Las sanciones de EE. UU. a Irán ponen en dificultades a la India y abren una puerta a China
Delhi evalúa las consecuencias de la revocación de la exención estadounidense para el puerto iraní de Chabahar, en el que ha invertido cientos de millones de dólares como centro estratégico hacia Asia Central y contrapeso a la presencia china en Gwadar. Las nuevas sanciones podrían paralizar el proyecto y complicar aún más las relaciones con Washington, ya agravadas por los aranceles y las nuevas restricciones para los visados. A largo plazo, advierten los analistas, China podría ser la verdadera beneficiaria de la crisis.
Nueva Delhi (AsiaNews) - La India está evaluando cómo responder a la entrada en vigor esta semana de las sanciones estadounidenses contra Irán, que también afectan al puerto de Chabahar en el que Delhi - cuyas relaciones con Estados Unidos son cada vez más difíciles - ha invertido hasta ahora. La decisión de castigar a Teherán no solo amenaza las ambiciones de la India, sino que también podría terminar por beneficiar a China a largo plazo.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de la India, a través del portavoz Randhir Jaiswal, ha confirmado que "actualmente el gobierno está examinando las implicaciones que tiene para la India esta revocatoria", refiriéndose a una exención que estaba en vigor desde 2018 para los proyectos relacionados con la India. Esta fue anunciada el 16 de septiembre y se hizo efectiva el 29 de septiembre. Las sanciones podrían ahora bloquear las inversiones, retrasar significativamente la construcción del puerto y obligar a las empresas involucradas, incluida la estatal India Ports Global (IPGL), a retirarse del proyecto en un plazo limitado para evitar posibles sanciones secundarias, como el congelamiento de activos en Estados Unidos y la prohibición de realizar transacciones.
El puerto de Chabahar tiene un valor estratégico importante para Delhi. La India asumió su gestión en diciembre de 2018 y se comprometió a modernizar las instalaciones, posicionándolo como un nodo crucial en el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC). La importancia de Chabahar radica en su capacidad para proporcionar acceso directo a Afganistán y a Asia Central, rica en energía, evitando así a Pakistán, un rival histórico. De hecho, los analistas también ven el proyecto como un contramovimiento estratégico al puerto de Gwadar, en Baluchistán, eje de la Iniciativa de la Franja y la Ruta china, situado a solo 200 kilómetros de distancia.
A pesar de los cambios en el panorama geopolítico (en particular la toma de Kabul por parte de los talibanes en 2021) la India ha relanzado recientemente su compromiso con la infraestructura portuaria. En mayo de 2024 la India e Irán habían firmado un contrato de diez años por valor de 370 millones de dólares para la operación y el desarrollo del puerto. Este acuerdo establecía una inversión india de alrededor de 120 millones de dólares en equipos y un crédito de 250 millones de dólares a Teherán para las infraestructuras relacionadas.
La decisión de revocar la exención de las sanciones es coherente con la renovada "campaña de máxima presión" del gobierno de Trump contra Irán. Sin embargo, la medida también se ha tomado en un momento de crecientes tensiones en las relaciones entre Estados Unidos y la India. La primera exención de 2018 se había concedido con el objetivo de apoyar la reconstrucción y la estabilidad económica de Afganistán.
Algunos analistas sugieren que Washington está utilizando todas las oportunidades para presionar a Nueva Delhi. Entre las recientes medidas punitivas estadounidenses se incluye la imposición de aranceles del 50% a las importaciones indias y un nuevo impuesto para las visas H1-B (que benefician a muchos profesionales indios) que ascendería a 100.000 dólares. Por lo tanto, algunos expertos creen que la revocación de las exenciones de Chabahar, puede ser una de las estrategias de las negociaciones comerciales en curso, en las que la administración Trump estaría tratando de obtener el máximo provecho posible de la India, que ahora se encuentra en una posición difícil.
Delhi podría adoptar un enfoque de espera, con la esperanza de que el gobierno estadounidense comprenda la importancia de mantener una relación sólida en clave anti-china. Durante el primer mandato de Trump la India se había ajustado a las sanciones de EE. UU. y había interrumpido la compra de crudo iraní (hoy Trump le pide a Delhi que deje de comprar crudo ruso), convirtiendo a China en el único comprador del petróleo de Teherán, a precio rebajado. Pero ahora la India podría optar por desafiar las sanciones, como parte de un esfuerzo más amplio para sumarse a las potencias "no occidentales" como Rusia y China, que quieren reducir la dependencia de la economía estadounidense y tomar distancia de las redes financieras lideradas por Estados Unidos.
Por ahora, el comercio indio con Asia Central es limitado (poco más de 2 mil millones de dólares al año), por lo que el impacto del regreso de las sanciones a Irán no será inmediato. Pero a largo plazo parece inevitable que Beijing (una vez más) sea el que se beneficie de la situación.
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11/07/2018 11:55