16/06/2015, 00.00
SIRIA
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Vicario de Alepo: pocas esperanzas y difundido escepticismo sobre la misión de paz de la Onu en Siria

Ayer llegó a Damasco el enviado de las Naciones unidas, Staffan de Mistura. Un año después, el diplomático intenta relanzar el plan de cese al fuego. Decenas de muertos en Alepo, también niños. Mons. Abou Khazen: es necesario frenar el flujo de armas y combatientes. Mientras tanto continúa la misión pastoral de la Iglesia siria por el Año de la vida consagrada.

Alepo (AsiaNews)- “La esperanza es la última en morir, pero entre la gente reina un sentimiento difundido de escepticismo y existen pocas posibilidades que la misión esta vez tenga suceso”. Es cuánto refiere a AsiaNews, el vicario apostólico de Alepo de los Latinos, mons. Georges Abou Khazen, comentando la llegada ayer a Damasco del enviado especial Onu para Siria, Staffan de Mistura. “Esperamos…realmente nosotros esperamos que haya un cambio positivo” prosigue el prelado, pero la situación en el campo “no mejoró”, hoy como hace un año no hay un frente unido”. Volviendo hoy a Alepo, después de una visita pastoral en la región de la costa, el vicario apostólico advierte que cuántos comandan y deciden las suertes de la guerra, si continuar a combatir “no son de hecho sirios (ver el Frente de al-Nusra y los jihadistas del Estado islámico-ndr] y como consecuencia, no tienen ningún interés en la paz”.

Mientras tanto, en estas horas llegó a Damasco el enviado Onu para Siria, Staffan de Mistura, el cual está llamado a la difícil empresa de reiniciar los coloquios de paz para poner fin a un conflicto llegado ya al quinto año. Ya en el pasado, el alto funcionario de las Naciones Unidas había sometido a las partes un plan de cese del fuego en Alepo, pero fue rechazado por las facciones rebeldes-divididas a su vez en su interior- que no han sabido jamás encontrar una línea unitaria para la confrontación con la Onu y el gobierno sirio. Y es justamente la fragmentación del frente anti-Assad, compuesto por movimientos radicales islámicos, grupos jihadistas cercanos al Estado islámico, células locales de al-Qaeda y militantes anti-gubernamentales uno de los principales obstáculos para alcanzar un plan de paz.

Mientras tanto en Alepo, se continúa combatiendo y se muere. El balance es de al menos 34 personas asesinadas - todavía provisorio-del ataque desatado ayer por las facciones rebeldes sirias contra el suburbio occidental de Alepo, fiel al presidente Assad. Según lo que refiere el Observatorio sirio de los derechos humanos, organización con base en Londres y una estrecha red de contactos en el terreno, los grupos combatientes han lanzado al menos 300 cohetes, provocando la muerte de civiles entre los cuales 12 niños. Sin embargo, testimonios oculares refieren que el número está destinado a aumentar porque son casi 200 los heridos, muchos de los cuales en graves condiciones.

Alcanzado por AsiaNews, el vicario apostólico de los Latinos cuenta que volvió “hoy a Alepo, después de una visita pastoral en la zona costera de Siria y un breve parada en Damasco. No obstante la guerra, explica el prelado, el trabajo pastoral continúa “y en estos días hemos tenido encuentros y reuniones” con hermanas, sacerdotes y laicos “por el Año de la vida consagrada”. “Nuestra misión-agrega-es también la de buscar poder continuar la actividad pastoral, sostener el trabajo de tanta gente, estar cerca de ellos también y sobre todo en estos tiempos tan difíciles”.

La situación en Siria es siempre más dramática, confirma mons. Georges Khazen, según el cual el Occidente y las potencias regionales del mundo árabe y medioriental, “deben dejar de dar armas, adiestramiento, apoyo “logístico y financiero. Estamos frente, prosigue el prelado, a una especie de espiral de violencia sin fin, con soldados del gobierno por un lado acompañados de hace 4 años de conflicto y un frente opuesto en el cual “toman el control centenares de combatientes nuevos cada mes”.

Por esto, concluye el vicario de Alepo, “repito el pedido que estamos lanzando de hace tiempo: basta de guerra, de armas, es necesario trabajar por la paz y la reconciliación. No fomenten la guerra entre nosotros, interrumpan el flujo de armas y combatientes. Se necesitan presiones diplomáticos, no militares para que se pueda frenar el conflicto y se encuentre una vía real y concreta para la paz”.

Desde el inicio de la revuelta contra el presidente Bashar al Assad, en el año 2011, más de 3,2 millones de personas han abandonado Siria y otros 7,6 millones están evacuados en su interior. Al emnos 230 mil son las víctimas del conflicto, muchas de las cuales civiles para los cuales el 2014 fue el peor año.  Justamente en el contexto del conflicto sirio surgió por primera vez, en la primavera de 2013, en toda su violencia y brutalidad el Estado islámico que ha conquistado amplias porciones de territorio a Damasco y a Bagdad. (DS).

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