20/11/2020, 10.11
BIELORRUSIA-RUSIA
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El Ministerio Público de Minsk acusa a católicos y ortodoxos: fomentan la discordia en el país

de Vladimir Rozanskij

Mons. Jurij Kosobutskij y el protoierej Sergej Lepin criticaron la destrucción de un monumento a Roman Bondarenko, el hombre asesinado por la policía. La fiscalía, invitada por Lukashenko a tomar posición, los acusa de violar la Constitución. El obispo católico pide rezar por la conversión de aquellos que tienen las manos manchadas con la sangre del pueblo.

 

Moscú (AsiaNews) –  Ayer, 19 de noviembre, la Fiscalía General de Minsk acusó al obispo auxiliar católico Jurij Kosobutskij (regente de la arquidiócesis en ausencia del metropolitano Tadeusz Kondrusiewicz, exiliado en Polonia) y al encargado de prensa de la diócesis ortodoxa, el protoierej Sergej Lepin, de infringir la ley, debido a algunas declaraciones publicadas en las redes sociales.

Los llamamientos de los dos representantes eclesiásticos se referían a la brutal destrucción del monumento erigido en honor de Roman Bondarenko, una de las víctimas de la violencia policial. El 11 de noviembre, Roman, de 31 años de edad, salió al patio delantero de su casa. Unos agentes de la policía enmascarados estaban arrancando las banderas rojas y blancas - símbolo de la Bielorrusia democrática - que colgaban de las ventanas y esquinas del patio. Cuando Bondarenko preguntó por qué estaban quitando las insignias - según los testigos-, unos hombres vestidos de civil, también enmascarados, apresaron a Roman y lo cargaron por la fuerza en un avtozak, un autobús de la policía. Horas más tarde, Roman fue encontrado en el hospital en condiciones muy graves: había sido golpeado salvajemente. Poco después, murió.

En el patio de Bondarenko se preparó un altar con la foto de la víctima, rodeado de flores, iconos y lámparas, donde la gente se detenía a rezar. El pasado 15 de noviembre la policía destruyó el altar conmemorativo, rompiendo y pisoteando los objetos que la gente había colocado, incluso los iconos. De ahí las expresiones de consternación publicadas en Facebook, en las que Mons. Kosobutsky y el Padre Lepin acusaron a la policía de "intentar destruir todo lo que es digno de veneración, puro y luminoso en nuestro pueblo".

El texto publicado también contenía algunas expresiones que, según la fiscalía, "están fuera de la ley”. En ellas se habla del "ultraje al retrato de la persona asesinada" y de la "danza satánica de la policía sobre las lámparas y los iconos". Según las acusaciones, estas frases "alimentan el odio a la policía, y por lo tanto la hostilidad entre los diferentes grupos sociales". Esto sería "inadmisible, siendo que el rol de las Iglesias debe ser colaborar para la comprensión mutua y la armonía en la sociedad", se lee en el comunicado de prensa de la fiscalía. Los magistrados proponen "tomar medidas apropiadas" contra lo que consideran son "violaciones de la ley bielorrusa sobre la libertad religiosa y de la mismísima Constitución".

 

El 17 de noviembre, fue el propio Presidente Lukašenko quien instó a la Fiscalía a tomar medidas contra las expresiones "indignas y sarcásticas”, que "no se corresponden con la realidad, y que solo apuntan a acusar a las autoridades de promover la barbarie". El presidente habría ordenado trasladar el monumento "al único lugar donde debería estar, es decir, al cementerio".

Para Monseñor Kosobutsky "el comportamiento de las fuerzas del orden no hace más que demostrar el creciente miedo de las autoridades al pueblo bielorruso". Sabemos muy bien lo que está sucediendo en nuestra querida Bielorrusia: sabemos de la violencia, la tortura, la humillación de la dignidad humana y las agresiones de los organismos de seguridad contra los ciudadanos pacíficos de nuestro país".

Según el obispo regente, "esta represión no hace más que fortalecernos. Invito a todos a rezar por nuestro pueblo, para fortalecer su espíritu, su coraje y su dignidad frente a estas pruebas. También pido que unamos nuestras oraciones para pedir por la conversión de aquellos que tienen sus manos manchadas con la sangre del pueblo”.

Después de ser interrogado por el fiscal junto con el Padre Lepin, Monseñor Kosobutsky tranquilizó a los fieles en su página de Facebook, explicando que "fue una entrevista de alto nivel cultural, algo no muy habitual en nuestras instituciones estatales". Después de las explicaciones, recibimos una advertencia oficial por escrito... Gracias a todos los que nos apoyan como pueden, esto es muy importante y necesario para mí", concluyó, y  prometió mantener a todos informados sobre la evolución de la situación.

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