El Asia de Teresa de Lisieux
Con motivo del 150 aniversario del nacimiento de la patrona de las misiones, una exposición en París la retrata como "mujer, intelectual y buscadora de sentido". Una sección está dedicada a sus relaciones con los misioneros del MEP y a la difusión de su espiritualidad en Asia.
París (AsiaNews) – “Mujer, intelectual y buscadora de sentido” es el perfil de Teresa de Lisieux que se explora en una nueva muestra inaugurada hace pocos días en la sede de las Missions Entranger de Paris, en la rue du Bac de la capital francesa, pero que mira con especial atención a Asia. La iniciativa -que se enmarca en las celebraciones por el 150 aniversario del nacimiento de la santa carmelita patrona de las misiones- propone también una serie de documentos inéditos del Institut de recherche France-Asie (IRFA) y del Archivo del Carmelo de Lisieux que se centran precisamente en la relación entre Teresa y los sacerdotes del MEP.
El tema es el mensaje universal de la santa de Lisieux, que una institución laica como la UNESCO también se propone celebrar con esta muestra, en tanto “educadora y escritora” que a lo largo de su vida ha sembrado conocimiento y encuentro entre los pueblos. La primera parte de la exposición se centra en el mensaje de amor de Teresa por todos: por su familia, sus amigos, los santos y sobre todo el Señor Jesús, con quien se identifica por completo; pero también amor por los hombres de su tiempo: el asesino Pranzini, a quien ella llamaba "mi primer hijo", los "hermanos" sacerdotes, las hermanas carmelitas, el lejano mundo de las misiones; y luego el amor por toda la humanidad, manifestado incluso después de su muerte en 1897 con muchísimas curaciones y conversiones en todo el mundo y con la extraordinaria difusión de su diario "Historia de un alma".
La segunda parte de la exposición se centra precisamente en la relación entre Teresa y los misioneros del MEP. Es fundamental la figura del P. Adolphe Roulland (1870-1934), natural de la diócesis de Bayeux-Lisieux, que en 1896, cuando se disponía a partir para China, consiguió de la priora del Carmelo de Lisieux que una religiosa se asociara espiritualmente a su ministerio. La elección recayó en Teresa y los dos comenzaron una intensa correspondencia de 14 cartas, en las que la carmelita se define como "la hermana pequeña de un misionero". Estas cartas se exhiben por primera vez en la exposición junto con una "bola" (un ornamento litúrgico, ndr) bordado por Teresa para el P. Roulland.
En la correspondencia, la carmelita habla también del P. Théophane Vénard (1829-1861), misionero del instituto francés que murió mártir en Vietnam, decapitado tras menos de 10 años en ese país. Este sacerdote -que dejó numerosas cartas a sus contemporáneos y fue declarado venerable por la Iglesia en 1879- había impresionado mucho a Teresa. También envió al P. Roulland un poema que había compuesto titulado "A Théophane Vénard", en el que expresaba su deseo de convertirse, siguiendo sus pasos, en esa "flor de primavera que el Señor pronto querrá elegir". Fue también al P. Roulland a quien Thérèse había contado su posible traslado al convento carmelita de Hanoi: las carmelitas rezaron al p. Vénard para poner bajo su protección este proyecto pero, al terminar una novena, un empeoramiento de su salud obligó a Teresa a permanecer en Lisieux. El 6 de septiembre de 1897, sin embargo, recibió como regalo una reliquia del mártir misionero que conservó junto a ella hasta su muerte.
Por último, la muestra rastrea la divulgación de la "Historia de un alma" y de la espiritualidad de Teresa de Lisieux en Asia gracias a las tipografías de los misioneros, en particular la de Hong Kong. Con una selección de imágenes y manuscritos anteriores a 1940, se ilustra el dinamismo de los misioneros, que permitió a Teresa llegar en pocos años a los lugares más remotos, difundiendo un vínculo que perdura en el tiempo.
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