Según un nuevo informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, las organizaciones criminales vinculadas a los centros de estafas en línea del sudeste asiático están expandiendo sus actividades en África, América Latina y otras regiones vulnerables gracias a los avances tecnológicos. El negocio - que los expertos describen como un "cáncer" - genera poco menos de 40.000 millones de dólares al año. El centro de este ecosistema ilegal son plataformas en línea accesibles solo de forma privada y los sitios de juegos de azar.
La analista experta en el Sudeste Asiático Bridget Welsh analiza los primeros pasos de Kuala Lumpur al frente del bloque: el liderazgo tendrá éxito si antepone «los intereses de quienes viven en la región a los de sus dirigentes». «Invocar 'elecciones inclusivas' en Myanmar contradice la situación real sobre el terreno».
Detenido el más conocido de los periodistas independientes camboyanos que siguen trabajando a pesar de la represión. El pretexto probable fueron los posts publicados en las redes sociales sobre los daños medioambientales causados por algunas canteras de piedra, tachados por las autoridades de noticias que creaban «malestar social». Pero Dara también es muy activo en la denuncia de los esclavos de las estafas transfronterizas en línea. Con él, ya son cien los presos políticos en Camboya.
Ajenos a la guerra, muchos ciudadanos se expatrian a la antigua Birmania en busca de trabajo, pero acaban en las redes de los traficantes. Al menos 40 liberados en los últimos días, pero decenas siguen cautivos. Apelan (en vano) a buscar trabajo en las agencias registradas en la Oficina de Empleo en el Extranjero de Sri Lanka (Slbfe).
Desmantelaron una estructura en Pasay con médicos y enfermeras chinos y vietnamitas. Según los investigadores, a estas estructuras llevan esclavos de estafas online que se enferman o sufren torturas, pero también las utilizan los fugitivos para operaciones quirúrgicas con el fin de cambiar su aspecto físico y escapar de los controles.
Un nuevo informe denuncia que los ingresos ilegales se estiman en 12,5 mil millones de dólares, en un país donde el PIB en el mismo período se acercó a los 30 mil millones. La expansión de este tráfico ahuyenta a los inversores extranjeros y condiciona el crecimiento económico. Las intervenciones represivas de las autoridades deben tener en cuenta que están involucrados muchos ciudadanos chinos "cubiertos" por los intereses de Beijing en Camboya.