Derechos humanos y libertad ausentes en la cumbre Trump-Xi
Los informes sobre la Cumbre de Busan solo hablan de acuerdos comerciales. Mientras en Hong Kong se volvió a aplazar el inicio del juicio contra Lee Cheuk-yan y Chow Hang-tung (encarcelados desde hace más de 1500 días por las vigilias en memoria de Tiananmen), en Macao cierra otro medio independiente y Radio Free Asia cesa por completo, sofocada por los recortes a la cooperación de EE. UU. ¿Todavía queda espacio para la lucha por la libertad en la era de las negociaciones transaccionales?
Milán (AsiaNews) - Analistas geopolíticos de todo el mundo están estudiando en estas horas los resultados del tan esperado encuentro entre Donald Trump y el presidente chino Xi Jinping - el primero en seis años - que tuvo lugar ayer en Busán, al margen de la cumbre de la APEC, el organismo de cooperación económica que reúne a los países de la cuenca del Pacífico. Una hora y cuarenta minutos de diálogo sin declaraciones conjuntas ni firma de acuerdos, que, más allá de las habituales declaraciones retóricas sobre la colaboración (Xi Jinping llegó incluso a decir que el eslogan Make America Great Again se parece mucho a su mantra sobre el “rejuvenecimiento” de la nación china), no parecen haber producido más que una tregua en la guerra comercial entre Estados Unidos y China. En resumen: Washington suspende los aranceles adicionales del 10% durante un año, a cambio de que Beijing levante la prohibición a las exportaciones de tierras raras y reanude las importaciones de soja estadounidense.
Dejando de lado las cuestiones comerciales, en la calificación de “12 en una escala de 10” que Trump le otorgó a la cumbre con Xi Jinping, nada se hizo saber sobre los temas relacionados con los derechos humanos en China. El presidente de Estados Unidos había prometido plantear durante las conversaciones el caso de Jimmy Lai, el empresario católico pro democracia encarcelado en Hong Kong desde hace casi cinco años. Y precisamente en las últimas semanas Washington había condenado duramente la ola de arrestos que se llevó a cabo el 10 de octubre en la República Popular contra la Zion Church, una de las mayores “iglesias domésticas” chinas, por la que el pastor Jin Mingri y otros líderes siguen en prisión.
En las próximas semanas se verá si —más allá del silencio en las declaraciones— Trump obtuvo algún resultado durante el encuentro. Lo cierto es que, en la era de los aranceles, la cuestión de los derechos humanos parece haber desaparecido por completo del debate en torno a las cumbres entre China y Estados Unidos.
Sin embargo, la represión de la disidencia se agrava día a día. En las mismas horas en que los focos del mundo apuntaban a la cumbre entre Xi y Trump, 92 organizaciones internacionales de la sociedad civil y personalidades individuales hicieron un llamamiento a los gobiernos de los países del G7 (entre ellos Estados Unidos) y de los Estados miembros de la Unión Europea sobre la suerte del sindicalista Lee Cheuk-yan y la abogada Chow Hang-tung, encarcelados desde hace más de 1500 días en Hong Kong. Se les acusa de «incitar a la subversión del poder estatal» en virtud de la Ley de Seguridad Nacional impuesta por Beijing en 2020, por su papel como organizadores (junto con el parlamentario local Albert Ho, también detenido desde 2023) de las vigilias que hasta 2019 recordaban cada 4 de junio la masacre de la plaza de Tiananmen en Hong Kong. Se suponía que finalmente comparecerían ante el tribunal el 3 de noviembre, pero en los últimos días se ha anunciado, sin ninguna explicación, un nuevo aplazamiento de dos meses del inicio del juicio.
“Chow, respetada abogada y prisionera de conciencia reconocida por Amnistía Internacional, y Lee, un destacado líder sindical y activista pro democracia —dice el llamamiento—, han sido encarcelados injustamente durante más de 1.500 días solo por ejercer sus derechos a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica. Pedimos a los gobiernos del G7 y de la Unión Europea que supervisen de cerca el juicio y ejerzan presión diplomática, tanto bilateral como multilateral, sobre el gobierno de Hong Kong para que libere de inmediato a Chow Hang-tung y Lee Cheuk-yan y retire todos los cargos penales en su contra”.
Luego está el capítulo sobre la libertad de información: hoy Hong Kong Free Press — una de las últimas voces independientes que quedan en la antigua colonia británica tras la represión de 2020 que llevó al cierre por asfixia económica de numerosos medios, entre ellos el Apple Daily de Jimmy Lai — publicó el resultado de los controles “aleatorios” a los que fue sometido durante meses por la agencia tributaria local, que examinó a fondo siete años de cuentas. Por haber pagado al fisco 3020 dólares de Hong Kong (menos de 340 euros, equivalentes al 0,78% de sus ingresos) menos de lo debido, el Hong Kong Free Press se vio obligado a aceptar pagar una multa de 57.692 dólares de Hong Kong (6400 euros, casi veinte veces más, ndr) para poder continuar con su actividad. Mientras tanto en Macao —la ex colonia portuguesa que también pasó a estar bajo la soberanía de Beijing a finales de 1999— All About Macau, un medio independiente local, anunció hoy su cierre debido a que las autoridades negaran a sus periodistas el acceso a eventos oficiales y cancelaran el registro del medio sobre la base de la ley de prensa.
Llama la atención que en un panorama como este la administración Trump parezca ahora mirar con indiferencia la desaparición de Radio Free Asia, el canal de información apoyado por la cooperación estadounidense que durante tantos años fue una voz importante para difundir desde China y otros regímenes autoritarios de la región las noticias sobre la disidencia y las violaciones de los derechos humanos. Después de reducir drásticamente sus actividades en marzo a raíz de los recortes a los fondos de cooperación de EE. UU. que decidió la Casa Blanca, y en una coincidencia significativa con la cumbre entre Trump y Xi, el 29 de octubre Radio Free Asia suspendió por completo la actualización de su sitio web, explicando que “esta voz se encuentra en peligro”.
En la era de la política de las cumbres “increíbles”, a la sombra de los acuerdos comerciales fruto de negociaciones transaccionales, ¿queda todavía espacio para las batallas por la libertad en China? Es la verdadera pregunta que deja como legado la cumbre de Busán.
16/11/2021 12:59
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