Concluyó la visita de cinco días a la capital china. Cuando los periodistas locales le preguntaron sobre el patriotismo, el obispo de Hong Kong respondió que “todos debemos amar a nuestro país y a la Iglesia”. Hasta el momento, no hay rastro del viaje en los sitios web de los organismos católicos oficiales.
El obispo de Hong Kong inició su visita a la diócesis de la capital china, que responde a la invitación de organismos oficiales. Fue recibido por el obispo Li Shan y varias decenas de fieles y rezó en la catedral ante un cuadro del jesuita pionero de la inculturación del cristianismo en China. El objetivo: "promover los intercambios y las interacciones entre las dos partes".
En su mensaje de Pascua, el obispo recordó a las 6.000 personas detenidas en espera de juicio por "violencia" en 2019 y pidió clemencia: "Esperar indefinidamente no les ayudará ni a ellos ni a nuestra sociedad". Un pensamiento para los que han abandonado Hong Kong: "Dios no nos abandonará a los que le invocamos sinceramente, buscando una patria más justa y más libre para todos los que viven en ella".
La decisión unilateral de Beijing de trasladar a mons. Shen Bin afecta a un obispado fundamental para la historia y el presente de las comunidades católicas en China. De Shanghai era arzobispo el card. Kung Pin-mei, que pasó más de treinta años en prisión. Y aquí se venera a Nuestra Señora de Sheshan, en cuyo nombre Benedicto XVI instituyó la jornada mundial de oración por los católicos en China.