Astana entre las reformas y el autoritarismo

de Vladimir Rozanskij

Tras su reelección como presidente y algunos retoques en la Constitución y el sistema de poder, Tokaev insiste cada vez menos en las reformas democráticas en el país, instando a centrarse en la economía. Llega incluso a negar la existencia de presos políticos, a pesar de los juicios a puerta cerrada de personalidades acusadas de "extremismo".

Astana (AsiaNews) - Los discursos del presidente de Kazajistán, Kasym-Žomart Tokaev, desde hace unos meses se centran cada vez menos en las reformas democráticas del país y más en la evolución de la economía. El politólogo Šalkar Nurseit habló en Radio Azattyk. Del análisis de estas declaraciones públicas, deduce una vuelta al autoritarismo clásico de los primeros treinta años del predecesor de Tokaev, elbasy ("padre de la patria") Nursultan Nazarbaev, de modo que de la deselbasización se pasa ahora al régimen del "nuevo elbasy".

Tras su reelección como presidente y algunos ajustes en la Constitución y el sistema de poder, Tokaev intentó desestimar la cuestión afirmando que "hemos hecho las reformas necesarias, ahora es el momento del crecimiento económico", sobre todo a partir del mensaje al Parlamento de septiembre de 2023. Se trata, en efecto, del típico eslogan de Nazarbayev: "primero la economía, luego la política". Según su sucesor, Kazajistán "es hoy un país democrático", aunque parezca más bien una imitación no muy lograda de la democracia.

Según Nurseit, "nada impide al presidente introducir todos los cambios constitucionales que le convengan, o simplemente que se le pasen por la cabeza", y en los dos últimos años se han introducido varios. De hecho, las reformas no limitaron las prerrogativas del presidente a todos los niveles, y la demostración fue la elección del nuevo primer ministro, Alikhan Smailov, que en teoría debía ser una prerrogativa del Parlamento, pero en una entrevista al diario Egemen Qazaqstan el propio Tokaev admitió sin tapujos que fue él quien lo propuso al partido mayoritario Amanat.

En 2019, cuando Nazarbaev le cedió el sillón presidencial, Tokaev pronunció la fórmula de "presidente fuerte - parlamento incisivo - gobierno ejecutivo", y parece que de las tres condiciones se ha cumplido sobre todo la primera. Aunque en los dos últimos años la retórica presidencial ha insistido en la desnazharbaijanización, en realidad Tokaev ha conservado todas las prerrogativas de su predecesor, como señala el experto, y como queda patente en la reciente represión de activistas sociales de diversos grupos, y también de periodistas independientes.

Antes de convertirse en presidente, cuando era presidente del Senado de la capital, entonces llamada Nur-Sultan, y más tarde regresó a Astana, Tokaev se expresaba mucho más abiertamente, utilizando mucho los canales sociales. Hoy, en el nuevo proyecto de ley "Sobre los medios de comunicación", hay muchas restricciones a la libertad de expresión de la prensa local e internacional, a instancias directas del presidente, que según Nurseit "en 2023 no prestó ninguna atención a la protección de los derechos y libertades".

El politólogo llega a calificar el actual Kazajistán de "Estado policial", con un poder excesivo de la policía y las estructuras de seguridad. En enero, Tokaev afirmó que "no hay presos políticos en Kazajistán, ya que no existen normas en la legislación para perseguir a los ciudadanos por sus opiniones políticas". Así que, según esta lógica, si no hay leyes que prevean la censura o la represión, significa que estos problemas no existen.

El activista Marat Žylanbaev, líder del partido no registrado Alga, ¡Kazajistán! fue condenado recientemente a siete años de prisión en una sesión a puerta cerrada, acusado de extremismo, al igual que otras figuras públicas como el periodista Karim Mukhammedkarim y otros, como el ex presidente de los servicios de seguridad Karim Masimov, el "chivo expiatorio" de los disturbios de enero de 2022, también condenado a puerta cerrada. Como señala Nurseit, "el presidente habla cada vez menos de derechos humanos, democracia y reformas liberales", y a pesar de distanciarse formalmente de la política y las guerras de Moscú, "en la política exterior de Tokaev siguen dominando los intereses de Rusia".