Turquía y Australia llegan a un acuerdo sobre la COP31, las islas del Pacífico se sienten 'decepcionadas'
Los dos gobiernos llegaron a un acuerdo. Las discrepancias habían planteado la posibilidad de volver a la sede del organismo en Bonn. Ankara será la sede del evento y Canberra tendrá la “presidencia” de la comisión. Persisten los temores sobre la eficacia de la colaboración entre ambos países, sumado a las críticas de los países del Pacífico, que aspiraban a organizar la cumbre.
Ankara (AsiaNews) - Turquía será el país anfitrión, Australia estará a cargo de la organización institucional de la manifestación. Mientras en la COP30 de Belém, en la Amazonía, se está tratando en estas horas el documento final de la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático que termina mañana, también se ha cerrado con un acuerdo que satisface a ambas partes el enfrentamiento entre Ankara y Canberra sobre la organización de la COP31, la edición de 2026 de esta cita anual que - como establecen los reglamentos de las Naciones Unidas - se debería haber realizado en Europa occidental, Australia u otro de los países de Oceanía. En esta última categoría entran las islas del Pacífico, que resultan las verdaderas derrotadas en el plano político, después de haber dialogado extensamente con el gobierno australiano sobre una iniciativa conjunta.
Para establecer la sede del evento se requiere consenso, pero ninguno de los países candidatos parecía dispuesto a ceder. El punto de inflexión se produjo cuando Australia aceptó la oferta de Turquía de renunciar a ser la sede de la conferencia a cambio de presidir las conversaciones y estar a cargo - cuando termine la COP30 en Brasil - de la maquinaria organizativa que dirige la mesa de trabajo para el evento del próximo año. Esta solución inusual sorprendió a expertos y analistas, porque hasta ahora el presidente había sido un representante del país anfitrión.
Minimizando los riesgos y preocupaciones sobre el funcionamiento práctico de esta nueva colaboración, el primer ministro australiano Anthony Albanese calificó el acuerdo con Ankara como un “resultado excepcional” y añadió que los asuntos del Pacífico seguirán siendo “prioritarios”. El jefe del gobierno de Canberra explicó que había hablado con su homólogo de Papúa Nueva Guinea, James Marape, y con el primer ministro Rabuka de las islas Fiyi.
A pesar de las afirmaciones tranquilizadoras de Australia, ya se hacen oír los primeros cuestionamientos de los países del Pacífico, que han quedado excluidos de la organización del evento aunque están sufriendo en primera persona los problemas relacionados con los cambios climáticos. El ministro de Exteriores de Papúa Nueva Guinea, Justin Tkatchenko, afirmó que “no todos estamos felices” y no ocultó su “decepción” por la forma en que se resolvió la situación. El primer ministro de las Islas Salomón, Jeremiah Manele, ya había dicho que se sentiría “contrariado” si Australia no conseguía ser la sede del evento.
Los países actualmente reunidos en la COP30 de Belém expresaron su alivio por el acuerdo alcanzado, ya que la falta de consenso sobre la sede habría resultado embarazoso para la ONU. Turquía, que ha propuesto organizar la COP31 en la ciudad de Antalya, consideraba que tenía argumentos sólidos para ser elegida como país anfitrión dado que ya se había retirado en 2021, lo que permitió al Reino Unido celebrar la conferencia en Glasgow. Si ninguno de los dos países hubiese estado dispuesto a llegar a un acuerdo, el encuentro se habría llevado a cabo en la ciudad alemana de Bonn, sede del organismo de las Naciones Unidas para el cambio climático.
El compromiso alcanzado estipula que la reunión previa a la COP se realizará en una isla del Pacífico, mientras que el evento principal será en Turquía. El ministro australiano para el Clima Chris Bowen será el presidente de la misma. Ankara también nombrará un presidente que gestionará la sede y organizará las reuniones y los programas. Sin embargo es probable que la marcha atrás de Canberra genere más de una polémica contra el primer ministro Albanese, que había ejercido largas e intensas presiones para obtener el apoyo de los otros países del grupo de Europa occidental. El compromiso deberá ser ratificado por más de 190 países reunidos en Brasil para la COP30, pero considerando los problemas que se plantearon para alcanzarlo resulta muy improbable que haya objeciones.
Australia había presentado la candidatura hablando de “COP del Pacífico”, gracias a la colaboración de los países insulares de la región, algunos de los más afectados por el cambio climático y el aumento del nivel del mar. El gobierno ya había invertido más de 4,5 millones de dólares en los preparativos, confiando en el apoyo de un gran número de países que le habría permitido superar la competencia de Turquía. A pesar del disgusto de los líderes de la región del Pacífico hay algunos que hablan de “un buen resultado”. Por ejemplo David Dutton, director de investigación en el Lowy Institute, quien hasta septiembre fue secretario adjunto de diplomacia climática en Canberra. “Alivia algunos de los costos y la carga de la organización de la COP - afirma - y crea oportunidades para que Australia y el Pacífico hagan algo al respecto”.
Por último, también expresó su satisfacción Turquía, país que se encuentra entre Europa y Asia y donde no faltan contradicciones y problemas ambientales. Los ambientalistas consideran que hoy Ankara debe tomar decisiones políticas más incisivas para hacer frente a los desafíos que plantea el cambio climático si pretende alcanzar el objetivo de “cero emisiones” en 2053, incluso con emisiones relativamente bajas. Además, el aumento de las temperaturas está debilitando la capacidad de des-carbonización de los bosques de Turquía, sobre todo porque ha aumentado el riesgo de incendios forestales. El carbón alimenta el 30% del abastecimiento energético total y más de un tercio de la electricidad. El paso a las energías renovables (que se han más que duplicado, situando al país en el undécimo puesto mundial y el quinto en Europa en términos de capacidad de energía renovable) reduciría los costos, disminuiría la dependencia y permitiría reducir la contaminación atmosférica. Sin embargo el gobierno deberá proporcionar ayuda a los trabajadores y a las regiones que dependen fuertemente de este sector.
14/12/2023 09:45
