27/02/2019, 12.18
RUSIA-TURQUÍA-EUROPA
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Los ortodoxos rusos europeos rompen lazos con Constantinopla

de Vladimir Rozanskij

Se trata de una estructura que existe en 10 países europeos (Francia, España, Gran Bretaña, Alemania, Italia, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suecia y Noruega). Bartolomé quería que se sometieran a los obispos griegos en los países europeos. El Patriarcado de Rumania, la Iglesia rusa en el exterior y el Patriarcado de Moscú, dispuestos a recibirlos. 

Moscú (AsiaNews) – Desde el 23 de febrero pasado, el exarcado ortodoxo ruso europeo, que hasta ahora estaba ligado al Patriarcado de Constantinopla, ha decidido romper lazos con Bartolomé. El alejamiento se debe a la decisión de este último de aprobar la Iglesia auto-céfala ucraniana.

Anticipándose a posibles impugnaciones, Bartolomé mismo había suspendido anteriormente al arzobispado de los rusos europeos a fines de noviembre, más de un mes antes de la entrega del Tomos de auto-cefalia a la Iglesia de Kiev. La decisión presuponía la disolución de las parroquias rusas de Constantinopla y la sumisión a los obispos griegos en los países europeos. En la asamblea general del 23 de febrero pasado, los párrocos rusos se negaron a someterse a semejante decisión, luego de una serie de encuentros y vicisitudes locales que ya anticipaban la ruptura.   

Los representantes del ex-exarcado expresaron su desacuerdo con Constantinopla y el derecho a decidir unilateralmente su destino, reivindicando las tradiciones democráticas de las comunidades ortodoxas europeas y la historia de emigración rusa en estos países. El exarcado pretende continuar existiendo, y esto sucederá por fuera de la jurisdicción de Bartolomé. Se trata de una estructura que existe en 10 países (Francia, España, Gran Bretaña, Alemania, Italia, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suecia y Noruega), y que comprende 65 parroquias, 11 grandes iglesias históricas, dos monasterios y siete eremitas. De los 206 participantes de la asamblea, 191 votaron a favor de la supervivencia del exarcado; solo 15 votaron a favor de Constantinopla.

Aún queda por decidir a cuál jurisdicción habrán de adherirse. Las posibilidades son fundamentalmente tres: el patriarcado de Rumania, la Iglesia rusa en el exterior (que si bien está en comunión con Moscú, tiene una estructura autónoma) y el mismísimo Patriarcado de Moscú. Las tres administraciones ortodoxas han declarado que están dispuestas a acoger en su seno a las comunidades rusas europeas: los rumanos, por el importante porcentaje de rumanos y moldavos presentes en ellas; los rusos en el exterior, por el histórico nexo con la emigración rusa; Moscú, por el reclamo de la madre patria originaria.

Durante la asamblea del 23 de febrero, se leyó la misiva del patriarca de Moscú, Kirill (Gundjaev), quien declara estar dispuesto a recibir a todas las comunidades, respetando sus características históricas de autonomía e integración europea, tal como se expresa en los estatutos de estas Iglesias. De todos modos, la propuesta genera ciertas sorpresas. En las dos últimas décadas, Moscú ejerció una política muy autoritaria, imponiendo a las parroquias de Europa (que son más de 20) adecuarse a los estándares del patriarcado de Moscú, eliminando el uso de las lenguas y tradiciones locales. Muchos participantes de la asamblea insistieron en postergar la cuestión y convocar a otra nueva reunión en el curso de este año.  

En Francia, el representante de Constantinopla, el metropolita Emmanuel (Adamakis), propuso formar una comunidad independiente dentro de su diócesis, Gallia, conservando las tradiciones rusas de los últimos 100 años. Por su parte, el obispo ortodoxo griego en Italia, el metropolita Gennadios (Zervos), impuso la fusión con los griegos, generando la reacción de los rusos en las parroquias históricas de Florencia y San Remo, que se pasaron a la Iglesia rusa en el exterior para evitar la pérdida de su iglesia.

El obispo administrador de las parroquias rusas en Europa, el metropolita de Viena y Budapest, Antonij (Sevrjuk), envió una carta al obispo de la ex arquidiócesis rusa de París, Ioann (Renneteau). Antonij recibió el apoyo del nuevo metropolita de Korsún y de Europa occidental, Ioann (Roščin), con sede en París, y juntos han transmitido la voluntad del Patriarcado de Moscú de recibir a todos los ortodoxos europeos que de alguna manera se remontan a la tradición rusa, y que quedaron divididos de la patria a causa “de tristes circunstancias del pasado, y de la persecución de la Iglesia en Rusia”, mientras que hoy la Iglesia de Moscú está dispuesta a “restablecer su maternal asistencia a las comunidades provenientes de la tradición rusa en Europa occidental”, respetando sus tradiciones del últimos siglo, y con el derecho de participar en el Sínodo de la Iglesia ortodoxa rusa.  

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