Colombo, el Tribunal Supremo reconoce el título religioso a las monjas budistas
La denominación «Bhikkuni» aparecerá en el documento de identidad, lo que permitirá a las religiosas de Sri Lanka disfrutar de una serie de derechos civiles. Para el Tribunal Supremo, la negativa a utilizar el título en los documentos violaba los derechos constitucionales. Es la primera vez que se reconoce la existencia formal de la comunidad femenina ordenada en la Sangha budista, que en Sri Lanka cuenta con miles de mujeres.
Colombo (AsiaNews) - La Corte Suprema de Sri Lanka ha tomado una decisión histórica al reconocer oficialmente el derecho de las monjas budistas a ser identificadas en su documento nacional de identidad como «Bhikkhuni», es decir, religiosas plenamente ordenadas. La sentencia, dictada el 16 de junio, ha sido considerada un «hito» para los derechos religiosos y de género, y supone también un cambio profundo en el reconocimiento jurídico y cultural de la Sangha femenina dentro del budismo theravāda.
El caso fue presentado en 2013 por la venerable Welimada Dhammadinna Bhikkhuni, con el apoyo del venerable Inamaluwe Sri Sumangala Thero, mahanayaka (líder espiritual) del Capítulo Rangiri Dambulla, que ya en 1998 había promovido la ordenación femenina en Sri Lanka. Durante más de una década, a Dhammadinna se le negó la posibilidad de registrarse como «Bhikkhuni», teniendo que conformarse con el título «Sil Matha», utilizado para las devotas laicas y no para las monjas.
Según el Tribunal, esta denegación viola los artículos 12 y 14 de la Constitución, que garantizan la igualdad ante la ley y la libertad de practicar la propia religión individualmente o en comunidad. El juez E.A.G.R. Amarasekara, con el consentimiento del presidente del Tribunal, Murdu N.B. Fernando, ordenó que el Estado se hiciera cargo de los gastos legales y que el Departamento de Registro de Personas emitiera inmediatamente los documentos de identidad correctos para todas las Bhikkhuni.
La cuestión no era solo burocrática, sino que tenía efectos concretos: sin un documento con la calificación religiosa correcta, miles de monjas —unas 8000 en la actualidad en Sri Lanka— no podían votar, obtener un pasaporte o acceder a la educación superior. En todo el país, alrededor de 3000 bhikkhunis viven hoy en día en 237 monasterios, siguiendo las reglas monásticas del vinaya, la «disciplina» budista que se aplica a los religiosos y religiosas.
La controversia también surgió de un conflicto con las autoridades religiosas masculinas. De hecho, algunos ahanayaka de las cofradías masculinas dominantes se habían pronunciado en contra de la expedición de documentos a las monjas, afirmando que la Sangha de las Bhikkhuni, es decir, la sangha (comunidad) femenina, ya no existía, y sostenían además que su reconocimiento violaría tanto el vinaya como el artículo 9 de la Constitución, que obliga al Estado a «proteger y promover el Buddha Sasana», explicaron a AsiaNews los estudiosos Dharmasri Kulendra, Pramodhi Sirimanne y Sashikala Tennakoon
Pero para el Venerable Inamaluwe Sri Sumangala Thero, en cambio, las ordenaciones iniciadas en 1998 son válidas y legítimas. De hecho, a lo largo de los años, las Bhikkhuni ya han recibido documentos oficiales como pasaportes y resultados académicos. Solo faltaba el documento de identidad.
«Aunque la sentencia se refiere específicamente al documento de identidad nacional de Sri Lanka, esta decisión proporciona una base legal e institucional para la reforma de las políticas en todas las instituciones públicas, desde la educación hasta el asesoramiento y la gobernanza de los templos. La sentencia es un hito legal y un punto de inflexión moral. La petición se traduce en un reconocimiento oficial, no solo para la Venerable Dhammadinna, sino para miles de monjas budistas en todo el mundo», subrayaron los académicos.
04/04/2024 11:22