El Papa en Bulgaria: el mundo de los migrantes es un poco como una cruz, muchos sufren
Francisco visitó en privado un Centro de refugiados. Unos cincuenta niños, en ánimo festivo, aguardaban al Papa en la iglesia del Sagrado Corazón, para la celebración de la misa con Primeras Comuniones.
Sofia (AsiaNews) – "Hoy, el mundo de los migrantes y refugiados es un poco como una cruz, una cruz de la humanidad, y la cruz es tanta gente que sufre". Nuevamente, en este viaje a Bulgaria, el Papa Francisco ha reafirmado su atención y preocupación por el mundo de las migraciones. En efecto, esta mañana, comenzó su segunda jornada del viaje oficial a la “Tierra de las rosas”, visitando, de manera privada, el Centro de acogida de refugiados de Vrazhdebna (en la foto), ubicado en el antiguo edificio que supo pertenecer a una escuela, en la periferia de Sofía. En este lugar se alojan unas cincuenta personas. Fue una mañana particular, en la que Francisco, tras su visita al Centro de refugiados, partió en avión rumbo a Plovdiv para luego tomar un automóvil hasta Rakovsky. Allí, en la iglesia del Sagrado Corazón, celebró la Misa con Primeras Comuniones.
La visita al Centro de Refugiados, según fue informado por el director interino de la Oficina de Prensa Vaticana, Alessandro Gisotti, “fue un encuentro muy breve y, sin embargo, en unos 25 minutos, el Santo Padre y estos niños, que fueron los verdaderos protagonistas de esta visita al centro de refugiados, han dado sentido a aquello que el Papa Francisco viene diciendo, con sus palabras y con sus gestos, desde el inicio de su pontificado.La cercanía a la carne sufriente de Cristo, las periferias existenciales y en este caso, con un elemento adicional, ya que se trata de niños; niños que provienen de Siria, de Irak, y que son acogidos en este centro, y en particular por Cáritas, que han podido encontrarse con el Santo Padre, con gran alegría”.
“Ha sido muy bella -comentó Girotti- la entrega de dibujos al Papa, del modo más natural para los niños, un regalo que el Papa ha apreciado mucho. Los dibujos tienen un significado particular de belleza, de alegría: creo que esto debe haber conmovido mucho al Santo Padre, al igual que a nosotros. Eran dibujos bellos, alegres, así como el coro de niños que acompañó toda la visita; estamos hablando de niños en edad escolar primaria, de entre 6 y 10 años, y con estos cantos realmente han alegrado el encuentro. El Papa les ha agradecido mucho y estos niños se han sentido gratificados, esto se vio también en el intercambio de dibujos e incluso en la despedida que vino después. El Santo Padre les ha dejado un ícono de la Virgen, para mostrar la presencia fundamental de María, de la maternidad, en un lugar de tanto sufrimiento, pero también de esperanza, como es este centro de refugiados”.
“El Papa ha subrayado, en un breve saludo dirigido a los niños, a sus padres y a todo los voluntarios presentes en el centro, que los niños siempre nos ayudan a comprender mejor lo que sucede. Es un camino doloroso el de estos niños, dijo el Papa, así como el de sus familias, que huyen de la guerra, de la miseria, dejan su patria y tratan de insertarse en otras áreas del mundo, aunque también llevando un sentimiento de esperanza”. “Y luego el Papa ha agradecido a estos niños, a estas familias, por su buena voluntad incluso en medio de este vía crucis, en este camino de sufrimiento, al llevar la buena voluntad allí donde se encuentran, a los países donde llegan, con grandes dificultades y sufrimientos. Ha pedido oraciones por él y sabemos cuán importante es para el Papa la oración de quien sufre, en particular, de estos niños y de estas familias”.
Otros niños, unos 245, en ánimo festivo, aguardaban al Papa en la iglesia del Sagrado Corazón de Rakovsky. “Os veo aquí les dijo Francisco- vestidos con las túnicas blancas; este es un signo importante y bello, porque os habéis vestido de fiesta. La Primera Comunión es, ante todo, una fiesta, en la que celebramos que Jesús ha querido permanecer siempre a nuestro lado y que no se separará jamás de nosotros. Una fiesta que ha sido posible gracias a nuestros padres, a nuestros abuelos, a nuestras familias y comunidades que nos han ayudado a crecer en la fe”.
“Queridos niños, queridas niñas -siguió diciendo-: Estoy contento de compartir con vosotros este gran momento y de ayudaros a encontrar a Jesús. Verdaderamente, estáis viviendo un día en un espíritu de amistad, alegría, fraternidad y comunión entre vosotros y con toda la Iglesia que, especialmente en la Eucaristía, expresa la comunión fraterna entre todos sus miembros. Nuestro documento de identidad es este: Dios es nuestro Padre, Jesús es nuestro Hermano, la Iglesia es nuestra familia, nosotros somos hermanos, nuestra ley es el amor. Deseo alentaros a rezar siempre con ese entusiasmo y esa alegría que tenéis hoy. Y recordad que este es el sacramento de la Primera Comunión y no de la última, recordad que Jesús os espera siempre. Por lo tanto, os deseo que hoy sea el inicio de muchas Comuniones, para que vuestro corazón esté siempre como hoy, de fiesta, lleno de alegría y sobre todo, de gratitud”.
El Papa dio personalmente la Comunión a todos los niños y, al término de la misa, se dirigió al convento franciscano para participar de un almuerzo con los obispos de Bulgaria.
