Inteligencia artificial a partir de primaria en las escuelas chinas
En la carrera con Washington por la supremacía en este campo crucial, Pekín también ha puesto en marcha nuevas directrices en el sistema educativo que incluyen asignaturas capaces de llevar a los alumnos a saber diseñar algoritmos en la escuela secundaria. Más que desarrollar los sistemas tecnológicos más sofisticados, China aspira a ganar la partida desarrollando toda una sociedad que sepa aprovechar al máximo el potencial de estas herramientas.
Milán (AsiaNews/Agencias) - En las últimas semanas se han publicado las directrices que regulan la integración de la inteligencia artificial (IA) en el sistema educativo chino, empezando desde las primeras etapas de la enseñanza. De este modo, los jóvenes chinos conocerán el potencial de la Inteligencia Artificial ya en la escuela primaria, para que sean capaces de pensar y diseñar algoritmos de forma autónoma en la escuela secundaria.
El plan encaja perfectamente en dos objetivos de desarrollo declarados por el Presidente Xi Jinping. El primero, el de la reforma institucional lanzada en 2023, persigue la eliminación gradual de los cursos «inadecuados para el desarrollo social y económico» con el fin de adaptar a los estudiantes al tipo de sociedad que está surgiendo. La segunda, en cambio, forma parte del ambicioso proyecto que quiere que Pekín sea líder mundial en Inteligencia Artificial de aquí a 2030, incluida la campaña «Ai+», que ya ofrece incentivos a las empresas que adopten la inteligencia artificial. Esta campaña sigue los pasos de «Internet+», la iniciativa similar que perseguía el objetivo (en gran medida cumplido) de crear en China una economía digital de consumo más sofisticada que en Occidente.
Gracias a esta reforma del sistema escolar, los niños empezarán a utilizar esta tecnología desde el primer momento, reduciendo así la brecha educativa que afecta a los alumnos de las metrópolis frente a los de las zonas rurales, donde no todos tienen garantizado el acceso a este tipo de software. Las directrices incluyen un enfoque que pretende educar a las nuevas generaciones sobre el - enorme - potencial de esta tecnología. Sin embargo, no parece advertir de los riesgos - igualmente enormes - derivados de un uso desregulado y desprevenido. La única preocupación declarada es la del riesgo de dependencia excesiva, prohibiendo a estudiantes y profesores el uso exclusivo de la Inteligencia Artificial en el curso de su trabajo.
En todo el mundo, la Inteligencia Artificial está en el centro de numerosos debates relativos a la limitación del desarrollo del pensamiento crítico que podría provocar su uso masivo. Una preocupación que -sin embargo- nunca ha sido prioritaria en el sistema educativo de Pekín. Aquí, de hecho, la rigidez ideológica que caracteriza la educación ya supone una amenaza para el pensamiento independiente.
El objetivo evidente de la reforma es ganar ventaja en el enfrentamiento con Estados Unidos por la supremacía tecnológica preparando a las generaciones futuras. En esta especie de carrera armamentística, los dos países aspiran al desarrollo de la Inteligencia Artificial mediante dos estrategias diferentes que, sin embargo, no se excluyen mutuamente. Según Zhang Yaquin, ex director del principal motor de búsqueda en chino, Baidu, «las empresas estadounidenses se centran en el modelo, mientras que las chinas apuntan a la aplicación práctica de la inteligencia artificial». La idea que subyace a este enfoque es que el valor generado por la Inteligencia Artificial no va tanto a quienes la crean, sino a quienes la aplican y saben explotar su potencial.
Mientras Washington, por tanto, apunta al desarrollo de la tecnología más sofisticada, Pekín apunta al desarrollo social, con una estrategia más amplia que la de sus adversarios. En otras palabras, Xi Jinping va más allá de la mera investigación tecnológica, buscando crear no sólo un software, sino también un usuario que sepa explotar inteligentemente todo el potencial de esta poderosa innovación tecnológica.
22/03/2024 14:05