El escaparate de los «hijos excelentes» en el Foro de San Petersburgo

de Vladimir Rozanskij

El Foro Económico Internacional de San Petersburgo, ideado personalmente por Vladimir Putin, fue el escenario habitual para la proclamación del «brillante futuro» de la economía rusa. Junto a los burócratas del Kremlin, este año destacó la presencia de las hijas y familiares del propio Putin y otros jerarcas. Más que herederos de los puestos más altos, aparecieron como influencers para el público más joven.

San Petersburgo (AsiaNews) - El pasado fin de semana se celebró el Foro Económico Internacional de San Petersburgo (Pmef-2025), un proyecto ideado directamente por Vladimir Putin como un prestigioso escenario para proclamar el «brillante futuro» de la economía rusa y como escaparate de sus colaboradores más fieles en el país y en el extranjero. Este año, la grandiosa escenografía no se correspondía mucho con la calidad del público presente, mucho más reducido y menos «internacional» que en años anteriores, y el presidente reiteró en su discurso las tesis retóricas sobre Ucrania como «parte histórica de Rusia», sobre la economía convertida a las necesidades militares como en la época soviética y sobre la imposibilidad de que el país cayera en la temida recesión.

El Foro fue bendecido por el patriarca de Moscú Kirill, con una entrevista previa en Kommersant, en la que, tras señalar un cierto «boom inmobiliario» en las grandes ciudades, invitó más bien a desarrollar «una extensión horizontal del territorio», valorizando los pequeños centros y pueblos donde es más fácil «mantener la natalidad y hacer crecer la población».

Además de la habitual casta de burócratas del Kremlin, este año destacaron aún más las figuras de los «herederos al trono», hijas y parientes del propio Putin y de otros jerarcas. Al igual que en la edición del año pasado, una de las principales ponentes fue Katerina Tikhonova, hija (presunta) del presidente, que dio una charla sobre la «repatriación tecnológica» de los numerosos expertos informáticos que han regresado a Rusia en el último año. Junto a ella apareció este año Ksenja Šojgu, hija del jefe del Consejo de Seguridad y exministro de Defensa, el fiel seguidor de Putin Sergej Šojgu. También intervino la hija mayor (oficial) de Putin, Maria Vorontsova, quien aseguró que «en un futuro muy próximo, las neurotecnologías formarán parte de la vida cotidiana».

De hecho, el grupo dirigente de la política rusa está acumulando cada vez más años de edad, y la vía más segura para el relevo siempre proviene de las familias. Por lo tanto, en el Foro estuvieron presentes los hijos de Sergei Kirienko, Anton Vajno, Arkadij Rotenberg, Jurij Kovalčuk y Mikhail Fradkov, funcionarios y oligarcas de primera fila del régimen de Putin. Junto a los hijos e hijas de la élite rusa, también este año, como en 2024, se exhibieron los representantes de los talibanes de Afganistán y un cierto número de invitados de los países africanos, los aliados más seguros y disponibles de la Rusia actual.

Al inicio de la conferencia, causaron cierta impresión las declaraciones del vicedirector de la administración presidencial, Maksim Oreškin, según las cuales «el modelo de crecimiento económico de Rusia se ha agotado». Otros ponentes expresaron su preocupación por una posible recesión económica, pero el discurso de Putin tranquilizó a todos, asegurando que «no lo permitirá de ninguna manera» e indicando precisamente el «doble destino» civil y militar de los aparatos productivos como la vía maestra para apuntalar un tipo de economía «postsoviética», mirando hacia las glorias ficticias del pasado. Estas declaraciones se vieron reforzadas por la intervención de la nieta de Putin, Anna Tsivileva, que con el fondo «Defensores de la patria» se ocupa del mercado de la ropa, tanto para los soldados como para las personas con discapacidad.

Ksenia Shoigu se refirió a la colaboración entre Rusia y los Emiratos Árabes Unidos, y al desarrollo de marcas turísticas, respaldada por el testimonio entusiasta de la exministra de Asuntos Exteriores de Austria, Karin Kneissl, conocida por bailar con Putin en 2018 en su boda y que posteriormente se trasladó a Rusia, hoy experta en la lucha contra las noticias falsas y la «moda inclusiva» en el mercado ruso. Stepan Kovalchuk, sobrino del amigo de Putin Mikhail, intervino como vicepresidente de la red social rusa VKontakte, analizando las perspectivas de desarrollo de las plataformas online en Internet en Rusia, y precisamente sobre las redes sociales rusas se expresó con preocupación la periodista y política Ksenia Sobchak, hija del alcalde de San Petersburgo, «padrino de Putin». Según el politólogo Ivan Preobraženskij, el «desfile de hijos y nietos» no sirve tanto para identificar posibles herederos de los puestos más altos, sino para encontrar «nuevos líderes de la opinión pública», ya que los sabios y los propagandistas de la televisión atraen cada vez menos y «se necesitan más bien influencers para el público más joven».