tarea que hoy debe afrontar la Iglesia, comprometida en el itinerario propuesto por el Papa Francisco sobre el tema “Por una Iglesia sinodal. Participación, comunión, misión”, dice el Documento de Trabajo para la Etapa continental, que hoy se dio a conocer en el Vaticano para orientar la reflexión en una nueva etapa del camino que comenzó hace  un año.

Una comisión de expertos ha trabajado en las últimas semanas sobre las ideas propuestas por las 112 Conferencias Episcopales (sobre 114) que respondieron a la consulta solicitada por el Papa Francisco enviando síntesis nacionales a Roma, junto con los resultados de los dicasterios de la Curia Romana e incluso de muchas realidades y fieles individuales que han enviado sus contribuciones directamente por correo electrónico a la Secretaría del Sínodo. Miles de sugerencias condensadas en un documento de 46 páginas que abiertamente se propone como una etapa intermedia para volver a plantear la reflexión a escala continental. Tomando como referencia -precisamente- la imagen de la tienda que acompañaba al pueblo de Israel en el desierto con el tabernáculo en su interior. “La firmeza de la tienda está garantizada por la solidez de sus estacas, es decir, los cimientos de la fe que no cambian, pero sí pueden ser trasladados y plantados en un terreno siempre nuevo, para que la tienda pueda acompañar al pueblo en su caminar por la historia".

En el documento resulta evidente el esfuerzo de valorizar las voces de todas las Iglesias locales del mundo. Aunque no tiene la pretensión de condensar reflexiones amplias y detalladas en unas pocas docenas de páginas, las citas de las contribuciones de las Iglesias nacionales individuales son la base de cada afirmación. Y entre estas referencias hay muchas voces de Asia. Por ejemplo, la Conferencia Episcopal de Pakistán subraya la experiencia de novedad y frescura que el Sínodo está ofreciendo a las comunidades: "La gente comentó que era la primera vez que se les pedía que hablaran a pesar de que llevaban décadas asistiendo a la Iglesia”. Al mismo tiempo, sin embargo, no faltan esfuerzos en este camino: "La síntesis de Filipinas señala que «muchos de los que pertenecen a las clases bajas de la sociedad y los marginados también se sienten excluidos de la Iglesia»".

La perspectiva que indica el documento es una “Iglesia sinodal misionera”, orientada por cinco grandes directrices: la escucha de todos como apertura a la acogida, el impulso para salir hacia la misión, un estilo eclesial basado en la participación de todos, un salto cualitativo en la formación y la espiritualidad y la centralidad de la liturgia como lugar tangible para una comunión alimentada por la Palabra de Dios y los Sacramentos. En este marco de referencia se insertan los desafíos más concretos. Por ejemplo, la Conferencia Episcopal de Corea es una de las que subrayan la cuestión del rol de la mujer en la Iglesia: «A pesar de la gran participación de las mujeres en diversas actividades eclesiales, a menudo son excluidas de los principales procesos de toma de decisiones. Por lo tanto, la Iglesia necesita mejorar su propia conciencia y los aspectos institucionales de sus actividades».

Hay varias experiencias sobre el tema del diálogo ecuménico e interreligioso,  muy influidas también por los contextos. Los obispos de Laos y Camboya dicen que el encuentro entre la Iglesia católica y los monjes y laicos budistas “crea una nueva cultura” y que «todas nuestras actividades se influyen mutuamente e influyen en todos». Por el contrario, la Iglesia católica en India reconoce que a pesar de los intentos «existe la sensación de que el compromiso en este ámbito de la misión es mínimo. Los esfuerzos de diálogo sólo han implicado a élites reducidas y han seguido siendo, en su mayoría, ejercicios cerebrales relegados al ámbito de las ideas y los conceptos, en lugar de convertirse en un movimiento de masas y en un diálogo de vida».

Luego están los contextos donde el testimonio de la fe se vive hasta el martirio: países donde los cristianos, especialmente los jóvenes, tienen que afrontar el desafío de una conversión forzada sistemática a otras religiones. «Son muchas - dice el documento - las síntesis que ponen de relieve la inseguridad y la violencia a la que se enfrentan las minorías cristianas perseguidas. En estos casos, caminar junto a personas de otras creencias en lugar de retirarse tras el muro de la separación requiere el coraje de la profecía».

Otro tema muy discutido es cómo asegurar que el estilo de la sinodalidad se convierta en la modalidad normal del camino de la Iglesia. Y si -por un lado- queda clara en el documento la tensión entre la necesidad de acoger todos los carismas sin vaciar el ministerio de guía que tienen los obispos, por otro es evidente que la sinodalidad debe ser apoyada adecuadamente con una labor educativa. “Se necesitan con urgencia – escriben los obispos de Myanmar – programas de educación y formación dirigidos al clero y a los laicos para desarrollar una comprensión compartida de la sinodalidad que es crucial para poder “caminar juntos” en las Iglesias locales».

Estas y muchas otras ideas vuelven ahora a cada una de las Iglesias locales, a las que se encomienda la tarea de reconocer los puntos de consonancia y de divergencia con respecto a esta síntesis, señalando a partir de ellos las prioridades que el Sínodo debería discutir. Hasta el mes de marzo se llevará a cabo en cada Continente un momento de asamblea cuyos protagonistas -como pidió desde un principio el Papa Francisco- serán no sólo los obispos sino también los sacerdotes, religiosos y laicos. Los documentos finales de estas asambleas serán la base para la redacción del Instrumentum laboris de la primera fase de la Asamblea sinodal que se llevará a cabo en Roma en octubre de 2023. Después -como anunció el Papa Francisco hace unos días- el camino continuará un año más, con una segunda sesión del Sínodo propiamente dicho ya programada para octubre de 2024.

 

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