02/07/2025, 15.49
VATICANO
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León XIV: defender el ambiente para el cristiano es también una cuestión de fe

Se ha difundido el texto del mensaje del pontífice para la Jornada de oración por el cuidado de la creación que la Iglesia celebra desde hace diez años el 1 de septiembre. "La deforestación, la contaminación y la pérdida de biodiversidad" son pecados cuyas consecuencias las pagan sobre todo los pobres. En el Misal Romano, se incluirá un nuevo formulario para una Misa específicamente dedicada a la oración por el cuidado de la creación.

 

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - “En un mundo en el que los más frágiles son los primeros en sufrir los efectos devastadores del cambio climático, la deforestación y la contaminación, el cuidado de la creación se convierte en una cuestión de fe y de humanidad”. Es “una necesidad urgente que va más allá de la simple protección del ambiente“, e involucra las dimensiones de la “justicia social, económica y antropológica”. Pero para los creyentes es también “una exigencia teológica que, para los cristianos, tiene el rostro de Jesucristo, en quien todo ha sido creado y redimido”.

Este es el mensaje de León XIV para la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación que –por voluntad del papa Francisco– la Iglesia celebra ya desde hace diez años el 1 de septiembre y fue instituida con la publicación de la encíclica Laudato Si’. El Papa Bergoglio ya había elegido el tema jubilar “Semillas de paz y de esperanza” para este encuentro, y Prevost lo ha confirmado señalando a su vez la urgencia de esta tarea.

El pontífice retoma un pasaje bíblico del profeta Isaías en el que afirma que el Espíritu de Dios es capaz de transformar incluso el desierto, árido y reseco, en un jardín, lugar de reposo y serenidad: “En el desierto habitará el derecho y la justicia morará en el vergel” (Is 32,15-18). “Se trata de un anuncio de extraordinaria actualidad –comenta León XIV–. En diversas partes del mundo es ya evidente que nuestra tierra se está deteriorando. En todas partes, la injusticia, la violación del derecho internacional y de los derechos de los pueblos, las desigualdades y la codicia que de ellas se derivan producen deforestación, contaminación y pérdida de biodiversidad. Aumentan en intensidad y frecuencia los fenómenos naturales extremos causados por el cambio climático inducido por las actividades antrópicas, sin tener en cuenta los efectos a medio y largo plazo de la devastación humana y ecológica provocada por los conflictos armados”.

“Parece que aún no se tiene conciencia –añade el Papa– de que destruir la naturaleza no perjudica a todos del mismo modo: pisotear la justicia y la paz significa afectar sobre todo a los más pobres, a los marginados, a los excluidos. En este contexto, es emblemático el sufrimiento de las comunidades indígenas”. La naturaleza misma “se convierte a veces en un instrumento de intercambio, en un bien que se negocia para obtener ventajas económicas o políticas –prosigue–. En estas dinámicas, la creación se transforma en un campo de batalla por el control de los recursos vitales, como lo demuestran las zonas agrícolas y los bosques que se han vuelto peligrosos debido a las minas, la política de la “tierra arrasada”, los conflictos que se desatan en torno a las fuentes de agua, la distribución desigual de las materias primas, que penaliza a las poblaciones más débiles y socava su propia estabilidad social”.

“Estas diversas heridas son consecuencia del pecado –comenta León XIV–. Sin duda, esto no es lo que Dios tenía en mente cuando confió la Tierra al hombre creado a su imagen", encomendándole la tarea de “custodiar y cultivar” este don. Es por eso que una mirada de fe sobre la creación pide hoy “pasar de las palabras a los hechos". Vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana. Trabajando con dedicación y ternura se pueden hacer germinar muchas semillas de justicia, contribuyendo así a la paz y a la esperanza”.

Prevost recuerda luego los grandes legados del papa Francisco, como el proyecto del “Borgo Laudato Si’”, que en la residencia pontificia de Castel Gandolfo quiere ser un ejemplo de cómo se puede vivir, trabajar y hacer comunidad aplicando los principios de la encíclica sobre el cuidado de la creación como “casa común”.

Otra ayuda en este sentido será también un instrumento litúrgico: un nuevo formulario para una celebración eucarística específicamente dedicada a la intención del cuidado de la creación, que se añadirá a las Misas para diversas necesidades ya propuestas por el Misal Romano. El nuevo texto – que podrá ser utilizado para la Jornada del 1 de septiembre pero también para otras iniciativas de sensibilización respecto a la dimensión eclesial del cuidado del ambiente – será presentado mañana en una conferencia de prensa en el Vaticano por el card. Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral.

 

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