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Crece la preocupación internacional por el estado de salud del empresario de 77 años, símbolo del movimiento prodemocrático de Hong Kong, encarcelado desde hace casi 1700 días en virtud de la Ley de Seguridad Nacional. Comenzó el alegato de la acusación en un juicio que se arrastra desde diciembre de 2023 y en el que podría ser condenado a cadena perpetua. El veredicto, a cargo de tres jueces especialmente elegidos por el frente pro-Beijing, se espera para octubre.

Hong Kong (AsiaNews/Agencias) - Jimmy Lai estuvo presente en la sala del tribunal con un dispositivo portátil para controlar su estado cardíaco tras las palpitaciones registradas en los últimos días, aunque el médico de la cárcel afirmó que estaba "física y mentalmente apto" para afrontar la audiencia. El empresario católico de 77 años - fundador del diario prodemocrático Apple Daily, que fue obligado a cerrar - está siendo juzgado por "conspiración con fuerzas extranjeras" en virtud de la draconiana Ley de Seguridad Nacional impuesta por Beijing en 2020.  Hoy compareció ante el Tribunal de Magistrados de West Kowloon para el inicio de la fase final del juicio más importante en su contra, por el que podría ser condenado a cadena perpetua. Visiblemente afectado por la reclusión, Lai juntó las manos en señal de saludo y agradecimiento a los amigos que se encontraban presentes en la parte de la sala reservada al público.

La semana pasada la audiencia se aplazó dos veces: la primera por una violenta tormenta que se produjo en Hong Kong y la segunda (a pedido de la defensa) debido a la preocupación por el estado de salud de Jimmy Lai, quien, a pesar de su avanzada edad y su diabetes, ha permanecido en la cárcel sin interrupción durante casi 1700 días desde que se le denegó la libertad bajo fianza en diciembre de 2020. Su hijo, Sebastian Lai, ha expresado en reiteradas oportunidades desde el exilio su temor de que su padre muera en la cárcel. En los últimos días también se han producido numerosos pedidos en todo el mundo para que sea liberado e incluso el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado que "hará todo lo posible" para salvarlo.

Mientras tanto, en Hong Kong, la maquinaria de este juicio, que comenzó en diciembre de 2023 y es descaradamente ejemplar en el tema de las "amenazas a la seguridad nacional", avanza según el curso establecido. Ayer tuvo lugar la primera jornada del alegato en la que se fundamenta la acusación de "conspiración" citando las relaciones de Jimmy Lai con figuras vinculadas a la administración estadounidense. Se le acusa de haber trabajado para que se impusieran sanciones a Hong Kong en respuesta a la represión de los movimientos pro democracia. Todo el juicio ha estado plagado de largas disquisiciones sobre la definición de "colusión" y "acciones hostiles", sin ninguna intención de tomar en serio la objeción de que los contactos y los llamamientos a la comunidad internacional se remontan prácticamente todos al periodo anterior a la entrada en vigor de la Ley de Seguridad Nacional.

A última hora de la tarde la audiencia se suspendió hasta mañana con la continuación de este alegato, que se prolongará durante varios días. No se espera el veredicto para antes de octubre. Lo dictará un tribunal compuesto por tres jueces especialmente elegidos por el jefe del ejecutivo de Hong Kong, John Lee, que muy difícilmente se apartarán de la condena "ejemplar" que la maquinaria pro-Beijing desea.