Maeda: el cardenal que predica con haikus, una voz fuerte contra la bomba atómica
El arzobispo de Osaka-Takamatsu, de 76 años, es uno de los dos japoneses que participan en el cónclave. Los relatos de su bisabuelo, que vivió personalmente la experiencia de los "cristianos ocultos", despertaron en él su vocación al sacerdocio. Es un maestro de la poesía y apasionado pescador. Hijo de una superviviente a la bomba atómica de Nagasaki, condena con decisión el rearme y la disuasión nuclear.
Roma (AsiaNews) - La parábola de la vida consagrada a Dios del cardenal Thomas Aquinas Manyo Maeda, de 76 años, arzobispo metropolitano de Osaka-Takamatsu, Japón, tiene un punto de partida: su familia de pescadores de las islas Gotō, perteneciente a la comunidad de cristianos que estuvieron "ocultos" (kakure kirishitan) durante siglos. Su fe es fruto de esa historia de feroz persecución que comenzó durante el shogunato Tokugawa, el último gobierno feudal japonés, hasta que llegó la tolerancia, a finales del siglo XIX. Cuando Bergoglio lo creó cardenal en el consistorio de junio de 2018, fue una verdadera sorpresa. “No creo que yo sea la persona más adecuada para ser cardenal, por eso todavía me resulta difícil creerlo”, dijo cuando recibió la noticia.
Entre los 133 cardenales electores que mañana se aislarán del mundo en la Capilla Sixtina para votar al nuevo pontífice, Maeda es el segundo cardenal japonés que participa en este cónclave junto con el arzobispo de Tokio, Isao Kikuchi. Nació el 3 de marzo de 1949 en Tsuwasaki, Kami-Goto, prefectura de Nagasaki. Cuando era niño, escuchaba los relatos de su bisabuelo, uno de los cristianos que salieron a la luz con la abolición de las leyes contra el cristianismo en Japón. Esos relatos tuvieron un papel fundamental en su vocación sacerdotal. Cuando terminó los estudios de primer nivel, ingresó en el Seminario Mayor San Sulpicio de Fukuoka. Fue ordenado sacerdote en 1975 e incardinado en la diócesis de Nagasaki. Es por lo tanto, un sucesor de aquellos cristianos que se ocultaron y conservaron viva la fe en su corazón.
Él mismo ha llevado a cabo estudios profundos sobre los “cristianos ocultos”, sobre todo entre los exiliados en Tsuwano, actual prefectura de Shimane. Como sacerdote desempeñó numerosos cargos: vicario parroquial, párroco (en ese tiempo iba a pescar a menudo en su barco) y secretario general de la Conferencia Episcopal de Japón (desde 2006). En 2011 fue nombrado obispo de Hiroshima por Benedicto XVI y tres años después Francisco lo trasladó a la arquidiócesis de Osaka. De 2016 a 2022 fue vicepresidente de la Conferencia Episcopal Japonesa (CBCJ). En 2023 el papa Bergoglio amplió su arquidiócesis bajo el nuevo nombre de Osaka-Takamatsu, que tiene 19 millones de habitantes, de los que poco más de 51 mil son católicos - cerca del 0,27% -.
A menudo ha puesto de manifiesto su preocupación por las personas con discapacidad, y en la CBCJ fue miembro de las comisiones para la educación y el ecumenismo. El cardenal Maeda es también un maestro de la breve forma poética japonesa llamada haiku (composiciones de 3 versos y 17 sílabas) y sus poemas aparecen a menudo en sus homilías y artículos. Con una firme posición anti nuclear, en 2019 organizó la visita del Papa Francisco a Hiroshima, ciudad devastada por la bomba atómica en 1945. En el memorial, el Papa Francisco dijo: “El uso de la energía atómica con fines bélicos es inmoral, así como es inmoral la posesión de armas atómicas”. Precisamente hace pocos días el Card. Maeda reiteró que en el cónclave tiene la intención de apoyar a un candidato con una posición firme contra la guerra y las armas nucleares. Con esta posición también está relacionada su historia familiar, porque su madre es una sobreviviente del bombardeo atómico estadounidense de Nagasaki.
Tiene su esperanza puesta en un pontífice en continuidad con el Papa Francisco y que “tenga el coraje de pedir la abolición de las armas nucleares y pedir la paz”, dijo pocos días antes de partir hacia Italia para la elección del 267º Papa. El cardenal Thomas Aquinas Manyo Maeda está firmemente convencido de la importancia del “desarme”, en el que insistió también el Papa Francisco en las últimas palabras que dirigió al mundo el día de Pascua, poco antes de su muerte. El purpurado de 73 años representa una de las periferias de la cristiandad, que en este colegio cardenalicio cuenta con más miembros que nunca. Aunque la comunidad católica en Japón es una minoría (alrededor del 0,3% de la población), la historia de la Iglesia católica en ese país es larga, difícil y muy significativa; fruto de la semilla que sembró Francisco Javier en 1549.
05/06/2022 11:36
07/08/2018 12:06