01/04/2015, 00.00
TAIWAN
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Taipei, en el mejor restaurante de la ciudad “se siente el perfume del Evangelio”

de Xin Yage
Purple es una empresaria taiwanesa que, por el 5° año consecutivo, vio a su propio local premiado como el mejor de la capital. En Pascua festejará el tercer aniversario de su bautismo: “La fe católica me ha mejorado como persona y como gestora. Cuando comen y beben en modo refinado, las personas están contentas y se abren al amor de Dios y de Jesús”.

Taipei (AsiaNews)- Purple es la propietaria de un conocidísimo restaurante en Taipei. Hace unos 4 años se acercó al cristianismo y justo hace 3 recibió el bautismo, la noche de pascua. Como testimonio de la calidad de su restaurante, al final de la entrevista, entra un equipo televisivo de la Cti para el noticiero de la noche, en el cual se proclama a su restaurante como “el mejor de Taipei”, por la quinta vez en los últimos 6 años. A continuación su testimonio.

La noche de Pascua del 7 de abril de 2012 fui bautizada en la parroquia del Sagrado Corazón de Taipei por el p. Ignacio, que entonces era el párroco. Había hecho 6 meses de catecismo después de haber sido invitada por otro querido amigo, que me introdujo en la vibrante comunidad cristiana del c entro de la ciudad. Antes de entonces, pensaba que en mi vida había demasiadas presiones, en mi familia, en el trabajo. La paz que recibí poniendo en práctica el Evangelio, es seguramente la cosa más importante en lo que se refiere a mi fe. Debo a esta paz interior, todo, así también como el suceso de mi actividad profesional.

Yo soy una empresaria y veo las cosas en base de una larga prospectiva. Mi lema es “hacer mejor y diversamente”. Noto que este modo de ver las cosas funciona con mis compañeros de trabajo, veo que tengo talento para mejorar las situaciones, porque muchos me lo dicen y creo que sea algo que Dios me dio. No depende de mí. Esto me da mucha alegría, porque veo que las situaciones se pueden mejorar. Me gusta colaborar con los otros: estar en comunidad, en la parroquia, me pone muy contenta. Es la ocasión de encontrar una plenitud de vida y de valores.

Las dinámicas de la vida comunidad y de la vida profesional, en nuestro caso una empresa de restaurante, son a menudo muy similares: es necesario discutir y llegar a una decisión. En este sentido una crítica constructiva es mejor del silencio, criticar para mejorar es una cosa buena y el poder aceptar las críticas es un gran mejoría.

Yo estudié Business and Management en Inglaterra, donde he conocido a un amigo italiano y hemos comenzado a pensar en un restaurante para hacer de la isla de Taiwan gastronómicamente más rica. Vino y helado al inicio, después hemos abierto cosas más grandes. Otro amigo enseñó a nuestros empleados a hacer helado de calidad excelente. Pratimos de una simple heladería, todo el producto era fresco y artesanal. Luego hemos abierto 2 restaurantes, obviamente no de la noche a la mañana: fue un largo camino, pero con las ideas claras en la cabeza.

Al final llegó mi conversión al cristianismo: descubrí a Jesús y me quedé fascinada de la Última Cena. Jesús dio pan y vino a los discípulos para el cuerpo y para el espíritu y yo entendí que hacer un restaurante era para nosotros una misión de Dios. Cuando comen y beben en modo refinado, las personas están contentas y se abren al amor de Dios y de Jesús.

Hemos formado también a muchas hermanas aquí en Taipei para que cocinaran bien. De los buenos ingredientes se puede sentir el gusto del Evangelio. Hemos servido a muchos clientes y desde cuando leemos online estamos satisfechos de la atención que ponemos en la calidad. Luego llegaron los premios oficiales. Siempre queremos hacer el bien, comenzando de los pequeños detalles. La gente lo parecía y entiende. Indudablemente muchas personas nos han ayudado a mejorar y a entender mejor lo que realmente necesitan. Al fin  de cuentas entendemos que lo que desean es el amor de Jesús.

Jesús me ayuda a entender mejor a los clientes y a mejorar nuestras relaciones. Cada uno necesita del amor, y Jesús es la mejor respuesta. Yo no tengo miedo de decirlo: soy católica y mejoré como persona desde cuando hice esta elección. Es esto lo que me dicen mis familiares. Mis actitudes y mi visión de la vida mejoraron y cambiaron. Pero yo no me detengo, soy perfeccionista y ¡quiero mejorar aún más!

¿Qué me da una fuerza particular? Cada domingo participo en la misa y saco una ventaja enorme. Agradezco a Jesús que me da la oportunidad de conocer a una gran comunidad en la cual advierto el soporte de Dios. Me da una fuerza inigualable. ¿Cómo veo i futuro? Mi futuro tiene que ver con el de ayudar todavía a más gente. Si puedo ayudar a más gente y agrandar la comunidad, un número más grande de personas puede descubrir los verdaderos valores de la vida. Yo quiero tener la fuerza de Dios para ayudar aún más a las personas. Esto es lo que realmente siento. “Todo aquello que he recibido gratis, lo quiero dar gratis, ¡con la ayuda de Dios!

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