11/08/2022, 11.54
RUSIA
Enviar a un amigo

‘Fuerza de la sangre’, el monumento que celebra el renacimiento de los chuvasios

de Vladimir Rozanskij

En Morgauš, los activistas erigen el primer símbolo tradicional de la etnia, uno de los que han prometido los "patriotas" para revivir la cultura y la conciencia del grupo de origen turanio. La obra está realizada en madera de roble y tilo, los árboles que representan el principio masculino y femenino respectivamente. Su realización tuvo un costo de 1.000 euros.

Moscú (AsiaNews) - En la provincia de Morgauš, en la república rusa de Chuvasia, los activistas del movimiento nacionalista local erigieron una estela de madera que representa la "Fuerza de la Sangre", en chuvasio, Ҫӳлти Хӑват. Se trata del primer símbolo tradicional de la etnia y uno de los que ha prometido la asociación de "Patriotas del Pueblo Chuvasio". El grupo no está registrado pues quiere seguir siendo informal para evitar la "propaganda política".

Como explica la activista Galina-Ajpike Grigorieva a Idel.Realii, el símbolo recuerda directamente el nombre de la organización de los nacionalistas chuvasios, que apunta a revivir la cultura y la conciencia de esta antigua etnia de origen turanio. El pueblo desciende de los búlgaros del Volga, o quizás de los escitas o los hunos, que ocupaban estas tierras cercanas a los Urales incluso antes del nacimiento de la Rus de Kiev y de la invasión de la Horda Tártara en 1200.

"En chuvasio, jupa es el término con el que se denomina una estela". Este monumento, dice, "se instaló en el terreno de un miembro de nuestra asociación, Aleksandr Tajmasov. El símbolo fue realizado por Aleksej Isaev, un compatriota nuestro de Kungur, en la región de Perm", dice Galina. Para la obra se utilizó madera de roble, que entre los chuvasios indica el principio masculino, y madera de tilo, que representa el principio femenino.

La instalación de una jupa tiene varios significados para el pueblo chuvasio: la evolución del linaje, la unión y la familia, entre otros. La "Fuerza de la Sangre" también puede convertirse en un elemento en torno al cual celebrar los ritos de su religión originaria. Grigorieva explica que durante la inauguración, se celebró el ritual de la atribución del nombre místico del autor y mecenas de la escultura de madera, Aleksandr, que "ahora será llamado Alipattar".

La obra costó unos 600.000 rublos, poco menos de 1.000 euros, y para su realización contribuyeron todos los miembros del grupo patriota. Recientemente, en el mes de julio, se inauguró el monumento a los constructores de la gran trinchera de Sursk, que junto con la de Kazán formaron la defensa contra la agresión de los ejércitos nazis entre 1941 y 1942, durante la gran "Operación Barbarroja" con la que Hitler pretendía ocupar toda Rusia.

Más de 200.000 chuvasios participaron en la construcción de la trinchera de Sursk, que cubría una distancia de más de 300 kilómetros. Para resistir al invasor, fue decisiva la unión nacional -alentada por el propio Stalin- basada en el espíritu étnico y los recuerdos religiosos. El monumento costó más de 300 millones de rublos, un gasto al que contribuyeron en gran medida los patriotas chuvasios, y por ello también recibió muchas críticas. Un diputado local de los comunistas del KPRF, Aleksandr Andreev, lo calificó de "hoguera de las vanidades en tiempos de la peste".

TAGs
Enviar a un amigo
Vista para imprimir
CLOSE X
Ver también
Musulmana, ex radical: Riad y el salafismo (wahabí) un peligro para el islam y para el mundo
17/12/2016 13:14
El año nuevo de los chuvasios
05/05/2022 10:23
Condena de 13 años de trabajos forzados para Jurij Dmitriev, el historiador de las fosas comunes de Sandarmokh
01/10/2020 15:49
Corte suprema de Moscú: Los Testigos de Jehová están fuera de la ley
21/04/2017 12:09
Estela Padilla cuenta su experiencia con las comunidades de base filipinas en el Sínodo
23/07/2023 09:10


Newsletter

Suscríbase a la newsletter de Asia News o cambie sus preferencias

Regístrese
“L’Asia: ecco il nostro comune compito per il terzo millennio!” - Giovanni Paolo II, da “Alzatevi, andiamo”