Cristianos palestinos: desde Taybeh hasta Gaza, la Navidad es un "mensaje de vida" contra la oscuridad

Es lo que dicen en el mensaje para esta Navidad los miembros del Jerusalem Voice for Justice (Jvj), entre ellos el patriarca emérito Michel Sabbah, el arzobispo griego-ortodoxo Atallah Hanna, el obispo luterano Mounib Younan y el jesuita p. David Neuhaus. La destrucción y la opresión no pueden apagar el deseo de vivir las celebraciones. “Alegrémonos y festejemos, pero con conciencia y prudencia”, porque todos los días estamos expuestos “al peligro de la guerra”.

Jerusalén (AsiaNews) - Después de dos años de guerra, las ciudades de Tierra Santa se han adornado “con luces y árboles”, pero desde Gaza hasta Cisjordania, desde Taybeh hasta Abboud, la muerte, la violencia y el sufrimiento continúan, y parecen oscurecer la celebración. Sin embargo, “el mensaje que viene de Belén, Nazaret y Jerusalén es que la igualdad debe llegar, la injusticia debe terminar y la luz debe triunfar”, dice el Jerusalem Voice for Justice (JVJ), un grupo ecuménico de líderes religiosos y laicos cristianos palestinos de Jerusalén, en el “Mensaje de Navidad 2025”, que compartieron con AsiaNews. “Nuestra celebración navideña - afirma el grupo, que incluye a figuras clave como el patriarca emérito Michel Sabbah, el p. David Neuhaus, el obispo luterano Mounib Younan y el arzobispo Attallah Hanna - proclama un mensaje de vida frente a la muerte y la oscuridad”.

A continuación, el mensaje de Navidad 2025 de JVJ:

En el tiempo de Navidad, las ciudades de Tierra Santa se adornan con luces y árboles, y abundan los mercadillos y las celebraciones que crean un ambiente festivo. Muchos de nosotros participamos en estos encuentros, como si estuviéramos sedientos de vida después de haber sido testigos de la muerte y la destrucción en los últimos dos años. La alegría se refleja en los rostros de niños y adultos, en los villancicos e himnos, en los mercadillos y en los regalos.

A pesar de todo, debemos preguntarnos: ¿cómo podemos festejar mientras nuestra gente en Gaza sigue sufriendo las consecuencias de la guerra, la destrucción y el genocidio, y ahora debe hacer frente a un invierno crudo y lluvioso? Muchos han quedado expuestos a la intemperie y tratan de sobrevivir sin los bienes de primera necesidad. La gente sigue muriendo: por los ataques del ejército israelí, por el hambre, por las enfermedades y por el frío.

¿Cómo podemos festejar cuando, en Cisjordania, reina el terror mientras el ejército impone su régimen de asesinatos, arrestos masivos, demolición de viviendas y confiscación de tierras, mientras los colonos continúan sus furiosos ataques? Los que están sufriendo este régimen de terror son nuestros hermanos y hermanas cristianos de Taybeh y Abboud. Sus aldeas, como tantas otras, son atacadas, sus campos saqueados y sus antiguas iglesias profanadas.

Nos preguntamos: ¿cómo podemos festejar? ¡Y sin embargo, debemos festejar!

Es cierto que podríamos sentirnos impotentes ante la intransigencia israelí, que impide que la vida entre en Gaza y obstaculiza la aplicación de la ley en Cisjordania. Sin embargo, el mensaje que viene de Belén, Nazaret y Jerusalén es que la igualdad debe llegar, la injusticia debe terminar y la luz debe triunfar. Nuestra celebración navideña proclama un mensaje de vida frente a la muerte y la oscuridad.

Nuestras celebraciones están llenas de villancicos y mensajes de esperanza que elevan los fieles y los pastores desde lo más profundo de nuestro corazón, que nos ofrecen un destello de esperanza después de los horrores de los últimos dos años. Reavivemos la esperanza reviviendo el recuerdo de la Navidad, el nacimiento del Príncipe de la Paz. La Navidad es una fiesta para todos; es una oración, una celebración de la humanidad y también una fiesta nacional.

Algunos podrían preguntarse: ¿las celebraciones y los eventos se han vuelto excesivos? ¿Han supuesto una carga para las familias que ya lidian con difíciles circunstancias económicas? Sin embargo, por la cantidad de personas que participan en estas celebraciones daría la impresión de que enriquecen el tiempo navideño, revitalizan la economía y devuelven la alegría y la esperanza a las familias que las han esperado tanto tiempo.

Esta Navidad queremos celebrar, pero al mismo tiempo seguimos siendo fieles a nuestra misión y a nuestra resistencia pacífica, luchando por la igualdad, la libertad, la justicia y la paz. Nuestra esperanza es la esperanza de los pastores ante la venida de Cristo. El ángel les dijo: “Les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo. Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor” (Lc, 2:10-11).

Alegrémonos y festejemos, pero con conciencia y prudencia, porque cada día estamos expuestos al peligro de la muerte y de la guerra en Gaza y en toda Palestina. Festejemos con nuestras almas oprimidas por la muerte en nuestra tierra. Incluso en el corazón de nuestra ciudad, Jerusalén, la ciudad de Dios, en la que se llama Puerta Nueva, hay intentos de privarnos de la serenidad y la santidad de nuestra fiesta; en particular la política del municipio, cuyo objetivo es judaizar la ciudad y socavar el statu quo que garantiza el pluralismo y el carácter único de este barrio y de la ciudad en su conjunto.

A pesar de todo esto, celebremos con nuestros corazones elevados a la sublimidad de Dios, llenos de la alegría de la venida del Verbo eterno de Dios, que se hizo hombre y habitó entre nosotros, nuestro Salvador y Salvador de toda la humanidad. Por medio de Él, somos libres, testigos y portadores del mensaje de amor en nuestra amada Tierra Santa. Gloria a Dios en las alturas y en toda nuestra tierra, paz de Dios, amor, justicia e igualdad. ¡Feliz Navidad!

Firmado por:

Patriarca latino de Jerusalén Michel Sabbah (emérito)

Arzobispo griego-ortodoxo Attallah Hanna

Obispo luterano de Tierra Santa Munib Younan (emérito)

Yusef Daher

Sawsan Bitar

Samuel Munayer

Dina Nasser

John Munayer

Sandra Khoury

Rev. David Neuhaus SJ

Rev. Frans Bouwen MA