Año de la fe en la India: la pobreza está destruyendo el país

de Nirmala Carvalho

Obispos, sacerdotes, religiosos y laicos católicos en todo el país participaron en un Simposio Nacional, en lo cual discutieron sobre cómo hoy es la doctrina social de la Iglesia. Mediante el examen de ciertos documentos del Concilio Vaticano II, los participantes identificaron cinco zonas "críticas". AsiaNews presenta los resultados de la reunión. Primera Parte.

Mumbai (AsiaNews) - Un Simposio Nacional para reflexionar sobre la aplicación, en la India hoy en día, de la doctrina social de la iglesia, de los documentos del Vaticano II: es lo organizado por la Comisión sobre teología y la doctrina de Conferencia episcopal de la India de rito latino (Ccbi-Lr), teniendo en cuenta el cierre del año de la fe. La reunión se celebró del 25 al 27 de octubre de 2003 en Colegio san Pío y asistieron los obispos, sacerdotes, religiosos y 550 delegados de 44 diócesis en todo el país. Mons. Agnelo Gracias, Presidente de la Comisión, explicó: "Hemos reflexionado sobre la India de hoy. El nuestro es un país marcado por grandes avances económicos y tecnológicos, de mucha compasión, un país que cada vez es más homogéneo bajo el impacto de los medios y la globalización. Pero la India también tiene sus desventajas. Dell Simposio han surgido cinco perspectivas:

1. Un país con muchos recursos, pero marcada por la pobreza deshumanizante;

2. Un país donde las mujeres son adoradas, pero discriminadas hasta ser víctimas de violencia sexual;

3. Un país que dio a luz a las grandes tradiciones religiosas, pero manchada por el nacionalismo y los conflictos religiosos;

4. Un país donde la vida es considerada sagrada, pero sucumbe a la cultura de la muerte;

5. Un país donde la naturaleza es un honor, pero que aborda las amenazas ecológicas.

Un país marcado por una pobreza deshumanizante

Nos encontramos con dos tipos de India: por un lado, hay una economía en rápido desarrollo, y, por otro lado, un número creciente de pobres completamente ignorados. Una de tres personas está por debajo de la línea de pobreza, con unos 300 millones de migrantes en busca de trabajo y la supervivencia. Según el informe del índice de hambre en el mundo 2011-2013, una cuarta parte de la población hambrienta del mundo vive en la India (210 millones entre 842 millones) y 43,5% de los niños desnutridos menores de 5 años en el mundo son de India (Hindustan Time, 21 de octubre de 2013).

En la India, ¿cómo podemos jugar un papel profético y testimonio de la persona y el mensaje de Jesucristo? ¿Cómo podemos luchar contra la pobreza y construir la civilización del amor, de manera práctica y significativa? Estos son los temas en los que interrogamos. Hemos pensado en una serie de iniciativas:

Pedimos a nuestros líderes a seguir el principio dado por el Papa Francisco, que la Iglesia sea "la Iglesia de los pobres". Con motivo de su visita a Asís, el Papa dijo: "La Iglesia católica debe deshacerse de cualquier vanidad, arrogancia y orgullo y con humildad servir a los más pobres de la sociedad".
Pedimos a nuestros obispos a mejorar la Política educativa de la Conferencia episcopal de India (Cbci), para hacer de nuestras escuelas y otras instituciones educativas más cercanas a los pobres.
Nosotros, participantes en este simposio, queremos luchar contra la cultura del bienestar, lo cual nos hace pensar en nosotros y nos hacen insensibles a las necesidades de los demás, y eso lleva a una "globalización de la indiferencia". Como el hombre rico en la parábola de Jesús, estamos acostumbrados al sufrimiento de Lázaro. Eso no nos molesta ni preocupa.
Nosotros lucharemos contra la corrupción en todas las formas posibles, no pagaremos ni daremos sobornos, pidiendo un recibo por cada compra, pagando salarios justos a aquellos que trabajan para nosotros. Vamos a utilizar los mecanismos y los servicios disponibles, como La Ley al Derecho de información (Rta) y la Ley de Seguridad Alimentaria para luchar contra la corrupción y aliviar las penurias de los pobres. seremos valientes denunciando todo lo que es malvado, injusto e incorrecto, proclamando la "Buena Noticia". La cultura del silencio ha dado lugar a la "cultura de la muerte".
Tenemos particular preocupación por los débiles y los marginados, especialmente los Dalits, uniéndonos a las protestas contra las violaciones de los derechos humanos. Instamos a nuestras parroquias a tener más cuidado hacia ellos, darles la bienvenida en nuestras parroquias. Queremos ser personas que les ofrecen esperanza. Siguiendo el ejemplo de los primeros cristianos, que generosamente compartían con los pobres, vamos a hacer sacrificios personales, no importa cuánto pueda costar, por los pobres, los Dalits y tribus de hoy. Sólo entonces se convertirá en realidad la Iglesia de los pobres.